8 - Gran Festival

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¡LUNES!

Ya llegó él día por lo que he estado trabajando en toda esta semana, el festival.

Amanezco a las seis de la mañana, apenas saliendo el sol. Mi vestuario para el día es muy sencillo, opté por una falda blanca, un top beige junto con un tipo de mangas hechas a crochet de color marrón y por último, mis mocasines negros.

Salí pitando de mi casa un una tostada en la boca, estaba hecha un remolino. En el trayecto al garaje me encontraba corriendo, aún con mi desayuno en boca y buscando las llaves de mi auto dentro de mi bolsa tejida y con estampado de hongos. De camino a la escuela pasé por un Starbucks en busca de un café para llevar y finalmente aceleré a mil por hora para poder llegar antes de las siete.

Aparcando frente la escuela no fue para nada sorprendente ver a tantas personas de todos los años y grupos. Las puertas no estarán abiertas para el público hasta las nueve, por esta razón lo que no se hizo ayer se estará haciendo ahora hasta que llegue el momento.

Aún con mi café en mano, apago el motor de mi auto, tomo mis cosas y salgo. Al hacerlo siento un claxon a mis espaldas, me doy la vuelta y encuentro una camioneta naranja desgastada recién apagando su motor detrás de mi auto. De esta los primeros en salir son Daniel, Alan y Ángel, los tres de la parte trasera, seguidos por Tobías desde el asiento del conductor y por último Helen.

-Hola, chicos -digo al estar cerca de ellos-

-Buenos días, Daph. Estás hermosa hoy -saluda Helen, tan amable como es de costumbre-

-Gracias, Helen.

Los otros chicos también saludaron. Tobías tenía aspecto de obstinado, cómo si hubiese amanecido de la peor forma posible. Daniel bostezaba mientras se acomodaba su chaqueta, todo parece indicar que su cuerpo estaba aquí pero su mente se quedó en su cama durmiendo. Alan me observaba de una manera indescifrable mientras le echaba miradas a Ángel de la misma manera. Este parecía notarlo, sin embargo, no le hacía mucho caso.

-Tú -dice Tobías dándole un golpe a Helen en la parte trasera de su cabeza- deja de tontear y ayuda, hay que llevar aún los instrumentos al salón.

El del pelo turquesa y ojos grises produce un quejido mientras frotaba la parte golpeada de su cabeza.

-Yo puedo ayudar -me ofrezco-

Respondieron con un simple encogimiento de hombros y Tobías me hacía señas para que lo siguiera y el indicarme en qué podía ayudarlos. En la parte trasera de la camioneta nos repartimos el trabajo entre todos. Debemos dar varias vueltas ya que son los instrumentos y equipos de sonido. Comencé llevando la guitarra de Daniel, tuve que tragarme advertencias -que tenían más pintas de amenazas- de él asegurando lo que me pasará si la guitarra no sigue como está ahora, y el bajo de Tobías también lo transportaba yo, un instrumento en cada hombro. A mí lado venía Ángel con su teclado y los demás chicos con partes de la batería de Alan.

En el salón los únicos presentes eran David y Theo, al verme llegar acudieron a ayudarme con lo que llevaba en mis hombros. Al estar todos los integrantes de Out Voices en el salón pidieron la colaboración de los otros chicos presentes para ayudarlos y yo poder quedarme aquí sin necesidad de que "me agotara". Aceptaron y a pesar de que yo estaba en contra me quedé sola en el salón esperando a que despacharan todo lo necesario de la camioneta.

El reloj de mi celular marcaba las 7:43am cuando ya todo lo necesario para la banda estaba sobre el escenario, solo faltaba armarlo. Subí en este para ayudar a acomodar algunas cosas, posicionar los instrumentos, conectarlos a sus bocinas y demás. Instintivamente fui a ayudar a Alan ya que supuse que tendría mucho más trabajo por la simple razón que es el único que tiene que enlazar piezas de su instrumento.

Todo Menos Un ClichéWhere stories live. Discover now