CAP 16

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LA BODA


La Reina Hyesun estaba en el balcón, observando a Sunghye, la nueva esposa, caminar junto con los guardias.

Estaba llena de rabia y realmente tenía ganas de estrangular a alguien. Esa.... ¡era una inútil! ¿Por qué desobedeció las órdenes del Rey? ¿Por qué fue tan estúpida? Hyesun se mordió el interior de las mejillas al ver lo hermosa que era. ¡Maldita sea! Si no permitió que Jiyeon y Dahyun ocuparan su lugar, nadie lo haría; no mientras siguiera viva.

—Gina—La Reina llamó a su doncella, la cual estaba detrás de ella—Quiero que averigües absolutamente todo lo que puedas sobre esa joven.

—A sus órdenes, Mi Reina—Expuso Gina con una reverencia.

Cuando perdió de vista a Sunghye...Hyesun se dio la vuelta y se fue.

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Por otro lado, Sunghye estaba muerta de miedo, preguntándose a dónde la llevaban los guardias.

Se cruzaron con muchas personas que en realidad ni la miraron fijamente, probablemente porque aún no sabían el motivo por el cual ella estaba allí. Quizá pensaban que era una criada nueva o algo así. La cabeza de la joven se mantuvo inclinada todo el tiempo mientras caminaba detrás del enorme tipo que tenía delante, hasta que finalmente llegaron a la puerta de una habitación.

—Entra—Ordenó Jimin deteniéndose, provocando que Sunghye se pusiera más ansiosa.

Entonces tragó saliva, entró en la habitación y descubrió que estaba vacía, totalmente vacía. ¿Por qué la llevaban ahí?

—Deberías descansar mientras puedas, El Rey no tardará en llegar—Agregó él antes de marcharse, asegurándose de cerrar la puerta.

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Jihyo aún tenía el corazón en la garganta mientras seguía a la Hermana Suprema a la habitación. ¿Para qué quería verla? Era imposible que sospechara de ella, ¿verdad? No, claro que no. Imposible.

La chica caminó con la mirada clavada en el suelo hasta que las dos entraron finalmente en la habitación reformada; era la habitación de Chaeyoung.

—Cierra la puerta, Jihyo—Ordenó, y esta se dio la vuelta y cerró la puerta con pestillo para que nadie pudiera abrirla desde afuera. Acto seguido, Chaeyoung se puso las manos en la cintura, esperando a que ella se acercara.

—Durante los dos últimos días, desde que cabalgaste hasta la aldea para curar a esa mujer—Comenzó a decir, acortando la distancia entre ellas.

Cuando sacó el tema, Jihyo entró en pánico.

—Esos dos días que estuviste fuera me hicieron darme cuenta de lo importante que eres para mí. Tu contacto... es único, Jihyo—Hizo una pausa y sostuvo sus mejillas; interconectaron sus miradas—Agradezco a los espíritus por hacerte formar parte del aquelarre—Tras decir esto, mostró una sonrisa y, finalmente, besó a Jihyo en los labios.

Fue un beso intenso, con sus lenguas entrelazadas; Jihyo soltó su aliento en la boca de Chaeyoung al sentirse aliviada de que no fue lo que esperaba. Si hubiera sabido que esa era la razón por la que Chaeyoung la llevaba a la habitación, no habría entrado en pánico ni mucho menos.Al fin y al cabo, no era algo nuevo. Mientras se besaban, la mano de Chaeyoung bajó hasta sus pechos y Jihyo levantó la suya para agarrar su cintura. Chaeyoung siempre había sido muy buena besando; mordía a intervalos el labio inferior de Jihyo mientras le lamía todo.

Las dos se acercaron simultáneamente a la cama y se detuvieron justo en el borde. Entonces, Chaeyoung sonrió y se dio la vuelta para ponerse de espaldas a Jihyo, indicándole que le aflojara el vestido. Con mucho gusto, esta última la ayudó, dejando su pecho al descubierto. Acto seguido, Chaeyoung se giró para encararla de nuevo y esta vez la besó más profundo y apasionadamente, tanto fue así que Jihyo casi se quedó sin aire.

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