→ 15: gripe.

9.4K 1K 331
                                    

König salió apresurado del comedor comunitario en busca de su novia.
Se había despertado temprano y su día se había desarrollado con normalidad, con la única diferencia de que no la había encontrado en ningún lado.

Se detuvo cuando vió a sus compañeras de dormitorio caminar juntas por la base, y a paso rápido se acercó a ellas.

— Buenos días, Coronel. — lo saludaron y él asintió.

— Buenos días. ¿Vieron a _______?

— Está en el dormitorio. — dijo una de ellas. — Se despertó con algo de fiebre y la excusaron de los entrenamientos.

König suspiró, cerrando los ojos un momento.
La culpa lo golpeó al recordar el motivo por el que estaba enferma.

— Bien. Le llevaré algo de comida.

— Puede quedarse allí con ella si gusta. No estaremos por un largo rato. — dijo una de ellas, y pronto todas retomaron su camino.

El Coronel suspiró, caminando hacia el comedor, mientras una sonrisa tonta se dibujaba en sus labios.

"Te lo dije..." pensó divertido.


┉┅━━━━━━━━━━━┅┉

Cuando la puerta se abrió ________ se levantó apresurada de la cama, parándose derecha.
Cuando vió aquella figura grande en la puerta soltó un suspiro de alivio.

— König... — dijo cansada, y el Coronel cerró la puerta antes de dirigirse a pasos rápidos a ella.

— Mierda, ¿por qué te levantaste, linda? — dijo preocupado mientras dejaba la comida a un costado y se quitaba sus guantes, y ella se sentó en la cama.

— Me asusté... — susurró, y pronto sintió las manos de su novio en sus mejillas.

— Te lo dije... — susurró divertido, tocando con sus manos el rostro de la muchacha para sentir su temperatura. — Dije que ibas a enfermarte.

Ella sonrió, encantada de sentir las manos del Coronel en su rostro.

— Valió la pena... — suspiró enamorada. — ¿Tú te sientes bien?

König asintió, levantando un poco su capucha hasta liberar sus labios, y besó despacito su frente.

— ¿Te diste una ducha con agua tibia?

Ella negó. — No... Tengo frío, y el agua de aquí solo sale fría.

König frunció sus cejas. — Bien, vas a ir a ducharte a mí habitación.

Ella negó.

— No puedo hacer eso... Eres un Coronel.

— Soy tu novio. — dijo divertido, tomando la mano de su novia.

— Oh... Es verdad. — dijo divertida. — Lo había olvidado...

Era adorable.

König comenzó a caminar con ella a sus espaldas y pronto habían llegado a su habitación.
________ nunca había estado en ese edificio, y le impresionaba lo grande que era.
Los dormitorios incluso por fuera se veían bastante grandes, y era muy silencioso.

Pronto König abrió la puerta de uno de esos dormitorios, y _________ abrió su boca asombrada cuando pudo ver el interior.

No era muy grande, pero era individual, y __________ estaba impresionada.
El aroma masculino de König la llenó apenas ingresó al dormitorio.

— Prepararé la ducha para tí. — murmuró y con rapidez se quitó su capucha, acomodando todo con rapidez para dejar aquel baño en buenas condiciones para su chica.

Parpadeó atónito cuando al salir del baño se encontró con la muchacha recostada en su cama boca abajo.

Soltó una risa cansada.

— Linda... — susurró, acercándose a la cama. — Oye...

— Es tan cómoda... — susurró bajito y König sonrió enternecido. — Déjame dormir, estoy muy cansada...

— Tienes que comer y bañarte. Además la cama está desacomodada, dormirás incómoda.

— Huele a tí... — suspiró. — No quiero comer.

— Tienes que comer o te dejaré fuera de la misión. — dijo divertido, y la muchacha se levantó torpemente.

— N-No... — dijo, mirando a los ojos al bonito muchacho. — Dijiste que eras mí novio.

— También soy tu Coronel, y si no estás bien para la misión tendré que dejarte aquí.

La muchacha lo miró y una sonrisa tonta apareció en su rostro.

— Mí Coronel... — susurró. — Mío...

Las mejillas de König enrojecieron, y la muchacha se acercó a él.
El militar pudo jurar que nunca la había visto con unos ojos tan bonitos.

— Eres tan lindo... No puedo creer que seas mí novio.

— Estás empezando a delirar. — dijo con una risa. — Vamos, traje comida liviana para tí.

La muchacha miró atenta como el hombre abría aquella bandeja y comenzaba a juntar un poco con un tenedor de plástico.

— König...

— ¿Si? — preguntó concentrado, casi soltando la comida cuando sintió un repentino y sonoro beso en su mejilla.

— Te quiero...

— Mierda... — suspiro enamorado, con su pecho latiendo agitado. — También te quiero, preciosa, pero debes comer.

Ella abrió su boca, y las manos temblorosas del Coronel llevaron aquel utensilio hacia ella.

— Eso es... — susurró, sonriendo cuando la muchacha recibió toda la comida. — ¿Te gusta?

Ella asintió, comiendo despacio.

König sentía que iba a morir de lo bella que se veia, incluso con sus ojitos cerrandose de sueño.

— Quédate despierta... — susurró. — Nunca más te daré un beso bajo la lluvia.

— Pero son divertidos. — reprochó con sus mejillas abultadas.

— Mira como estás.

— Aunque si significa tener toda tu atención en mí, tal vez me enferme más seguido...

König sonrió, acariciando el cabello de la muchacha.

— Siempre tuviste toda mí atención en tí. Siempre... — susurró.

Definitivamente estaba enamorado.






SE ENGRIPABA era yo

Tengan lindo día!

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 07, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Coronel KönigDonde viven las historias. Descúbrelo ahora