─○❝ଽ;; ᴄᴏɴᴛᴀᴄᴛᴏ ᴇxᴛʀᴀᴛᴇʀʀᴇsᴛʀᴇ ୭̥࿔ ༘

외계 접촉

Mi escuadrón fue desplegado al distrito de Siberia, con el permiso del Gobierno de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, para realizar prácticas de combate. Las mismas fueron planeadas con el fin de estar preparados por cualquier tipo de conflicto bélico que se presente con las condiciones climáticas parecidas de ese lugar.

Entre tanto estábamos realizando uno de los ejercicios, uno de mis compañeros habló elevando su tono de voz, diciendo e indicando que delante de nosotros había una luz de gran tamaño, que se venía aproximando hacia nosotros desde las montañas.

Inmediatamente avisamos por comunicación de radio a nuestro superior, para que estuviera al tanto de la situación. Mientras esperábamos nuevas órdenes, pudimos divisar que aquella luz que tenía forma de esfera, se seguía acercando a nosotros con una velocidad poco creíble, hasta llegaba a desaparecer repentinamente y volvía a aparecer instantáneamente frente a nuestros ojos. Por esos extraños movimientos, pensé que no tenía ninguna similitud a los tipos de aeronaves militares que existían en la época.

Aquella esfera de luz, al poco tiempo, ya se encontraba a muy pocos metros del suelo, creo a unos cien metros por encima de nuestras cabezas, y podíamos verla con total claridad.

Mientras la observabamos, uno de los soldados encargados de los proyectiles de uno de nuestros tanques, recibió la orden de disparar uno de los misiles tierra - aire contra la esfera de luz. El misil impacto de forma exitosa y, aquella esfera de luz exploto en el aire y los restos cayeron al suelo, delante de nosotros, mostrando que aquello era un objeto metálico.

Informamos del ataque exitoso y nos ordenaron acercarnos a la zona de impacto para revisar y comenzar la recolección de los restos de la aeronave. Al estar a una distancia cercana, comenzamos a observar que los restos más juntos del impacto se empezaron a mover y a fusionarse sin ningún tipo de lógica alguna.

Y en un abrir y cerrar de ojos, habían aparecido ante nosotros, cinco seres de color gris, delgados, de baja estatura, con grandes cabezas, ojos enormes de color negro y vestían una especie de trajes ceñidos al cuerpo, del mismo color que su piel. Se quedaron observándonos por unos segundos y luego se acercaron un poco hacía nosotros.

Varios de mis compañeros de escuadrón comenzaron a avanzar con cautela hacia aquellos seres que no habíamos visto en nuestra vida, pero, al poco tiempo, se pararon en seco porque esos cinco seres se fusionaron entre ellos, creando nuevamente la esfera que habíamos derribado, y con el pasar de los segundos, mediante pulsos, como su fueran respiraciones rápidas, iba creciendo hasta ser mucho más grande al tamaño de la esfera que habíamos visto por primera vez.

Un compañero cercano que tenía me miró, mostrándome con su mirada que también tenía un mal presentimiento sobre esta situación, así que le hice señas para que rápidamente nos pusieramos a cubierto, tapándonos con uno de los tanques. Lejos de aquella esfera.

Él y yo escuchamos como esa enorme esfera comenzó a elevar vuelo, por un extraño sonido energético que comenzamos a escuchar,y a los pocos segundos, sentimos como lanzó en área un pulso de luz muy potente, nos tapamos el rostro y nos pusimos en posición fetal para cubrir nuestros órganos más importantes. Al poco tiempo, escuchamos que lanzó otro pulso de luz y finalmente desapareció al instante.

Mi compañero y yo esperamos un poco para salir, no queríamos correr ningún riesgo. Al hacerlo, el terror se apoderó de nuestros cuerpos: los demás 23 soldados que conformaban nuestro escuadrón ahora, sin razón alguna, se habían convertido en pilares de piedra clavados en el suelo, justo en el lugar en el que los habíamos visto, por última vez, antes de ponernos a cubierto.

Con total miedo y desesperación envíamos por radio una alerta de auxilio y, al tiempo, nos sacaron de allí, junto con lo que fueron mis compañeros de escuadrón, nuestro armamento de prácticas y los pequeños restos que habían quedado del impacto de la primera esfera de luz.

Al ser extraídos de esa zona, nos llevaron, a mí compañero y a mí, a una base secreta de lo que fue la Unión Soviética, para que les diéramos con total detalle lo que había sucedido y después nos hicieron firmar un acuerdo de confidencialidad, para que tuviéramos prohibido hablar de ese suceso, por que si lo hacíamos, nos quitarían la vida.

El día de hoy, puedo contarlo, porque la URRS ya no existe, y la CIA tiene el documento con el informe militar que cuenta a detalle lo sucedido. Esto lo hago para quitarme este peso de encima y olvidarlo para siempre, ya no quiero vivir atormentado hasta el final de mis días.