3. Tataratsuna

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Y así, y sin previo aviso, la marioneta fue abandonada por la deidad que lo creó, con el único recuerdo de una pluma dorada que el chico llebaba colgada en su pecho.

Desorientado y con sus antiguos poderes como creación de la arconte electro sellados por la misma, la marioneta abrió los ojos.

Él observó a su alrededor, encontrandose con grandes árboles con hojas color carmesí y paredes con delicados y elegantes tallados.

Aquel era el Pabellón Shakey, lugar en el que el Kabukimono perdió todo contacto con la realidad.
Él, sin saber que hacer, se mantuvo en aquel pabellón, con el único pasatiempo de observar las hojas de los árboles caer.

Él no entendía el porqué estaba allí, solo sabía que fue su creadora, su madre, quien lo había dejado allí. Lo cual la pequeña marioneta solo pudo ver cómo un abandono.

El pasó allí tiempo, desconectado de la realidad. Sin voluntad ni vida.

Pero todo aquello cambió cuando las puertas del Pabellón Shakey se abrieron, dejando ver la silueta de un hombre vestido con ropas comunes y sin nada especial en ellas.

El hombre se acercó al chico, pues al llevar tanto tiempo allí aislado él no mantenía una buena forma.

Aquel hombre, cuyo nombre era Katsuragi, le tendió una mano a la marioneta, ofreciéndole una vida en la aldea de Tataratsuna, a las afueras de la ciudad de Inazuma.

La marioneta aceptó la mano del contrario, siguiendo a Katsuragi hasta su hogar Tataratsuna.

Aquella aldea parecía tranquila y agradable, a la vez ajetreada y con mucha vida.

Allí la marioneta recibió el apodo de "Kabukimono" de mano de los habitantes de Tataratsuna, quienes acogieron al chico con cariño.

Entre aquellos ciudadanos, los más cercanos con el Kabukimono eran Mikushi Nagamasha, quien enseñó al chico sobre el arte de la espada para que el menor pudiera defenderse por si mismo, y el segundo, Niwa, un herrero y parte del clan Kadehara, quien enseñó al Kabukimono sobre herrería y lo acogió en su casa.

—¿Estás seguro de que está bien que me quede aquí?— cuestionó la marioneta— No quiero molestar..puedo dormir bajo un árbol.

—No, no, eso sería inhumano— Niwa colocó una mano sobre el hombro del contrario— No tienes hogar, ¿no? Ayudar a alguien nunca es una molestia.

—Gracias... haré todo lo posible para serle útil.

—No es necesario, pero si tú quieres puedes ayudar.

Él menor aceptó, y comenzó a ayudar al herrero con sus deberes, le ayudaba en todo lo que tuviera oportunidad, ya fuera desde limpiar la casa hasta ayudarle con su trabajo, él estaba dispuesto a ayudar.

Fue allí, conviviendo con la gente de Tataratsuna que el Kabukimono comenzó a entender y sentir las emociones humanas.

Él reía, se preocupaba, lloraba y se enfadaba cono cualquier humano lo haría. Y por ello nadie en Tataratsuna sospechaba que aquel amable y trabajador chico no era humano, sino una marioneta.

La única persona con aquel conocimiento era Katsuragi, quien averiguó ese echo al encontrar al Kabukimono por primera vez.

Por miedo a lo que el resto pensaría o haría con la marioneta, decidió mantenerlo en secreto, afirmando frente a todo aquel que preguntarse que el Kabukimono era un humano normal.
Esto era algo que el mencionado no comprendía, pero a petición de Katsuragi, él no le corregiría cada que se dirigiera a él como un humano.

Aquello era algo bastante recurrente, pues debido a los elegantes y caros ropajes del menor, junto a aquella pluma dorada que llamaba la atención, la gente siempre preguntaba la procedencia del Kabukimono, quien simplemente dejaba que quien le encontró respondiera por él con mentiras.


[...]



“Parece que la gente de Tataratsuna te adoraba. ¿Tu disfrutabas estar allí?”

“...Me aceptaban por las mentiras que Katsuragi contaba sobre mí.”

“Pero te querían de forma incondicional, y aunque te cueste admitirlo, sé que tú aún los aprecias.”

“Con todo respeto, Lord Kusanali, callate.”

“No te preocupes, puedo entender lo que sientes con respecto a tu pasado, pero no es algo de lo que avergonzarse.”


“...Tks, di lo que quieras.”

«Historias de un Kabukimono»Where stories live. Discover now