👼🏻

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Aquel día salió del colegio cabizbajo, algo no muy común en él, considerando que era el alegre y brillante Lee Felix. Sus pensamientos estaban en las nubes, y el nombre de Yang Jeongin era lo único que le rondaba en la mente.

Aquel chiquillo de primer año que asistía al taller de artes y solía llevarle agua a Minho hyung, compañero suyo del club de baile y quien era su hermanastro. Desde el primer momento que lo vio había quedado prendado de su tierna sonrisa de metal— que se volvió el doble de tierna el día en que llegó sonriente ya sin aquellos aparatos dentales, iluminando la habitación—, ojos almendrados como los de un zorrito y un aura de inocencia que lo tenía a sus pies; pero jamás dijo nada, y quizás ese fue su mayor error.

Fue a medidados de curso que Felix notó la cercanía entre el menor y Hyunjin, otro compañero bailarín conocido por ser un hábil artista, amante de la poesía y guapo a más no poder. Toda persona con dos ojos en la cara habría notado la forma en que se hablaban y se trataban, pero aún a pesar de todo, los celos que quemaban el pecho de Felix y causaban que la amargura le tiñera la boca jamás salieron a la luz. Fue tan tonto y miedoso, que jamás se le ocurrió pensar que ese mismo día, meses después e ingenuo de él, al ver a Hyunjin tan nervioso y emocionado, no se traía algo entre manos.

Ese mismo receso, en frente de media institución, Hwang Hyunjin le pidió noviazgo a Yang Jeongin; y el chico, tan radiante como siempre, brincó a sus brazos afirmando a todo pulmón. Y cuando aquellos rojizos labios conectaron con los del más alto, Félix sintió su corazón romperse violentamente.

Ese día Hyunjin se fue temprano de la práctica, dejándolos solos a Minho y a él. Felix tenía la mirada perdida en la puerta por donde segundos antes el más alto se había ido, cuando Minho se colocó delante suya y lo abrazó repentinamente. Ese abrazo le hizo saber a Felix que él sabía, que siempre supo, lo que sentía por Jeongin. Se estaba compadeciendo de él, y ahí, entre sus brazos, el pecoso se desmoronó. Lloró por lo que parecieron horas, hasta que el sol comenzó a ponerse y los ojos le ardieron.

Para cuando salió del edificio rumbo a su casa ningún alma más que la de él quedaba cerca, y por un momento agradeció la soledad que cubría con su manto su rostro de desgracia y postura de derrota. Con la mirada perdida recorrió aquellas calles pintadas de naranjas y púrpuras que ya se sabía de memoria, con las manos dentro de los bolsillos del suéter y mil recuerdos pesando en sus hombros.

—Vaya, nunca creí que llegaría a ver al sonriente Lee Felix triste, debería pedir un deseo— una voz a su derecha le hizo brincar mientras un grito poco masculino rompía el silencio a su alrededor. Asustado, volteó encontrándose a un chico unos centímetros más alto que él, pelirrojo y con una sonrisa enigmática.

Kang Taehyun, conocido por ser el fundador del club de magia y novio del capitán del equipo de natación Choi Beomgyu. Todos en la escuela lo respetaban, pues no era un secreto que a cambio de dinero y favores de los maestros él actuaba en las fiestas de cumpleaños de los hijos de estos.

Por eso, y porque Beomgyu les podía partir la cara si se metían con él.

—¡T-Taehyun! Dios, me asustaste— jadeó Felix llevándose una mano al pecho mientras se acercaba un poco más a él. ¿De dónde había salido?—. ¿Qué haces por aquí? Creí que vivías en dirección opuesta.

Como respuesta, el aludido se encogió de hombros—. Quedé con mis amigos y Beom para el árcade. Dime, ¿sigues pensando en el pequeño zorrito?— con su índice picó el centro de su pecho, haciéndole bajar la mirada automáticamente. Ahí, donde había pinchado, yacía una nota adhesiva roja con forma de corazón y el nombre del chico de sus sueños.

¿Pero cómo...

—Minho hyung no es el único que se da cuenta de las cosas— siguió hablando sin darle tiempo siquiera de decir algo—. Sé que es doloroso, pero no deberías dejar que te consuma. Lee Felix no fue hecho para estar triste.

