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𓂋 𓈒 ♡ ─── Se siente bien saber que no es parte de mi imaginacion ⋆ ࣪ 𖠗 Ꮺ ָ࣪ ۰ ִ
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Camino detrás del profesor Avalon sosteniendo una pila de libros que ha depositado en mis brazos, no menciono palabra alguna y él tampoco, ya es bastante evidente que no le agrado y por mi parte, el sentimiento hacia él tampoco es del todo distinto. Al llegar a su oficina, espero a que abra la puerta, sin embargo, me entrega las llaves a mí.
───── ¿Podrías abrir, por favor? ───── su tono burlesco es evidente, pero bajo ninguna circunstancia permitiré que me tome por inútil
Chasqueo los dedos para que la torre de libros flote en el aire envuelta por un destello azul, que distingue mi magia. Abro la puerta introduciendo la llave en la cerradura y girando la primera hacia la derecha, hago un ademan para que el profesor entre antes de mí, así lo hace, no sin antes dedicarme una mirada cargada de odio y desprecio.
───── Puedes irte. ───── dice, una vez que he dejado todos los libros en una esquina, sin que ninguno se caiga ───── Y recuerda, te espero luego de clases para que me ayudes a organizar mis informes. ───── apunta una vez más, asentí con la cabeza
───── Con permiso. ───── murmuro con cierto sarcasmo antes de hacer una reverencia e irme, realmente el tiempo cerca de él me parece totalmente repugnante
Camino hacia el salón donde se dictará la primera clase de defensa personal, supongo que me irá bastante bien, fui entrenada desde que era tan solo una niña. Observo a las chicas asomadas en la puerta, así que decido saludarlas, ni siquiera tuve tiempo de eso esta mañana, pues la señorita Faragonda me solicitó en su oficina para regañarme una vez más por lo sucedido con el profesor Avalon y posteriormente, este mismo me solicitó para cargar sus libros de un salón a otro, preparar su café de todas las mañanas y usarme para enviar mensajes a los demás maestros.
───── ¿Cómo te fue con Avalon? ───── cuestiona la rubia con una sonrisa pícara, a la que solo puedo responder con una mueca de asco por su gesto
