Cap 3: Pensamientos miserables

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La ceremonia terminó y para mí eso fue un alivio.

Durante el camino hacia el palacio, yaque ahora viviré con mi ahora esposo, fue todo en silencio. Ninguno habló, no hay palabras para describir lo que acabamos de sentir y experimentar.

Durante el camino me la pasé mirando el paisaje, el reino de Dominó es hermoso y a pesar de tener pocas semanas de restauración, parece que jamás se hubiera destruido. Recuperó su belleza natural, se podría decir que es mucho más floral que Solaria.

El carruaje se detuvo indicando que ya llegamos a nuestro destenido. Me siento como una intrusa al ocupar el puesto de la difunta reina, si todos me tratan bien, es por respeto al rey, no por ser su nueva reina, de igual forma no dudaré mucho aquí, solo será hasta que Bloom asuma el cargo de la nueva reina de Dominó, yo solo estaré aquí temporalmente.

Suspiré, salimos del carruaje, Oritel de forma cortés me ofreció su mano para ayudarme a bajar, acepté cortésmente y caminamos hacia el palacio, dónde Bloom junto a mi hermana y sus amigos nos están esperando para darme la bienvenida a mi nuevo hogar.

Al momento de entrar, todos los empleados se arrodillaron ante nosotros de forma respetuosa, sentí como si me estuviera asfixiando en una cueva sin oxígeno. No quiero que hagan eso por conveniencia, será difícil para ellos adaptarse a la nueva reina, solo me verán como un reemplazo o una usurpadora por tomar este puesto de forma injusta.

Nos guiaron hacia dos escaleras que van en direcciones opuestas, al momento de subir las escaleras se generó un silencio incómodo que nadie sabe cómo romperlo, ninguno tiene la valentía para hablar, opinar u objetar algo.

Stella se me acercó a mí y me tomó la mano con delicadeza y me susurró unas palabras.-Te llevaremos a tu habitación...-Solo asentí y me dejé guiar por ellas para que me lleven a mi nuevo lugar donde probablemente no salga en un par de días.

No me atreví a mirar hacia atrás, algo me decía que el rey también estará en su habitación encerrado. ¿Que esperaban? Somos un matrimonio arreglado y disfuncional, no crear todo será de color de rosa.

Memoricé el pasillo que me lleva a mi nueva habitación, al llegar, miré la puerta, es muy grande y siento que adentro habrá una mansión, espero que no sea como la de mi anterior hogar. Entré y decir que estoy impresionada es quedarse corta.

La habitación es inmensa incluso creo que hay espacio suficiente para poner una cocina para no tener que salir e incomodar a los habitantes de este reino.

Me senté en uno de los sofás de la habitación con la mirada perdida, no escuché a las demás salir, solo se que Stella se quedó y al momento en que cerré la puerta me derrumbe a llorar. Lloré en silencio pero eso bastó para que mi pequeña hermana se acercará a mi a consolarme.

-En verdad lo siento, Eva-Habló Stella con una voz rota.-Buscaré la forma de sacarte de esto, lo prometo, puedo abandonar la misión que me encargaron y quedarme en Solaria para- La interrumpí.

-No-Dije en voz rota.-No hay necesidad de que abandones tu misión por mí...no tienes que hacerlo...no tienes que...

Las lágrimas ya debieron arruinar mi maquillaje y poco me importa mi apariencia, de nada me sirve preocuparme por como luzco ahora, solo quiero llorar en un hombro y evitar cometer una estupidez.

Stella se mantuvo a mi lado todo el tiempo hasta ya no tener fuerzas para no hacer nada específico. Siento que mi corazón me duele y creo que sí sigo así, mi Sol podría apagarse y mi reino decaería.

Al cabo de un rato deje de llorar, miré a mi hermana con una mirada apagada y sin sin ganas de vivir, detesto ser vulnerable frente a ella, se supone que soy la mayor, la debe dar el ejemplo y en cambio, soy una completa inútil que hasta ahora solo puedo llorar en el hombro de mi hermana menor que tiene y merece tener una mejor vida que yo.

No sé cuántos minutos u horas pasaron, solo se que en ningún momento me separé de Stella. Me incorporé y miré a mi hermana con una sonrisa débil y forzada.

-Ya te hice perder mucho tiempo, creo que Brandon te busca y tus amigas igual-Dije apenas audible.

-Ellos pueden esperar, me preocupas tú por el momento-Dijo sin muchos ánimos.-Sabes perfectamente que no estás sola, hermana me tienes a mí y nunca te dejare sola-Besa su frente con ternura.

Asentí sintiéndome más miserable ahora, yo debería estar en lugar de Stella, consolarla cuando se sienta nerviosa en su boda, animarla, llenarla de besos y abrazos, darle un sinfín de regalos bonitos, tomarle fotos en su día especial. Lastimosamente, yo estoy viviendo ese lugar y no de la mejor forma.

Luego de ya estar más calmada y relaja, le pedí Stella que me diera privacidad, lo cual ella dudosa aceptó y se retiró.

-Si necesitas algo, no dudes en pedírmelo-Dijo antes de salir dela habitación dejándome sola en mi miseria.

Es la boda más horrible que pude haber experimentado, mi sueño de tener una boda hermosa como la de un cuento de hadas se fue ala dimensión Omega en un abrir y cerrar de ojos.

Se acosté en el gran sillón, no tef intenciones de acostarme en aquella cama, quie sabe si le pertenecía a la difunta reina Marion, que en paz descanse.

Fijé mi vista a la ventana, todo esto es una horrible pesadilla de la cuál quiero despertar. Esto no era lo que quería. Yo quería casarme con alguien que me amara y me acelera como soy, no con un hombre que apenas volvió a la vida y perdió lo más importante de su vida. Odio esto, odio mi vida.

Si alguien conoce la solución a mi problema, estaré encantada para escuchar sus ideas. No podré soportar mucho estar aquí, no lo merezco, Oritel no lo merece, Bloom no lo merece, nadie merece tener esta vida llena de miseria.

-Solo son 9 meses...el tiempo pasa volando...todo estará resuelto....¿Verdad?

Cerré los ojos para descansar un rato de tanta conmoción.

Me casé con el Rey de Dominó Where stories live. Discover now