₊‧.°.⋆𝑺𝒂𝒏𝒛𝒖•˚₊‧⋆.

Start from the beginning
                                    

— G-gracias Sanzu...— a pasar que trato de disimular, mis palabras salen en un hilo de voz y por supuesto que Sanzu nota eso, ya que sonríe de lado, sus manos continúan deslizándose a lo largo de mis piernas.

— Quiero que te pongas ese vestido — su voz sonó demasiado sombría y escalofriante así que solo pude asentir ante su orden.

Se me dificulta un poco el vestirme teniendo esa cadena en mi tobillo por lo que Sanzu chasquea su lengua y decide ayudarme liberándome apenas unos segundos para que pueda vestirme frente suyo, he hecho esto tantas veces que ya ni siquiera siento vergüenza que vea mi cuerpo desnudo, me pongo la lencería un tanto provocativa que él eligió para mí y después me pongo el vestido un tanto pomposo para mi gusto y muy llamativo y tierno, me queda un poco corto, pero eso no parece disgustarle a Sanzu.

—Déjame que yo te lo pongo —exclama arrebatándome las medias largas a juego y procede a tomar una de mis piernas dejando un beso en una de estas, me sobresalto un poco cuando sus labios tocan la piel blanca de mí piernas. Sanzu disfruta de cada una de mis reacciones ante sus toques y caricias, deslizando lentamente la media por mi pierna, haciendo el mismo procedimiento con la otra.

La habitación estaba en completo silencio, solo podía escuchar el sonido de mi respiración y como mi corazón martillaba contra mi pecho, Sanzu se veía demasiado entretenido acariciando suavemente mis piernas ahora adornadas con unas lindas medias largas blancas con listones, sus manos llegaban hasta mis muslos y se deslizaban con descaro entre mis glúteos, quise aprovechar esa oportunidad para indagar un poco y saber la razón por la que me tenía prisionera en este lugar.

— S-sanzu... Yo quisiera saber... Es decir, ¿Me preguntó el motivo por qué estoy aquí?— la pregunta en cierto modo es estúpida, pero aun así quiero saber la razón de por qué me está haciendo esto, decido enfrentar a mi captor con mi mirada puesta en sus profundos ojos.

— no necesitas saber el motivo, solamente debes saber que tú estás aquí para complacerme, eres mi nuevo juéguete con el cual voy a divertirme... Solo espero que no te rompas —sus ojos brillan a medida que se acerca cada vez más.

El terror plasmado en mi rostro me delata al igual que mi cuerpo cuando empieza a temblar al oír sus palabras que se clavan como puñaladas en mi pecho —eso... No tiene sentido, yo no quiero estar aquí — no pude evitar soltar un pequeño sollozo.

La sonrisa de Sanzu más amplia y se acerca peligrosamente a mi oído — Ya te he dicho que no tengas miedo, los llantos no te lucen nada en ese rostro angelical —sus manos frías se desliza por mis mejillas y sus pulgares me acarician con suavidad — No te preocupes, pronto te acostumbraras y serás mía por completo.— ante sus palabras nada más busco alejarme de su tacto.

— ¡no quiero nada de esto¡Por favor déjame ir — elevó mi voz con molestia demasiado cansada de esta situación, ya no sé cuánto tiempo llevo cautiva en este lugar, solo quiero deshacerme de estas cadenas e irme de aquí!.

Su sonrisa se desvanece por completo cuando escucha las palabras "dejarla ir" y se pone serio — Mi princesa no quiero ser cruel contigo, pero... No puedes ir a ningún lado —se acerca tanto a mí que puedo sentir su aliento caliente chocando contra mi piel —Además ya sabes que pasa con los dulces que no quieren ser consumados.— su amenaza me hace tragar en seco sintiendo un escalofrío por toda mi columna vertebral.

— ¿No podrías al menos quitarme estás cadenas?— preguntó con resignación observando cómo Sanzu chasquea su lengua con molestia y comienza tocar mi pelo con suavidad.

—No te preocupes, te cuidaré como la princesa que eres...— se acerca y susurra sobre mi oído — Y tal vez, si eres buena, te quite la cadena — luego de pronunciar esas palabras se aleja un poco de mí, pero aún permanece cerca, esperando alguna reacción de mi parte.

𝕋𝕆𝕂𝕐𝕆 ℝ𝔼𝕍𝔼ℕ𝔾𝔼ℝ𝕊 𝕠𝕟𝕖 𝕤𝕙𝕠𝕥𝕤ꨄ︎Where stories live. Discover now