Era más fácil decirle una mentira, que la verdad. Sin embargo, ver cómo sus ojos brillaban como si estuviesen esperanza de que así fuera... me hacia dudar, pero... primero estaba mi salud mental.

—No. Sólo Jennie.

Una mentira a medias porque... no era mentira que Jennie la conocía mucho mejor que yo. Para mí fue como si nunca fuese conocido a la verdadera Roseanne Park.

La rubia pareció apagarse ante mi negatividad, pero inmediatamente sólo sonrió levemente.

—Podemos conocernos. Después de todo me has cuidado como si fuese tuya y quiero agradecer correctamente.

Mis mejillas se cubrieron de rojo ante ese término que había usado, y mi corazón se agitó de emoción... porque esas eran las palabras que quería escuchar antes de que fuese destruido por la persona frente a mí.

Como si fuese mía.

Pero Roseanne no lo era.

—Si, puedo hacer eso.

Su sonrisa se extendió cuando escuchó al traductor y pareció tener un extraño impulso de lanzarse sobre mi, algo que hizo que me apegará otra vez a la pared, sin embargo, no sucedió.

—Lo siento... veo que... Jennie te abraza mucho... y ... bueno...

Por primera vez noté como sus mejillas tomaron color y no sabía explicar lo que sentí en ese jodido preciso momento.

Se veía demasiado tierna.
Desde que la había conocido hace años... Roseanne jamás se había sonrojado de esa manera. Siquiera cuando me follaba.

Creí que se iría a detener frente a la hermosa vista que te permite el departamento como la veía hacer algunas veces, pero no, Roseanne se quedó de pie... mirandome a la cara, recorriendo mis facciones lentamente.

Y se creó un largo silencio que solo me ponía nerviosa, alteraba mis latidos y causaba más dudas de irme.

Roseanne se veía nerviosa. Sus dedos no parecían quedarse quietos. También parecia que quería hablar, pero su boca se cerraba instantáneamente.

Apreté los puños con fuerza, tomando valor para ir a mi habitación. Debía mantener la distancia como siempre lo había hecho días atrás. Y haciéndolo de esa forma, su cercanía era como cualquier otra persona que apenas conocía.

Iba bien, pero Roseanne me tomó de la mano para mantenerme a su lado. Nuestros hombros se tocaron y cuando giré mi cabeza para cuestionar su acción, su rostro estaba cerca del mío.

Podía sentir su respiración cálida cerca de mi cara. Acercó su móvil hacia mi oído, sin apartar su mirada café de mis ojos.

—Eres preciosa, Jisoo.

Regresé la mirada al frente cuando mi cara enrojeció e inmediatamente reanudé el camino desde que que sentí que ya no estaba sujetándome.

Cerré la puerta y me apoye en ella con la mano en mi pecho, la otra cubriendo mi boca y el resto no lo pude retener porque era muy difícil.

¿Por qué lo estaba haciendo difícil?

Lagrimas bajaban lentamente por mis mejillas hasta quedarse en los dedos que cubrían mi boca, mi pecho apenas podía mantener los lastidos de ese corazón que era muy masoquista. y... no pude evitar sentirme bien cuando recibí ese halago de ella.

Estaba llorando porque... ese sentimiento que había enterrado había dado signos de que aún estaba ahí... de que aún Roseanne Park podía destruir lo poco que quedaba de mi corazón.

......

—Jennie —me levanté a saludarla cuando la vi entrar, pero su atención no estaba en mi, sino en la persona que tenía un helado en mano justo en frente de donde yo estaba.

Pero aunque suene extraño, casualmente sólo llevaba unos minutos que estaba sentada al borde de la cama con su mirada fija en mi.

Ya estaba empezando a ponerme nerviosa.

—¿Estás bien? —asentí con una sonrisa y me dio un fuerte abrazo que me agradó un poco— ¿Sabes quién está aquí?

Fruncí el ceño por la emoción que desprendió en esa pregunta, y terminé negando. ¿Acaso era esa persona que le gustaba e iba a presentarmela por fin?

—Debes cambiarte. Llegará en una hora.

Me empujó para llevarme a la habitación, saludando apenas a Roseanne que no sacaba la mirada de nosotras, y cuando la puerta fue cerrada. Jennie se abalanzó sobre mi, haciendo que por el impacto cayera acostada en la cama y ella abrazada a mi.

—¿No pasó nada? —preguntó referente a la ocasión anterior. Dije un no como respuesta. Tardó minutos en levantar su cabeza para mirarme— Jisoo... ¿Roseanne se ha comunicado contigo?
Asentí con la cabeza.

¿Para que iba a mentir? Jennie sólo intentaba ayudarme a superar aquello.

Roseanne hacía preguntas simples cuando yo me acercaba a darle el medicamento que le tocaba, cuando me veía sentada o cuando estaba haciendo desayuno o almuerzo.

Nada fuera de lo común. Era ese tipo de relación que llevaban dos desconocidas. Sólo que era ella quien iniciaba las ronda de preguntas porque no parecía querer estar en silencio.

Claro, la rubia no tenía mucho que aportar porque no tenía recuerdos, pero eso no la detenía de hacer preguntas.

Incluso me preguntó si tenía pareja.

—Me preguntó si nos conocíamos... —su mirada era una interrogante, como si quisiera que la respuesta que le di fuese sido negativa— Dije que no.

Eso pareció aliviarla, pero frunció el ceño.

—¿Por qué?

—No quería que hiciera preguntas, y no quería dar respuestas que podían doler.

Asintió con la cabeza, como si estuviese de acuerdo con mi decisión.

Era lo mejor ¿verdad?

—Cambiate. Debes esperar tu sorpresa, Jisooya.

Me tenía intrigada con esa sorpresa, pero solo la obedecí porque me transmitió su emoción.

Puede que si fuese la persona que le gustaba y por fin iba a presentarmela.

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A Tu Disposición | Chaesoo (EDITANDO)Where stories live. Discover now