Capítulo 1

459 31 69
                                    

Capítulo primero

Noviembre 2023

Tengo una piel gruesa y un corazón elástico, por eso sigo en pie a pesar de todo lo que he pasado y he sufrido, a pesar de estar muerta por dentro.

Tambaleo mis dedos, fríos y agarrotados a causa del frío que hace a estas alturas del año en la isla contra la mesa, salgo de mis pensamientos y bostezo con aburrimiento mientras la profesora Howel habla y farfullea sin parar, pero yo no presto mucha atención, me aburre un montón. 

Bajo la mirada hasta mi cuaderno, donde el dibujo de un chico sin rostro está dibujado en él. Intento pensar en que rasgos hacerle, de momento solo tengo lista la piel y el cabello, piel caucásica y pelo castaño, pero con varios reflejos rubios. No encuentro inspiración para hacerle las facciones básicas; La nariz, los ojos, la boca, los pequeños detalles...

—Ana, oye, Ana —El susurro de Yaiza me saca de mi trance, la poca inspiración que tenía se ha esfumado por completo.

Me paro a observarla un rato, hoy se ve mejor que nunca, lleva un top azul resalta sobre su piel bronceada, por primera vez la veo con las ondas sueltas, hoy no lleva sus moños altos y apretados como suele hacerlo, se ve distinta. Desde que lo dejo con su exnovio, se le ve diferente, más liberada.

—¿Qué pasa?

—¿Vamos a la azotea a fumar? Necesito un piti. —Ruedo los ojos, Yaiza es una fumadora compulsiva, yo también fumo a pesar de que se lo dañino que es, sin embargo, poco a poco estoy dejándolo, hacia 1 año llegaba a fumarme una cajetilla al día, ahora un par de cajas a la semana ya me parece demasiado.

—Vale —Termino por aceptar, no tanto por el cigarro, si no por salir a tomar el aire y distraerme un poco. Estar en un sitio tan cerrado con tanta gente me agobia—. Ahora vamos.

Yaiza pone la excusa de ir al baño, y poco después yo hago lo mismo, es lo que siempre hacemos cuando queremos fumar un cigarro o simplemente salir.

Recorremos los pasillos y subimos por las viejas escaleras hasta la azotea, pocas personas saben por dónde subir, así que ahí se está muy tranquilo, eso sí, si te pillan te metes en un gran lío.

Es nuestro sitio especial, llevamos viniendo aquí desde que estábamos en primero de la ESO y éramos unas enanas con nuestras zapatillas de arcoíris.

Yaiza saca su cajetilla y me ofrece uno, lo acepto y saco el mechero para encenderlo.

—¿Ha vuelto a buscarte? —Pregunto refiriéndome a su ex, Alex.

—Si, pero le he dicho que no quiero saber nada de él.

—No terminaste de explicarme porque lo dejasteis. ¿Qué pasó?

—Se puso tóxico porque pensó que había quedado con mi ex, me insultó y se puso bastante... raro.

—Joder.

—No sé porque siempre me va mal con los tíos. Tengo detrás a alguien que me quiere, y sin embargo, no puedo mirarlo con ojos que no sean de amigo. Creo que soy gilipollas –hizo una mueca, casi como si intentara no soltar la cara de decepción–. ¿Lo soy?

—No. No lo eres, no puedes controlar tus sentimientos Yaiza, no puedes simplemente obligar a tu corazón a volver a querer a una persona, a pesar de lo mucho que esa persona lo intente, de cuantas veces te mire con ojos de amor, del más sincero que hayas tenido, no puedes simplemente obligarte. –su ex, su primer amor, aunque su historia en el pasado no haya salido muy bien, por cosas del destino, no significa que en el futuro no puedan arreglarlo, o quizá no–. Quién sabe si en el futuro vuelvas a sentirlo, si tu corazón vuelva a latir por él igual de rápido que lo que late el suyo al verte, o tal vez, encuentres todo lo que él tiene en otra persona, y digas, quiero intentarlo. Mientras, sigue viviendo, disfruta con quien quieras, deja a las personas las cosas claras y lo más importante, se feliz.

Con amor; Ana | DISPONIBLE EN FÍSICO Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum