Ángeles y demonios. Cielo e infierno.
Nada más que creaciones de la maravillosa imaginación de la mente humana, o eso es lo que dicen algunos. Otros creen en que son reales y buscan pruebas por doquier.
Pero ¿qué pasa si un habitante de la isla Que...
Normal. Es la palabra que creía el Ángel que definiria ese día, más fué de todo menos normal.
¿Recuerdan el porqué de las visitas del celestial a la tierra?
Pues ese día se topó frente a frente al ser rojizo y de llamas a su alrededor mientras ambos volaban. No había podido atraparlo pues se habia ocultado bien.
Estaba de camino a casa de su híbrido favorito sin embargo tuvo que desviarse al escuchar una disputa entre dos de los miembros de la isla. Se trataba de Spreen y Samuel, padre e hijo peleaban a gritos.
No quería ser un metiche pero tampoco quería que esa discusión se saliera de control por lo que se escondió tras de un arbol dispuesto a actuar apenas pase algo terrible.
-Ivan, ya deja de decir esas cosas porque sabes que no es cierto-
-ah ¿no? ESTÁS ENGAÑANDO A MAMÁ-
-¡No es así!-
-¿y ese anillo? NO ES EL MISMO QUE MAMÁ PUSO EN TU DEDO EL DÍA DE SU BODA-
-¡Baja la voz! ¡y no, no es el mismo pero eso no significa que lo engañe!-
Spreen suspiro intentando calmarse un poco, no quería hacer cosas de las que se arrepentiría en el futuro.
-Escuchame... Decime ¿Porqué te casarás con Foolish si estás casado con mamá?...-
-Iván... tú madre ya no está, debes aceptar y vivir con eso-
Un puñetazo lanzó el menor hacia su padre debido a la ira y dolor que le provocó lo dicho. Las mejillas del oso estan empapadas en lagrimas que salían.
-Es triste saber que soy EL UNICO que sabe que mamá sigue con vida. Vos nunca lo amaste de verdad...-
¿Porque Samuel dijo esas cosas tan hirientes a su hijo? Apesar de lo mal el angel salió de su escondite para ayudar al mayor de ojos violeta quien se encontraba en el suelo con la nariz sangrando.
-Lamento eso- dijo el ángel estirando su mano mientras volaba para que este lo tomara. El de cabello azabache en silencio miraba hacia otro sitio por un minuto hasta que acepto la ayuda de el ser celestial.
-¿Cuanto de eso escuchaste?- se le notaba incomodo con él.
-Lo suficiente para saber que no escogiste las palabras adecuadas- soltó su mano una vez se encontraba de pie, más no lo miraba en ningun momento a los ojos.
-¿no te sientes bien con tu decisión?- preguntó el albino al de ojos amatista quien solo negó con su cabeza.
-Parecías seguro de tu decisión cuando hablaste con él pero... ¿ahora no?- suspiró y bajó la mirada. -Es por mí ¿cierto? Te recuerdo a él...-
Finalmente después de tanto rato esos ojos amatista se encontraron con los brillosos y blancos ojos del poderoso ser.
-¿Porqué... Porqué te ves como él?-
El ángel solo se encogio de hombros. -No lo sé, pero solo sé que ahora mismo debo hablar con tu hijo-
Luego de decir eso y el asentimiento de Samuel se fué volando en dirección al híbrido de oso negro quien dolido caminaba.
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