∆ Cap XX ∆ "Yunet vuelve al ataque"

452 36 4
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En vuelta en sus brazos se perdían juntos ignorando al resto del mundo y los conflictos que se estaban presentando

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En vuelta en sus brazos se perdían juntos ignorando al resto del mundo y los conflictos que se estaban presentando........

- Te heche mucho de menos - le sonrió dulcemente al muchacho quien aún la abrazaba

- Y yo a ti Ariadna, no te imaginas lo mucho que te pienso - dijo entre un suspiro sonrojando a la princesa quién no dejaba de mirarlo con una tierna sonrisa

Pero para no llamar la atención de muchos, separaron su abrazo en contra de su voluntad, de inmediato el filo de una espada sonó apuntando hacia el joven hebreo

- ¡Ikeni!- exclamó con temor girando hacia el oficial

- Aléjate de ella - enojado hablo Sin apartar la espada

- ¡Basta oficial, es una orden! - nuevamente alzo su voz a lo que el soldado acató sus órdenes

- Lo mejor es que vuelvas al palacio, Ariadna - dijo Oseias

- Pero...quiero estar aquí contigo - insisto con su voz suave

- Es muy riesgoso estar aquí, no quiero perjudicarte con el rey - la miró y suavemente recorrió el rostro de la joven con su mano

La heredera al trono cerro lentamente sus ojos al sentir las calidas caricias del hebreo, la hacían sentir en paz cuando estaba cerca de el y sin pensarlo se lanzó nuevamente a los brazos de Oseias volviendo a unir aquel abrazo que habían interrumpido, no le importaba nada, solo le importaba estar con el sin que nadie se interpusiera.

Ikeni cerraba sus manos como puños del coraje que sentía en su interior en ver cómo un esclavo hebreo le robaba al amor de su vida, intento no golpearlo en ese preciso momento por respeto a la princesa, intento no soltar las lágrimas que lo querían invadir, su interior gritaba de rabia y tristeza.

- Será mejor volver de una vez, el rey podría notar su ausencia. - resaltó el soldado.

- Confirmo las palabras del oficial, mi señora - dijo Amonet

Ariadna asintió y dirigió su mirada hacia su amado, para su suerte el resto de hebreos y oficiales de la obra se habían marchado y sin dudarlo lo beso.

Un Amor Prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora