El color de la ciencia:

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La nostalgia es una fuerza poderosa que nos puede llevar a cometer actos que, a los ojos de nadie más que uno mismo, parecen carentes de sentido.

No obstante, si la mente humana tiende a ser un misterio inescrutable en sí misma para la mayoría, el enigma que ronda en los pensamientos de un individuo puede tornarse mil veces más oscuro cuando es un ser de retorcida mentalidad y peligrosos placeres aquel que se deja llevar por la emoción del momento.

—¿Le importa si tomamos asiento?

El hombre que adoptó el nombre de Jack el Destripador alzó la mirada, arrancado de su ensimismamiento, encontrándose con una pareja de apariencia joven y vestimentas tan estrafalarias como las que él mismo llevaba.

—En lo absoluto—sonrió el asesino—. En realidad, me vendría bien algo de compañía. Esta ciudad ha estado muy callada últimamente, sir... Tesla, ¿no es así?

El desafortunado genio inventor alzó una ceja, intrigado.

—¿Acaso nos conocemos?

Jack se quitó el sombrero e hizo una reverencia.

—No había tenido la fortuna, pero su rostro es bastante conocido. Pareciese que fue ayer cuando usted diseñó ese sistema tan práctico para generar y transmitir corriente alterna.

Nikola miró a la joven mujer que le acompañaba, advirtiéndole con los ojos que estuviese alerta antes de devolver su atención al caballero británico frente a él.

—También lo recuerdo—dijo finalmente—. El año era 1888, y si lo pienso bien, creo que también puede que yo haya oído hablar de usted, ¿sabe? Ese fue un año bastante agitado.

—Y que lo diga—Jack dio un sorbo a su taza de té—. En ese entonces, había una espléndida cafetería en esta misma calle, justo donde estamos ahora. Tenía una tarta de manzana con queso cheddar de lo más maravillosa. Ya saben lo que dicen: "Una tarta de manzana sin queso es como un beso sin abrazo".

—Admito que eso suena bien—concedió Tesla—. Podría darle una oportunidad... si no fuese por el hecho de que cada alma humana en la historia se encuentra en el Valhalla a espera del inicio del Ragnarök.

El asesino serial exhaló un profundo suspiro.

—Así que a eso ha venido...

Tesla se cruzó de brazos.

—Respeto el hecho de que haya querido bajar a ver como ha cambiado el mundo en estos años, yo mismo estoy intrigado por ello, pero escapaste del Valhalla llevando una valquiria contigo, y esa señorita tan ruidosa que nos ha reclutado ha estado subiéndose por sobre las paredes desde entonces.

—Asumiré en ese caso que lo han enviado a por mi—supuso Jack, mirando distraídamente sus guantes negros.

El inventor se encogió de hombros.

—Bueno, fuimos contemporáneos y nuestras edades son similares, algo de sentido le puedo ver a la decisión. ¿Vendrá conmigo pacíficamente?

Sir, por favor—el asesino sonrió fríamente—. No habría venido acompañado de su propia valquiria de no esperar resistencia.

—Jack...

—Esta será una magnífica oportunidad para ensayar mi gran obra, según parece...

En una fracción de segundo, un cuchillo atravesó el cielo a toda velocidad mientras el destripador tomaba distancias con un salto. Tesla evadió el proyectil a duras penas, abriendo los ojos de par en par.

—¡Göndul!—gritó.

Su acompañante reaccionó de inmediato, tomando a Tesla de la mano antes de deshacerse en un cegador pilar de luz pura que hizo llover rayos en todas direcciones.


Record of Ragnarok: Batallas AlternativasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora