La naturaleza de nuestra relación

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–¿Está durmiendo?– preguntó.

NamJoon se encogió de hombros.

–Tuvo una mala noche, Jungkook no le dejó dormir.

Jimin desvió la mirada hacia la estufa apagada. Tamborileó los dedos mientras buscaba evitar ese tema en específico. La simple mención del nombre le incomodaba profundamente.

–Tal vez deberíamos buscar un lugar más grande.

–¿También tienes problemas con SeokJin?

–Estamos bien, es un bebé grande, puedo manejarlo.

NamJoon se peinó el largo cabello hacia atrás. Tomó asiento en la silla detrás del escritorio y con un movimiento de su mano pidió a Jimin que tomase asiento frente a él.

–Entonces supongo que no es ese el tema que has venido a discutir.

Jimin metió los dedos por debajo de los hilos deshilachados de su pantalón. Unos grandes agujeros descubrían sus rodillas y le cortaban la piel. No era fan de la ropa ajustada, pero las personas que venían a escucharle parecían encantadas con un look desprolijo y urbano. No iba a admitirlo, pero le dolió cambiar sus cómodos suéteres por camisetas sin mangas y chaquetas de cuero.

–Tomaré la furgoneta esta noche, necesito despejarme.

NamJoon rio libremente. –No utilices toda tu energía, te necesito en el estudio temprano.

–Estaré ahí, Nam. Yo estaría más preocupado por Hobs. –Le dedicó un segundo de atención, parecía estar realmente agotado. –Espero que no se le haga costumbre dormir aquí.

–Hablaré con Jungkook, no ha parado desde que los productores adelantaron la fecha de entrega.

Jimin se mordió el interior de la mejilla.

–Sabes cómo es, no debiste dejar que lo presionaran.

NamJoon arqueó las cejas.

–No creí que te importara. En realidad siempre he tenido curiosidad acerca de su relación.

Un latido se adelantó y entorpeció al resto por lo que fue una eternidad contenida en un segundo. Hasta que el corazón de Jimin logró la estabilidad suficiente para recomponerse. Sonrió.

–¿Relación?

NamJoon relajó su expresión.

–Bueno, ya sabes, por lo que sé ustedes se conocen desde ¿cuándo, siete años o más? –Se puso de pie y lanzó dos cubos de hielo dentro de un vaso para llenarlo con whisky. –Cualquiera creería que eso los convertiría en amigos, o por lo menos tendrían un vínculo. Pero no lo hay, ¿o sí?

Los párpados de Jimin bajaron una vez y demoraron en subir. No le gustaba ese tema, siempre que alguien especulaba acerca de la naturaleza de la relación entre Jungkook y él, Jimin aguantaba las ganas de salir corriendo. Y el problema no era que hubiese algo, mejor dicho, no había nada. Nunca lo hubo y nunca lo habría, porque Jungkook era... diferente a cualquier persona, diferente en una medida inexplicable. Cómo ponerle en una categoría cuando Jimin no sabía si existía una donde Jungkook pudiese encajar. Podía decir que eran amigos, o que sencillamente se reconocían como camaradas y eso era todo. Pero, ¿lo era?

Y si lo era, ¿por qué le costaba tanto afirmarlo?

–Qué puedo decir, me conoces, soy todo polvos mágicos y volar hacia la libertad, Jungkook cree que soy tan raro y mitológico como un unicornio. Somos compañeros, eso es todo.

NamJoon torció el rostro hacia un lado.

–Mmh. Hoseok dijo que Jungkook era su mejor amigo pero no creía que Jungkook lo viese a él de esa forma. Es extraño, me refiero a no saber la manera en la que Jungkook piensa porque nunca nos lo dice.

Jimin quería evaporarse mágicamente o saltar desde la ventana, lo que le hiciese desaparecer más rápido estaba bien.

–No lo sé. Pregúntaselo a su novia cuando la veas, ella debe conocerlo mejor que cualquiera de nosotros.

Se puso de pie y tomó las llaves que Nam había puesto encima del escritorio. Aguantando la respiración, cerró la puerta al salir. Conseguiría a la chica de vestido blanco y tendría sexo en una furgoneta vacía. Sip, ese es un buen plan para olvidar.

Excepto que cuando llegó a la chica de vestido blanco, las ganas se habían esfumado y solo podía pensar en llegar al pequeño departamento que compartían para amotinarse en soledad debajo de las sábanas, mientras escuchaba la música que venía del cuarto de al lado.

Olvídenlo, Jimin seguía estando inseguro, pequeño... perdido.

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Entre Caníbales - KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora