Ahí estaba la hija del gran horus vivo, el tiempo la había acentado tan bien, su belleza había cambiado radicalmente.Aquella joven se había convertido en toda una mujer, más preciosa de lo que ya era.
Ni la propia isis era competencia para Ariadna, palabras que murmuraban en su fiesta de bienvenida.
Ramsés bajaba los escalones de su imponente trono en dirección a su primogénita, con una enorme alegría se acercó hasta la princesa, padre e hija crearon un abrazo tierno, abrazo que causó las lágrimas del Soberano.
El resto de la familia real se acercó hasta la joven para recibirla cálidamente haciendo que la heredera al trono dejara caer varias lágrimas.
El rey ordenó que la fiesta en honor a su hija prosiguiera. El general Bakenmut había llegado a la sala de entrenamiento encontrando aún noble soldado entrenando.
— Ikeni, que demonios estás haciendo aquí? — preguntó llegando ante el — hoy suspendí el entrenamiento por la recepción que ordenó el rey.
— Necesitaba entrenar general — dijo sin voltear a ver a su compañero.
— Es eso o estás nervioso por volver a ver a la princesa Ariadna — soltó una pequeña risa.
— ¿Nervioso? por qué tendría que estarlo? ella es la hija del rey y yo un simple oficial — dijo al dejar caer su espada.
— Pero estabas loco por ella, me acuerdo bien de eso — agregó el general
Por un momento el silencio invadió completamente a Ikeni recordando todos los buenos momentos que había pasado al lado de la futura soberana, pero sabía perfectamente que esos tiempos no volverían más.
— Ikeni — lo llamó Bakenmut al sacarlo de sus pensamientos — tenemos que ir a la sala del trono, órdenes del soberano.
YOU ARE READING
Un Amor Prohibido
历史小说Ni los propios dioses igualan su belleza Ella es la hija del faraón y yo un simple soldado... Cómo podría una princesa fijarse en un hebreo.....