1: Sprint.

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Mónaco.

Realmente Mónaco es de los circuitos más reconocidos y amado por la afición de este deporte.

La gente viene de muchas partes del mundo solo para ver un clásico, donde toda persona que gane pasa a ser un inmortal en la memoria de muchos residentes y fanáticos.

Y las carreras Sprint no eran las más reconocidas como carreras competitivas pero no había razones para quitarle sus méritos.

Siempre viene bien un par de puntos más, tanto para los pilotos como para los equipos.

Red Bull no había sido un impedimento para ello. La clasificación no había sido exitosa para el equipo de los toros rojos pero si para el equipo anaranjado.

Muchos fanáticos esperaban más ver a uno de los Ferrari boys en la pole de Mónaco, pero esto no fue posible porque quien si se llevó ese lugar fue el rookie australiano: Oscar Piastri.

Quien victorioso, y no por completo, festejó su logro a la mitad, después de todo nunca se debe festejar antes de tiempo y esa era una regla fundamental para Piastri.

No muchos pilotos en su primer año ganan una pole, entonces el rookie decidió que no solo ganaría la pole, sino que también ganaría la carrera.

Al momento de juntarse el equipo, el menor de los corredores pudo notar un desánimo por parte del británico, quien parecía absorto de la conversación que estaban teniendo sus ingenieros con Zak.

Como de rutina, luego de tanto show con las entrevistas y de más cosas, el australiano pudo acercarse con lentitud a su compañero quien parecía no ser tan solicitado como él.

A pesar de ambos haber quedado en buena posición de salida no parecían haber muchos interesados en entrevistar a Lando.

— ¡Landooo! — apareció el australiano a un lado de su compañero.

— ¡Oscaaah! — respondió con una sonrisa un tanto falsa.

Y es que Lando si estaba muy feliz por el nuevo logro de su compañero, lo que llevaban de temporada el británico siempre le dijo que no se preocupara porque en algún momento tendría esa victoria que tanto anhelaba. Y así fue.

— ¿Qué tal la clasificación? — preguntó el australiano.

— Bien, pero no tan bien como la tuya, te felicito por ello. — el británico pasó su brazo sobre los hombros de Piastri junto a una sonrisa un poco más amplia y sincera.

— Gracias, espero que hagamos podio los dos, me encantaría tenerte a mi lado cuando suba al podio. — ahora el australiano pasó su brazo por la cintura de Lando.

Esa acción tan simple y sin ninguna insinuación fuera de lo amistoso se hizo extraña, más que nada para el mayor del equipo quien parecía absorto de cualquier intención lejana a la real de Oscar.

Pero esa acción, esa simple y maldita acción despertó algo en Lando que jamás en su vida había sentido, un deseo extraño de tener esa manos más tiempo pero no en su cintura. Había una imaginación increíble en la cabeza del mayor.

— Tú solo preocúpate por pelear tu lugar con un dos veces campeón de Formula 1, y más en este circuito tan importante. — dió un par de palmadas en el hombro para después soltarse pero más que nada por los nervios.

Esos nervios traicioneros.

Oscar lo miró extraño después de ver el gesto que se había forma en el rostro de su compañero pero le dió poca importancia, supuso que no era nada que lo involucrara.

Luego de ello cada uno fue a su lugar de descanso por un par de minutos ya que debían volver pronto a la pista para la carrera.

En parte el británico dió por finalizada su oportunidad de conseguir brillar más que su compañero, pero intentó no desanimarse para poder sobrellevar la prensa y sus comentarios ofensivos hacia su persona y forma de manejar.

Una probadita ⎯  LandoscarWhere stories live. Discover now