Con esa última frase se dio la vuelta dispuesto a seguir su camino, aunque pareció pensar algo más porque volteó nuevamente, dirigiéndose a Felix desde donde estaba.

—Deberías revisar tus bolsillos, nunca sabes que tesoros puedes albergar en ellos. Adiós Felix.

Y con eso, Taehyun se alejó calle abajo hasta perderse en la distancia, dejando a Felix petrificado en su lugar. Una vez que su silueta desapareció por completo, este metió las manos a los bolsos de su pantalón, y fue en el derecho donde sus dedos se toparon con algo. Al sacarlo, se encontró con una barra de su chocolate favorito, con un par de notas.

En la primera reconoció la escritura detallada de Taehyun, donde decía que él solo era el mensajero del presente; sin embargo, la segunda tenía una caligrafía desconocida, junto con un número de teléfono:

Los corazones rotos son una de las lecciones de vida más duras de aprender. Aún si no me conoces, quiero que sepas que siempre estaré cuidándote desde lejos. Siéntete libre de hablar conmigo o no, me encantaría conocerte mejor, Felix.
                                               –SC

Para cuando Felix terminó de leer todo tenía las mejillas rosas y el corazón acelerado. Una sonrisa le cruzó por los labios, y sin poder evitarlo, sacó su celular para agendar a aquella persona misteriosa. Tal vez no podría corresponderle de inmediato, pero quizás uno de los pasos que necesitaba para superar a Jeongin era abrir su mente y corazón a alguien más.

—Le debo una enorme a Taehyun— murmuró poniéndose en marcha nuevamente, ahora dejando que la calidez de su pecho lo inundara por completo. Quizás hablar un poco con el amable desconocido no fuera tan mala idea.

⋆☾₊‧⁺˖

—¿El plan salió a la perfección, bebé?— susurró un pelinegro sosteniendo de la cintura a su pareja, sentados en el área de comida rápida que el árcade tenía con sus tres amigos sentados enfrente y haciendo un desastre como siempre. El chico entre sus brazos se volteó hacia él con una sonrisa entre ofendida y orgullosa.

—¿Acaso dudas de mí? ¿Por qué no le preguntas a tu amigo si todo salió bien?— al separarse, en su diestra sujetaba el celular de su novio (¿en qué momento lo había sacado de su bolsillo?), el cual marcaba tres mensajes nuevos de Changbin, cada uno más dramático que el anterior.

Bin hyung

BEOMGYU CABEZA DE
CHORLITO A QUE NO
ADIVINAS QUIEN ME
ACABA DE MANDAR
MENSAJE?????

ASFDHHKLKGHLÑ
FELIX DIJO QUE LE
GUSTÓ EL CHOCOLATE,
ES TAN LINDO HELP

DESGRACIADO
RESPONDEME O ME
LARGO CON WOOYOUNG

ÉL SI ME VALORA Y NO
ME CAMBIA POR SU
NOVIO

—Parece que todo salió de acuerdo al plan.

—A mi plan, querido. Y sabes que yo nunca fallo en esto— con una sonrisa juguetona, Taehyun besó brevemente los carnosos labios de su novio antes de voltearse hacia sus amigos y ayudar a Soobin a evitar que Kai y Yeonjun trataran de convertir el refresco de este último en un volcán añadiendo mentas.

Con una ligera risa, Beomgyu desbloqueó su celular respondiendo rápidamente a su histérico amigo, riendo ante sus estupideces de tonto enamorado. Le alegraba ver a Changbin tan feliz de finalmente ser notado por su crush, todo gracias al diablillo disfrazado de cupido que tenía rodeado de la cintura, todo un caso por completo.






Al fin, luego de 3 años, esta historia ve la luz. Realmente llegué a pensar que nunca la publicaría, porque hasta mi estilo de escritura cambió y con todo y correcciones creo que es bastante obvio 😅😅

En fin, espero que les haya gustado, no olviden comentar y votar si es así, bye bye~~

cupid's not an angel 「lee felix」 ✓Où les histoires vivent. Découvrez maintenant