2

4 1 6
                                    

Capítulo dos
Castigo

Entonces la noche cayó, pero no de ese mismo día, si no de dos días después de lo ocurrido.

Cuando Olivia había finalmente abierto los ojos. La fiebre se había ido, pero no aquel terrible dolor de cuerpo y huesos, acompañado de un insoportable dolor de cabeza.

Dándose cuenta que estaba envuelta en un sin fin de mantas y cobijas para mantenerla caliente. Incluyendo aquellas bolsas térmicas a su alrededor. Encontrándose con su sirvienta leyendo pacíficamente a un lado de ella.

—Hola—aquella palabra sonó más como un quejido debido a que sus cuerdas vocales no estaban del todo recuperadas. Sin embargo la mujer al darse cuenta de su despertar no contesto por sorpresa y salió tan pronto como pudo para dispersar la noticia de su despertar. LLegando a oídos de la reina, quien pronto entró a su habitación con preocupación.

—Despertaste—le habló conmocionada.

—¿Benedict? ¿Dónde está?

—En sus aposentos reposando al igual que tú—aún asi hubieran pasado los días y estuviera agradecida por el alivio de su hija no esfumaba el enojo que tenía contra ella. Por lo que no pudo ocultar su molestia—¿Te has dado cuenta de lo sucedido Olivia?

Se quedó callada, porque sabía lo que se aproximaba, y estaba consciente de ello.

La reina negó contadas veces la cabeza de un lado hacia a otro mientras se llevaba una mano a la frente para no perder la cordura a lo que estaba apunto de decirle. Quería repelar contra ella de una manera inigualable, pero no podía quitar el hecho de que recién había despertado después de dos largos días de reposo. Así que pensó detenidamente sus palabras.

—Entiendo tu infantil acción de emocionarte por la temporada, sin embargo, tú acción fue de lo más estúpido Olivia. Arriesgaste a tus hermanos, te arriesgaste a ti, pusiste en peligro sus vidas. ¿No te pasa por la cabeza que hubiera pasado si Benedict no hubiese estado ahí? ¿Si en vez de ti hubiese sido otro de tus hermanos? Si todos hubiesen caído...

Suspiro tratando de contener su ira.

—No es la primera vez que te niegas a seguir mis órdenes. Y esta será la última.

La señaló con amenaza, acción que sorprendió a Olivia, su reacción había sido distinta a veces anteriores por lo que le alarmó bastante lo que estaba por suceder.

—Benedict está cayendo en enfermedad por tu rebeldía ante mi petición de que no salieran.
Todos ustedes me han decepcionado. Pero tú... de ti ya nada me sorprende.

—Madre...

—Shhhht—se llevó un dedo a la boca, y nuevamente Olivia se sintió amenazada ya que si era capaz de decir otra cosa empeoraría la situación—. No te atrevas a defenderte. Espero reconozcas tu culpa y reflexiones sobre tus actos. Eres una señorita Olivia, dejaste de tener 13 hace mucho. Y aún así James que tiene esa edad me ha decepcionado.

Agacho la cabeza, esta vez no tenía argumentos para defenderse, reconocía su error y se sentía culpable de ello.

No se había dado cuenta que su madre aún con su pomposo vestido verde se había sentado cerca de ella, en una orilla de su cama.

Sun & TulipsWhere stories live. Discover now