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El día de hoy empezó como cualquier otro. Tuve que levantarme a las siete de la mañana para tomar un baño rápido y correr al trabajo. Estaba de lo más agradecida con que la familia Williams me diera un lugar para vivir y también un trabajo. No tengo ni cómo quejarme de cosas tan estúpidas como levantarse temprano. Y es que, este trabajo es todo lo que tengo.

Tengo apenas unos dos meses vendiendo café en la cafetería más rebuscada de la ciudad. Todo mundo venía de todos lados a probar de nuestro café y me es muy curioso ya que yo no lo considero de lo mejor. Recuerdo con mucho cariño el chocolate caliente que preparaba mi padre cuando yo era más pequeña. Extraño tanto aquello y daría lo que sea por poder probar algo como aquello.

¿Pero aquí? ¿Aquí donde el chocolate es extremadamente caro? Imposible. Jamás podría pagarlo, ni tampoco he sido lo suficientemente valiente como para robar de Julia y su familia. No llegaría tan lejos. Y se que gano muy bien aquí en la cafetería, no me puedo quejar, pero ese dinero lo estoy guardando para conseguir mi propio lugar y no seguir que tener pidiéndole favores a Julia.

Julia Williams es la chica con mas dinero en la ciudad. Bueno, sus padres. Ya que ellos son empresarios y tienen muy pero muy buenos contactos con toda la persona de élite del lugar. Inclusive a la policía la tenían en sus bolsillos. Y seguramente suena muy descabellado que una chica con tanto poder pudiera hacer tanto por mi.

Pero le salvé la vida una vez y... se siente con la necesidad de apoyarme ahora. La conocí hace unos cinco años, éramos más jóvenes y yo me encontraba buscando un lugar para vivir mientras mis padres regresaban, estaba pidiendo noches donde estar pero ya no había manera en la que yo pudiera pasar una noche más sin dinero.

Lo siguiente que pasa es que veo a una chica de lo más preciosas. De verdad, Julia Williams podría ser modelo si así lo deseara. Cuenta con un cabello largo y ondulado, como el de una princesa. Rubio dorado como si del mismo oro se hablara. Ojos verdes y claro que la sonrisa que hacia un gran combo con todos sus atractivos. Iba arreglada, como si viniera de una fiesta o algo y  su tacón se había atorado justamente en la alcantarilla.

¿Que iba a hacer yo? No veo porque iba a querer mi ayuda. Pero en aquel momento, un perro empieza a ladrarle de una manera agresiva e inclusive yo me preocupe. Estaba a nada de atacar la sin piedad alguna. Y no pude evitarlo, decidí acercarme y arriesgarme a que el perro me hiciera algo, le ayudé a soltarse de ahí y bueno, el resto es historia.

Ante sus ojos, fácil yo le había salvado de la muerte y me abrazó un millón de veces tratando de agradecerme desesperadamente. Le dije que no pasaba nada y que cualquiera lo hubiera hecho pero, gracias aquello, ya tenía un lugar para vivir.

Me consiguió una pequeña casa y no era lo mejor pero era algo y fui lo más feliz desde ese entonces. No solo tenía un lugar donde vivir, sino que trabajaba en la cafetería más visitada en el lugar. Mi vida era perfecta gracias a Julia.

En fin, salí de la casa un poco mas tarde de lo habitual ya que mi cabello seguía muy mojado y no quería que me diera frío pero no había mucho que hacer. Hoy me tocaba a mi abrir del lugar porque los señores Williams estaban fuera de vacaciones. En un viaje de lo mas lujoso y costoso en Hawaii donde la vida es perfecta y no tienen ni una sola preocupación. Pero Julia estaba al pendiente, entonces... no pasaba tanto si llegaba unos cinco minutos tarde.

Paso por el centro de la plaza para llegar al puesto cuando veo a un chico llegar. Parecía perdido, llevaba en mano un ¿mapa? No lo sé y um... su vestimenta era bastante distinta. Un abrigo color rojo, quizás mas rosado que rojo... eres color vino. Uno gorro de color café que asimilaba perfectamente el que fuera de chocolate y un bastón. Me llamó la atención, no lo voy a negar. Me le quedé viendo mientras pasaba enfrente suyo y en cuanto el esta por levantar la mirada y verme, Julia pasa de lo mas emocionada y me toma de la mano.

TODAY WAS A FAIRYTALEWhere stories live. Discover now