dos

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experiencias




―Déjame ver si entendí. ―dijo la chica viendo a su amiga acostada boca abajo en el suelo. ―Te lo cogiste.

―No. ―respondió. ―Bueno, sí. Pero solo poquito.

―No puedo creerlo. ―celebro Malena. ―O sea, en verdad te lo cogiste.

―No digas "cogiste". ―le pidió levantándose.

― ¿Y cómo quieres que le diga?, no creo que hayan hecho el amor, tomando en cuenta que te corrió de su departamento en cuanto amaneció.

―No me corrió. ―aclaro en voz baja. ―Hasta se ofreció a traerme a casa.

―Eso no quita el que te dijera "Creo que ya deberías irte" en cuanto te vio despierta.

Anna miro a su amiga con recelo. ― ¿Crees que fue una mala idea?

― ¿Qué?, ¿Cogértelo?, definitivamente no.

―No lo sé. ―confeso. ―Sé que no significa nada, pero Charles parecía...enojado. Como si se sintiera abrumado.

―Claro que estaba abrumado, descubrió que su pequeña Annie folla como toda una actriz porno. ―bromeo. Anna rodo los ojos. ―Vamos, no le des tantas vueltas. Charles quiso esto, tú no lo forzaste a hacer nada. Si tuvieron sexo fue porque los dos lo querían. Incluso si se arrepiente, una parte de él vio algo en ti que le gusto lo suficiente como para que llevarte a su cama.

― ¿Y si me lo encuentro en la calle o mi hermano quiere llevarlo a casa?, ¿Qué hare?

―Nada.

― ¿Nada?

―Pues, tratarlo como siempre lo has tratado. No te quieres ver intensa o actuar como una de sus fans. ¿O sí?

―No, eso no sería muy maduro de mi parte.

―Ya estas entendiendo. ― le felicito. ―Solo digo que debes concentrarte en lo importante. ―le aconsejo. ―Piensa que por fin cumpliste tu fantasía con él. Mierda, tuviste sexo con el chico que te provoco tu primer orgasmo. Eso es para celebrarse.

Anna soltó una risa ante la ocurrencia de la otra. ―Sí, supongo que sí.

―Mira, tu hiciste lo que deseabas, te divertiste y follaste con alguien que te parece atractivo, no hay nada de malo en ello. ―concluyo. ―Y, si él se siente culpable o no, es problema de Charles.

(...)

viernes, dos de agosto, 2019

―Te lo digo, fue increíble. ―escucho a Marta decir con orgullo.

La primera vez que Anna sintió curiosidad sobre la sexualidad fue a los quince años, cuando unas chicas de su escuela hablaron del tema.

Para cuando cumplió los dieciséis, la monegasca ya tenía un conocimiento básico sobre lo que era el "florecimiento". Sabía que ocurriría en algún momento, pero, a diferencia de muchas de sus amigas, nunca había sentido eso a lo que llamaban excitación. O como Malena solía decirle, calentura.

Incluso cuando su casi novio la besaba -lo que ocurría pocas veces- a penas podía percibir algo. Usualmente solo la tomaba de las manos y le decía lo bonita que se veía, era lo máximo que podía esperar de un chico de diecisiete.

― ¿Qué hay de ti, Hanna? ―le pregunto una morena. ―Hay rumores de que Roger es muy bueno en eso.

La curiosidad mato al gato.

𝙂𝙤𝙤𝙙 ▰ 𝘾𝙝𝙖𝙧𝙡𝙚𝙨 𝙇𝙚𝙘𝙡𝙚𝙧𝙘Where stories live. Discover now