Mientras tanto, con el mayor, este caminaba por aquel bosque desapareciendo totalmente de la vista de su hijo, este daba pasos rápidos, con la intención de buscar y cazar al animal que según el, huía de ahí.

Vamos...sal de ahí, pequeño bastardo.... — Este susurro, manteniendo su mirada concentrada y volteando a todos lados.

Pero, había un silencio bastante tenso, lo único que se escuchaba eran sus pisadas, y eso eran bastante leves.

De repente, otro crujido de rama se escucho cerca de él, el mayor volteo hacia el lugar donde provenía ese sonido, y se encontró con un niño chiquito, aproximadamente de 7 años, este estaba dándole la espalda, de rodillas en el suelo y parecía que lloraba, además tenía pelo largo y negro, con un kimono rojo con rayas amarillas.

"Ahg, es solo un maldito niño" — Pensó el mayor frustrado mientras escuchaba los sollozos del pequeño y a la vez bajaba su arma. — ¡Ey, niño! Deja de llorar, ¿que haces aquí, en este bosque solo?

Le pregunto, pero el pequeño seguía sollozando, y con sus manos cubriendo su cabeza como un escudo protegiéndose, además, como estaba de espaldas el mayor no podía ver su rostro.

Contesta! — Le volvió a gritar, ahora con el ceño fruncido.

Pero, el pequeño no dejaba de llorar, con cada segundo que pasaba sus sollozos se volvían más desgarradores, pero el mayor perdía más la paciencia.

Le iba a gritar de nuevo, pero antes de que lo hiciera, el pequeño habló.

No me haga daño....por favor...se lo suplico.... — Suplico, su tono de voz algo agudo y con dolor. — Sus gritos...no me grite...me siento miserable......una basura.

Seguido acto se encogió de más, lo hacía con la intención de ocultar el conejo muerto, devorado por el para que el señor no lo viera.

Agh, escucha, niño...no te haré daño, te sacaré de aquí, pero para eso me tienes que decir como llegaste y que haces aquí... — Agregó antes de agacharse a la altura del pequeño y acercarse a el. — ¿Como te llamas?

Hantengu... — Destacó aun con su tono de voz quebrada y dolorosa.

Y ahora, ¿como llegaste aquí? — Interrogó, acercando su mano lentamente a su cabello para acariciarlo.

¡NO ME TOQUE! — Grito repentinamente ahora molesto, provocando que el mayor retrocediera con una expresión confundida.

Ya estaba comenzando a creer que estaba loco.

Pero- — Este no acabo de hablar, pues había visto accidentalmente un conejo muerto, claramente el pequeño se lo había devorado.

Se quedo congelado del miedo, literalmente el hecho lo había dejado sin palabras.

Con cuidado, retrocedió sin hacer ruido, necesitaba irse de ahí, no quería estar con ese pequeño, o..¿Tan siquiera es un humano de verdad? O ¿solo es un enfermo de la mente?

¿Porque quiere huir de mi, señor...? ¿Acaso soy feo...? ¿No me quiere..? — Pregunto, mientras volteaba su cabeza con lentitud hacia el mayor, quien veía esto con terror.

El señor noto que los ojos de este eran rojos, rojos como la sangre, como el fuego, toda su boca estaba llena de sangre, después de unos segundos, este parpadeo, provocando que en sus ojos ahora estuvieran las palabras "Pecado" y en el otro "Pereza".

El mayor grito del terror, pero aquel grito fue callado a los pocos segundos cuando el demonio le corto la garganta, matándolo al instante.

Su grito había llegado a los oídos de Dan, su hijo, quien rápidamente volteo a ver el bosque, seguro de sí mismo al creer escuchar los gritos de su padre.

¿¡Padre?! — Grito, con la mandíbula temblando y acercandose al bosque.

Cuando dio otro paso, de repente, una cabeza salió de lo oscuro del bosque y rodó hasta el, Dan, al ver esto y al darse cuenta que aquella cabeza era de su padre, soltó un grito desgarrador y salió corriendo de ahí como nunca.

[••••]

¿Tanjiro? — Preguntaste, viendolo con horror.

Este gruñia, sin dejar de verte y con alguna saliva cayendo por su barbilla.

Retrocediste bastante asustada, ese ya no parecía Tanjiro, parecía un...no sabias, pero humano no era para nada.

Este gateo hacia ti, como si fueras su presa mientras tu seguías retrocediendo, hasta que, de repente, se abalanzó hacia ti, soltando un gran gruñido en el proceso.

Soltaste un grito por el inesperado susto y te cubriste con una de tus manos como si fuera un escudo, y la otra la extendiste hacia el tratando de detenerlo aunque fuera imposible.

Un grito desgarrador hizo que abrieras los ojos al instante, te quedaste helada del miedo al ver frente tuyo a Tanjiro, quien se retorcía de dolor en el suelo mientras soltaba gritos que hacían que te aturdieras.

¿Tanjiro?! — Gritaste, quisiste acercarte a el para ayudarlo pero no lo pudiste tocar ya que como si fuera magia, este salio volando y se estampó contra la pared, donde empezó a gritar más fuerte y desgarrador.

Retrocediste, ya sin saber que hacer, solo veías como gritaba y se retorcía.

De repente, la puerta detrás tuyo se abrió, dejando ver a Kio quien al ver al pelirrojo así, rapidamente entro en pánico y corrió hacía el.

Bajaste tu mano, y, en ese mismo instante Tanjiro cayó al suelo, dejándote confundida, miraste aquella parte de tu cuerpo con confusión, mientras el mayor gritaba el nombre del pelirrojo con alteración y desesperación.

[••••]

Gritos, gritos y más gritos se podían escuchar en aquella habitación, donde, Kio llevaba a Tanjiro en sus brazos, el cual estaba atado en sus extremidades y se retorcía de forma exageradamente brusca.

Tu ibas detrás de el, sin saber que hacer, solo mantenias tu mirada en el suelo, todavía observabas tu mano con algo de confusión, estabas pensando que tal vez eso fue obra tuya, pero...quizás fue una coincidencia..

Todo esto era bastante confuso.

Kio, dejo a Tanjiro en su habitación y cerró la puerta con seguro, rápidamente se empezaron a escuchar gruñidos y gritos de parte del pelirrojo rogando que le abran con enojo.

El mayor te miro, algo confuso, sin saber que decir o hacer.

Lo siento mucho.. — Lamentaste apenada.

No...no es tu culpa linda, no te culpes de esa manera... — Pidió, con sus manos en tus mejillas y limpiando una lagrima que salía de tu ojo.

Tu te le quedaste mirando por unos segundos, hubo un silencio tenso, hasta que, de repente, los gruñidos y gritos de Tanjiro se dejaron de escuchar, eso hizo que ustedes voltearan, Kio abrió la puerta con cuidado, y, casi se te sale el alma al ver la pared rota, y el pelirrojo no estaba...

Tu te le quedaste mirando por unos segundos, hubo un silencio tenso, hasta que, de repente, los gruñidos y gritos de Tanjiro se dejaron de escuchar, eso hizo que ustedes voltearan, Kio abrió la puerta con cuidado, y, casi se te sale el alma al ver...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
El bosque de los demonios | Pilares, Lunas superiores Where stories live. Discover now