Al ver cómo su hijo moría ante sus ojos una gran ira se apoderó de él y mató a todos los que tuvieron que ver con la muerte de su niño, al volver su mirada a su pequeño cuerpo tirado en el piso el no pudo evitar soltar un grito desgarrador incluso había rogado porque se despertara lo peor fue escuchar a su bebé decirle papá una última vez.

Así tuvo que pasar otros 100 años en soledad y la única compañía que tenía era la de su viejo amigo Choi Han que al igual que el estaba cansado de tener que ver morir a cada uno de sus amigos.

En todos esos años el había aprendido de todo, desde artes culinarias, danza, música, etc asta el arte de la espada, manejo de la magia claro sin poder aplicarlo por su falta de mana, alquimia, combate, etc.

También había perfeccionado su control con los poderes ancestrales asta el punto en que ya no sangraba o se cansaba por usarlo.

Mientras el aprendía cosas nuevas Choi Han en cambio había fundado una escuela de esgrima, también ambos habían empezado a salir con distintas personas.

Pero aunque ambos estuvieran intentando aprender cosas nuevas o tener una relación, era inevitable que pronto todo se empezó a volverse monótono y deprimente.

Dios ellos también eran humanos solo que ambos tenían una larga esperanza de vida y una regeneración inhumana, por lo que lo único que los podía matar era el otro ninguno estába dispuesto a matar al otro ya sea por miedo a quedarse solo o por qué a ambos les desagradaba la idea de matar al otro.

Pero al final ninguno pudo aguantar más y ambos decidieron hacer un suicidio doble dónde ambos se matarían con el 100% de sus poderes así ninguno lamentaria la muerte del otro.

Y al mismo tiempo ambos se hicieron una promesa, no importa dónde o cuando estén si rencarnaban ambos se buscarían no importaba el lugar ni el tiempo.

Y al mismo tiempo ambos se hicieron una promesa, no importa dónde o cuando estén si rencarnaban ambos se buscarían no importaba el lugar ni el tiempo

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Paz

Era lo único que Kim Rook Soo pedía cuando muriera, mas en cambio estaba viendo la cara de los dioses del sol, la muerte, y la guerra claramente estás tres caras no le daban ni la mas mínima pizca de tranquilidad.

Lo peor era que estos tres dioses estaban susurrando de algo que el no podía entender más que algunas cuantas palabras las cuales no le decían nada de la situación en la que se encontraba.

Está vez soy un diosWhere stories live. Discover now