El poder de la persuación.

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Levi


-Eliminalo.

-Como ordene señor.

-Una cosa más, que no sufra, le concedere un poco de piedad al muy jodido, hazlo mañana mismo.

-Entendido señor.

"Cuelgo la llamada al terminar la orden, un escalofrio envuelve mi cuerpo entero cuando veo la fecha en el calendario."

-Aniversario luctuoso, ja, mis pelotas, ojalá sigas retorciendote en el maldito infierno, cerdo miserable.

El telefono suena de pronto sacándome de mis pensamientos.

-¿Que quieres?

-Señor lo llama su madre.

-Pasala.

-Con gusto.

-¡Hijo!, ¡que malo eres!, ¡¿como es eso de que te casas?!.

-Deja el drama mamá, ¿que quieres?.

-Eres malo Levi, vine a saber las buenas nuevas, el que te cases y con una chica tan bella me da alegría.

-Aja.

-¿Por que me tratas así hijo?.

-Por que siempre que me visitas es para pedirme dinero, a pesar de que trabajas y ganas muy bien, el mantener a esos jovenes con los que sales te resulta muy caro, deja de mantener niñatos y mejor enfocate en Isabel que cada día que pasa esta peor, se la pasa de fiesta en fiesta.

-No vine a que me des clases de moral cuando tú tambien haces cosas que no son, digamos legales.

-Di lo que quieras mamá, me da igual por lo menos yo no meto a nadie en mis asuntos, dime de una vez a que veniste.

-Pues a saber sobre tu boda y ....

-Te diré algo mamá, tu invitación llegará a tiempo a tu dulce hogar, y si quieres dinero, solo pasa con la recepcionista de siempre, te deseo una bonita tarde mamá, adios.

Mi madre sale enfurecida y azotando la puerta, cosa que me tiene sin cuidado.

Al Menos ya no sufro al recordar la veces que fui violado en la cara de mi padre por sus putas, ni por las golpizas, solo queda el rencor conmigo mismo por no haber podido escapar cuando pude, mientras mi madre en cuanto enviudo comenzo a salir con hombres más jovenes que ella.

En cuanto tuve las riendas de la empresa me propuse a vivir como quería y disfrutar cuanto podía, mujeres, alcohol, dinero y más dinero, me quise desquitar con el mundo por todo lo que me hicieron y por todo lo que le oculte.

Ahora que llegó Hange a mi vida, descubrí que tal vez ya fue suficiente, tal vez y solo tal vez, le baje dos rayitas a mi desmadre.

Salgo hacia la casa de Hange, ella me espera en la puerta junto con su hermana.

-Hola cuñado.

-Hola mocosa.

-¡Levi!.

-Vamonos.

-¡Que grosero!.

-Me caes bien cuñado, cuidense ya no peleen.

Caminamos hacia el coche y subimos, Hange trae puesto un hermoso vestido color beige, que hace juego con su look tan juvenil, mi mano viaja a su pierna apenas si comienzo a manejar.

-¡¿Que haces?!.

-Te vez muy bien en ese vestido, te quiero follar.

-¡Que grosero!.

Señor TéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora