Capítulo 12

359 57 17
                                    

Capítulo 12

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Capítulo 12

Quinn


Estoy emocionada e intrigada en proporciones iguales. Austin se ha negado a decirme adónde me lleva y eso solo aumenta mis ganas de saberlo.

No tengo idea de en qué dirección vamos, nunca he estado en Austin antes Elisa y yo fuimos de compras a un centro comercial cercano al hotel. No tengo idea de nada, las calles son más de lo mismo para mí. Toma una autopista por unos diez minutos y luego toma una salida arbolada. Está oscuro y solo lo iluminan faros cada pocos metros. Ahora estoy más perdida que al inicio.

-¿Vas a matarme y a tirar mi cuerpo en este lugar?

Austin ríe, negando.

-No seas tonta, Quinn.

No dice nada más, como ha hecho durante todo el camino, y tanto misterio hace que me salte el pulso.

Paso inconscientemente las manos sobre mi camiseta y sonrío, rememorando cuando me la dio. Es evidente que se ha tomado en serio esta relación falsa, ha hecho todo para que parezca real y nadie tenga nada por lo qué replicar. Y es una camiseta bonita, me gusta. Voy a hacer que me dé un par más y otra de regalo para mi hermana. Va a chillar cuando la vea.

Llegamos a un campo abierto y frunzo el ceño al ver a personas deambulando por el lugar. Cuando avanzamos un poco más, diviso un palco y un tramo de carretera, donde también hay personas que están trabajando en algo.

-¿Me trajiste al circuito?

La sonrisa de Austin se ensancha y me lanza una mirada de reojo.

-Sí, voy a darte un tour.

-Oh, Dios mío -murmuro.

Si este chico sigue haciendo este tipo de cosas tan bonitas por mí voy a acabar enamorada de él. Ya de por sí me gusta, no puedo negarlo, y que sea el novio más detallista que alguna vez haya tenido dice mucho de mis relaciones.

Austin detiene el auto en un estacionamiento totalmente vacío y baja del auto, corriendo para abrir mi puerta.

Caballeroso.

-¿Te gusta la sorpresa? -pregunta, ayudándome a salir del auto.

Le sonrío, asintiendo repetidas veces.

-Me encanta, McQueen.

Se ríe ante su apodo, un avance notorio. Ya no pone los ojos en blanco o gruñe, le ha terminado gustando.

-Vamos, reina del hielo, que no han acabado las sorpresas.

Un hombre en un carrito de golf que no sé de dónde salió nos lleva al punto de salida del circuito. Allí hay más personas trabajando. Mañana será el entrenamiento libre y deben dejar este lugar acondicionado. Aunque las personas solo están ultimando detalles, nada más.

Velocidad sobre hielo.Where stories live. Discover now