el omega del emperador jeon ✧ kookmin.

Capítulo 12

—Luce muy hermoso, su majestad —halagó Jieun con una sonrisa.

Jimin sonreía tímidamente mientras se miraba en el espejo—. Jungkookie eligió mi vestimenta.

—Pero usted se ve muy hermoso con cualquier cosa, estoy segura que su cachorro será igual de hermoso —opinó.

—Espero que sí.

Jieun ayudo al omega a levantarse de la cómoda silla—. Lo será, usted y el emperador Jeon son muy hermosos. Con todo respeto.

—Tú también eres muy hermosa, Jieun.

La omega se sonrojó levemente antes de sonreír con ternura—. Su esposo quedará con la boca abierta al verlo.

Ambos omegas salieron de la habitación a pasos lentos, Jieun caminaba unos pasos atrás de Jimin. Los guardias al ver a la emperatriz en la puerta principal del salón lo anunciaron, Jimin entro al salón con una sonrisa, Jungkook dejo de cuidar que nadie agarrara los roles de canela para voltear a ver a su omega, lucía tan hermoso con ese hanbok azul claro que el mismo había escogido para su Jiminie. Los invitados hicieron una reverencia para mostrar respeto a la emperatriz.

El omega con aroma a fresas se acercó a Jungkook—. Hola, Jungkookie —susurró.

—¿Quieres dar el anuncio ya o más tarde?

Jimin iba a responder pero su vista se fijó en los roles de canela de la mesa de postres—. Roles de canela.

El omega se alejó del alfa para acercarse a la mesa y empezar a comer aquel pan que tanto le encantaba, Jungkook soltó una pequeña carcajada. Su esposo lo había cambiado por varios roles de canela.

No pasó ni un minuto cuando Jieun también se acercó a la mesa para también comenzar a comer ese pan que ambos adoraban.

Durante el evento Jungkook bailo con su esposo y le estuvo dando de comer en la boca, pasaron unos minutos más antes de levantarse de su trono y ayudar a su esposo a levantarse, con una copa de vidrio y un cubierto hizo que todos le prestarán atención, los invitados dejaron de bailar y los músicos pararon de tocar.

—Quiero dar un anuncio muy importante, fueron invitados aquí... Especialmente el Rey Choi Minjae —Jungkook le dedicó una sonrisa burlesca al mencionado—. Mi omega, la emperatriz está en cinta.

Los invitados empezaron a festejar por el futuro heredero en el imperio. Uno que otro estaban sorprendidos ya que seguían pesando que Jimin era infértil.

Choi Minjae estaba enojado, ¿Jimin estaba embarazado pero Chaeyoung no? Eso era imposible, quería golpear el rostro del emperador Jeon el cual solo se burlaba de él, dirigió su mirada a la dama de compañía de su ex esposo. Sonrió en grande al verla cerca de la puerta un tanto alejada.

Dirigió su mirada al emperador y al ver que el pelinegro estaba muy concentrado viendo a Jimin, se acercó a la omega con delicadeza.

—¿Podemos hablar en privado? —cuestionó.

Jieun sonrió levemente—. Por supuesto, rey Choi...

Minjae y Jieun se fueron al jardín, ambos con una sonrisa en su rostro.

—¿Que se le ofrece o puedo ayudar? —preguntó sin quitar su sonrisa.

—Me puedes ayudar en mucho, querida...

—Hable rápido, la emperatriz me estará buscando —habló con un tono neutral.

El Rey Choi saco un pequeño frasco de su lujoso traje—. Quiero que la emperatriz tenga un aborto, ese cachorro no va a nacer.

Jieun tomo el frasco—. ¿Solo se lo pongo en una bebida? Explícame bien esto.

—Dáselo en un té, es algo dulce... Se lo vas a dar durante tres días, al cuarto día ya debe tener un aborto —explico en forma breve.

—Esto te va a costar, seré la primera sospechosa —hablo guardando el frasco en la parte del pecho de su vestido.

—Toma, es lo único que traigo en estos momentos—. Le dió una bolsa llena de monedas de oro.

—Con esto bastará, adiós Choi.

—Rey Choi, irrespetuosa.

Jieun solo rió sin voltear a ver alfa, miro la pequeña bolsa llena de monedas en oro.

「✿」

—Pica un poco el hanbok pero es lindo —empezó a dar pequeñas vueltas en su habitación.

—Cariño, ten cuidado... Estás en cinta —hablo Jungkook tratando de sujetar a su esposo.

Jimin dejo de dar vueltas y abrazo a su esposo con fuerza—. Te amo mucho.

Jieun entro a la habitación con una sonrisa mientras traía una charola con dos tazas de té

—Disculpen por interrumpir, aquí esta el té que me pidió su majestad —dijo antes de dejar el té en la pequeña mesa.

—Gracias, Jieun. Ya puedes irte a descansar.

—Adiós, Jieun. Mañana hay que comer más roles de canela —hablo Jimin con una pequeña sonrisa.

La omega salió de la habitación con una pequeña sonrisa—. Descanse su alteza.

Jungkook al escuchar la puerta ser cerrada de acercó a su omega y le empezó a dar castos besos por todo el rostro.

—Mi omega es un pequeño glotón.

Jimin reía por las pequeñas cosquillas que el ocasionaba el alfa—. El cachorro le gusta mucho los roles de canela —se justificó.

—Cariño, deberías cambiarte... Necesito hacer unas cosas antes de dormir —hablo en voz baja.

Jimin hizo un pequeño mohín—. ¿Vas a regresar a dormir conmigo? No quiero estar solo mucho tiempo.

Jungkook agarro una de las tazas de té y se la dió al omega —será un asunto muy rápido así que obviamente voy a regresar a dormir aquí contigo.

El Omega se quitó el hanbok con ayuda de su esposo y lo reemplazo por una pijama, momentos después se tomó el té haciendo un mueca.

—Este es tuyo... Es muy dulce —dejo la taza de cerámica vacía en la charola.

Jungkook obligo a Jimin acostarse en la cama, mientras cobijaba en al Omega y daba pequeñas caricias al cabello de su esposo.

—Duerme, cariño...

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Jungkook entro a su oficina soltando un pequeño suspiro—. Jieun... Le echaste mucha azúcar al té de Jimin.

—Seguro se equivocó de taza, al de él le puse solo una cucharada —se levantó de la silla—. Tomé.

Jungkook agarro el frasco de vidrio y lo observó—. ¿Esto qué?

—Choi me lo dió para provocarle un aborto a la emperatriz —hablo—, me dió un par de monedas.

—Sin duda tu familia nunca decepciona, tan leales —dijo viendo el frasco con una sonrisa.

—La emperatriz ha sido muy buena conmigo, no lo puedo traicionar —dijo con una pequeña sonrisa—. Es un gran amigo.

—Jieun, gracias por esto.

La pelinegra sonrisa levemente—. No es nada. Iré a descansar.

La omega salió de la oficina mientas Jungkook guardaba el frasco en un cajón de su escritorio.

—Choi Minjae eres un gran dolor de cabeza... —masajeo su frente—. Necesito acabar contigo.