𝐓𝐖𝐄𝐍𝐓𝐘 𝐒𝐄𝐕𝐄𝐍

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— En nuestra expedición de Gatto recogí varios objetos,  la codicia me pudo  — Aclara Blinky mientras de una de sus estanterías recoge un prisma piramidal con 3 cristales de color verde esmeralda, uno en cada lado. — Esto es un Kairosecto y nos viene de maravilla para esta expedición. 

Ha pasado casi una semana desde su excursión al pantano de los Quaguawumps.
Una semana entera con Twyla petrificada en una mesa.
La tensión en el ambiente cada vez es mayor por culpa del mal humor de Jim.
No es capaz de pensar en otra cosa que no sea encontrar una cura para la pelirroja.

— ¿Y qué hace? 
Tobías se acerca y mira el objeto con total curiosidad.
Blinky pulsa el cristal del prisma.
El tiempo se para durante un periodo de tiempo, sin embargo todos lo sienten como unos segundos.

— Para el tiempo, no de manera permanente, tan solo 40 minutos. Después todo vuelve a funcionar. — Vuelve a pulsar el cristal del prisma. Para todos alrededor de Blinkus han pasado unos segundos, pero para el troll han pasado 40 minutos desde que pulsa el cristal. —El kairosecto se puede usar 3 veces. Ninguna más.

— Entonces tu ya la has usado dos, queda una — Claire le quita el objeto de las manos y lo apoya en la mesa para que no lo toque más.

— Si, vais a tener que pensarlo bien, joven amo, por mi tontería solo os queda un intento.

— Si, tenemos que tener claro que vamos a hacer... — Tobias mira a su amigo con clara preocupación. Actualmente hay varios temas sobre la mesa. Desde la situación de Twyla hasta la presencia de Angor Rott. — Jim, si le vas a quitar el anillo a Strickler ¿Qué harás con él?¿controlar a Angor Rott?¿No crees que deberías dárselo a él? Que sea libre...

—¿Dárselo?¿Tobías, estás loco? ¡Nos ha intentado matar! —Claire salta rápidamente en contra de Tobias. — Creo que debería quedárselo y Twyla estaría de  acuerdo conmigo.

—No, no lo estaría — Responde Jim con bastante rabia contenida. No levanta la voz pero es muy duro al hablar —No la menciones para tener razón. — Ni siquiera mira a Claire. No se fija en ella y en la expresión de susto que tiene. Jim suspira apretando el puño dentro del bolsillo de la sudadera.  —No sé lo que haré, pero de momento es decisión mía. Vosotros debéis buscar a la orden de Janus.

— Jim, acuérdate del examen de portugués del señor Ull.
Recuerda el más bajo.
Jim guarda el kairosecto en su mochila. Lo hace por mantenerlo lejos de Blinky y porque quizás tenerlo cerca le ayude a pensar.

— Es verdad, Twyla no está para echarme una mano, mierda — Saca las manos de su bolsillo y se frota la cara con angustia. — Si, estudiaré.

El azabache sale del mercado de trolls, sus amigos se quedan allí para continuar con la búsqueda de la nombrada Orden de Janus. No tienen claro por qué Twyla la ha nombrado, pero debe ser importante para que sean  sus últimas palabras.

— Su corazón aun late...¿debe latir? — El azabache mira al viejo carnero sin entender nada de lo que está pasando. Tan solo mira la mano del anciano en el pecho de la pelirroja.

— No...no debería, no sé por qué lo hace.— Vendel acaricia el hombro de Jim y le mira con una sonrisa, la alegría que siente el chico es compartida por él. El viejo troll no podría soportar tener a una difunta Twyla en su despacho.  — Pero que un corazón siga latiendo significa que no ha muerto y si no ha muerto podemos encontrar una forma de curarla.

Si la orden de Janus es la respuesta y la cura al estado de Twyla, deben encontrarla.

Jim llega a su casa y sube a su habitación. Su madre aun no ha llegado del trabajo. 

𝑴𝑨𝑮𝑰𝑪; 𝑇𝑎𝑙𝑒𝑠 𝑜𝑓 𝐴𝑟𝑐𝑎𝑑𝑖𝑎 {𝑱𝑖𝑚 𝑳𝑎𝑘𝑒 𝑱𝑟}Where stories live. Discover now