—déjame—murmuré.

—¿Qué pasa?.—insistió.

—¿Para qué quieres saber?.—dije cansada.

—¿Por qué estas así?, levanta la cabeza.

—No, me veo horrible.

—Es imposible que te veas así.

¿Por qué está siendo lindo conmigo?, ¿le doy lástima?.

Suspiré, y me senté con las piernas cruzada frente a Pablo; sé que mi maquillaje está desecho por lo que mantuve la cabeza agachada.

—Mi mejor amiga... era la amante de mi ex.—confesé mientras me limpiaba las lagrimas.

Pablo abrió los ojos de par en par pero al verme seria trató de actuar normal como si no le hubiese sorprendido, siento mis ojos adoloridos y una fuerte migraña que no ayuda en nada a la situación; solo me hace querer hundirme más y más...

—me siento muy sola...—dije y me solté a llorar tapando mi rostro con las manos.

—Ay, no me gusta que las mujeres lloren...—dijo para el mismo—Katy, por favor no llores.

—No puedo.—dije entre sollozos.

Pablo desvió su mirada buscando que hacer.—Escuchemos Justin Bieber.—propuso sonriente.

—A ti ni siquiera te gusta.—murmuré.

—Ya sé, pero a ti si.

—No tengo ganas.—volví a limpiar mis lagrimas.

Pablo dudó antes de acercarse a mi y rodearme en un abrazo, abrazo que me tomó por sorpresa pero no me aparté, no sabia que necesitaba un abrazo para sentir un poco de paz entre tanto desastre.

Lloré sobre el pecho de Pablo, pero después de hacerlo no sentí necesidad de volver a hacerlo.

El solo acaricio mi cabello y me dejó llorar en silencio pero dejándome saber que el estaba ahí, por fin dejé de llorar y el lo notó.

—¿Te sientes mejor?.—dijo aún abrazándome.

—Eso creo...—me aparté lentamente de el—me daré una ducha y bajo.

Pablo asintió, se levantó y salió de la habitación. ¿Pablo acaba de darme un abrazo?.

¿Tan mal me vió que le di lastima?.

Me metí al baño, dejé que la regadera limpiara mi cara y cuerpo, salí con una toalla en la cabeza y otra cubriendo mi cuerpo, ya me duché 2 veces en el día. Me senté en la cama; apagué mi celular y lo dejé en la mesa de noche.

No quiero ver más sobre nada, ni quiero saber nada de nadie.

Al parecer me acabé las lagrimas pero eso no evitaba el sentimiento de un vacío en mi pecho, ese, ese no se iba. Persistía y persistía como si quisiera acabar conmigo, y se sentía imposible de soportar.

Desempaqué la ropa que estaba en mi maleta y la acomodé en el closet; me puse unos pantalones cortos color negro con una linea blanca en cada costado; en la parte de arriba una camisa oversize color roja que decía "San Diego" en letras blancas; dejé mi cabello húmedo suelto; no me puse maquillaje y finalicé con unas sandalias color negro en los pies.

Un look deprimente para un día deprimente.

Mis ojos se se deshincharon un poco gracias al baño, bajé al primer piso y fui a la cocina a buscar comida, aunque ni siquiera tengo pero si no como, mamá se enojará conmigo y no quiero más drama.

Tomé una manzana, mamá quiere que coma, pero no específico qué.

—Parker.

Dí un brinco al escuchar la voz detrás de mi, como si me hubieran pillado robando un banco, Pablo se puso a un lado de mi recargando su espalda en la barra de la cocina.

Un verano con mi enemigoHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin