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El sol se asomaba tímidamente por el horizonte, tiñendo el cielo de tonalidades rosadas y doradas. El canto melodioso de los pájaros llenaba el aire, mientras una suave brisa acariciaba el rostro de Dan. Con los ojos aún entreabiertos, Dan se estiró perezosamente y se levantó de la cama, miró la hora en su celular, exaltado corrió al baño de su habitación, tratando de prepararse rápidamente.

En sus tantos años como ser humano había maldecido tanto, jaekyung lo mataría y eso era lo de menos. Le extrañó demasiado el hecho de que el no lo haya despertado con una patada en las costillas, o le hubiera gritado amenazando castigarlo en la noche, pero aún así le extraño que el señor jaekyung no esté en el penthouse, más que nada a esas horas donde el que normalmente se levantaba era el, ya qué Dan se levantaba temprano en la mañana para preparar su desayuno y el de él por supuesto.

Consiguió alistarse en menos de quince minutos, agradecido por su propia rapidez busca de manera desesperada su bolso,¡No lo encontraba por ningún lado! Se aseguró de buscar en su habitación, en la sala de estar, en la cocina, en la piscina, y solo le faltaba un lugar.

La habitación de jaekyung, no quería entrar pero estaba seguro de que estaba ahí. Entro en silencio como si supiese que de solo poner un pie ahí el señor jaekyung retaría su presencia, estaba conciente de que el no estaba ahí, pero de todas maneras se sentía increíblemente incómodo.

Vio su bolso al costado de la cama tamaño king, suspiro aliviado y la tomó, al tomarla rápidamente la punta de la sabana de aquella cama se levanto dejando a simple vista la punta de una caja de madera. La curiosidad lo invadió de inmediato, Jaekyung no se daría cuenta si la tomaba, no? Tomo la caja en sus manos dejando de lado su bolso, de todos modos estaba llegando como cuarenta minutos tarde.

La caja era hermosa, nada extravagante cómo llego a imaginar, incluso dudo que sea de el señor jaekyung. Era de madera y estaba grabada, no tenía tantos detalles, con un cerrojo que estaba notablemente desgastado, la abrió sin problemas y quedó desconcertado a ver lo que había dentro de ella.

Estaba que mataba a todo el mundo. La primera vez en años, y decía en años para agregar un poco de normalidad a la acotación, era la primera vez en su vida que se despertaba tan tarde.

Estaba furioso, irritado y un sinfín de otras emociones que no tenía por qué mencionar. Se alistó aún más rápido de normal, preparo algo rápido para desayunar y salió disparado al gym, en el camino sentía que le faltaba algo, una sensación nada común en él, en ese instante se dio cuenta de algo.

Kim Dan seguramente lo había dejado, seguro estaba en el gym,¡Ese inútil era capaz de dejarlo así sin más! Su enojo incremento de manera increíble pero esperada, al llegar y no ver a Dan provocó que solo empeorará su situación, ¿Donde carajos se había metido ese inútil de mierda? se aseguró de ser la pesadilla de todo aquel que se cruce en su camino y no de una respuesta concreta.

Con cada golpe que le daba a la bolsa de boxeo hacía parecer que las vigas del techo temblaban, su aura completamente oscura hacía que sus compañeros lo vieran con cierto temor. ¿Que fue lo que había hecho enojar nuevamente? ¿No tenía agua caliente? ¿Se le quemaron los huevos revueltos?¿Perdió en un juego de mesa?

De todos modos ellos sabían que con preguntarse eso no lograrían nada y mucho menos lo resolverían, entre todos dieron un suspiro capaz de quitarle el aire a unos diez ancianos y trataron de seguir en paz. Pero obviamente El emperador no de los dejo fácil.

A medida que abría las páginas del misterioso diario y me sumergía en sus pensamientos y poemas, una sombra de duda comenzaba a envolver mi mente. Aunque si bien era la letra de el señor jaekyung algo en mí se resistía a aceptarlo por completo.

El Diario[Jinx]Where stories live. Discover now