Capítulo 2.

6 0 0
                                    

Brisa.

Esto esta siendo un desastre, entre que ayer llegué a casa con el corazón aún más roto de lo normal y que hoy no encuentro mi libreta, siento que el universo se ha puesto en mi contra. He buscado por todos los lugares donde la suelo guardar, incluso miré detrás del sofá. Pero parece ser que mi libreta se ha fugado. Estas situaciones causan en mi un gran malestar, además no tengo con quién hablar o pedir ayuda. Pienso cuando fue la última vez que la vi, y por fin mis neuronas deciden trabajar, porque es obvio que debe de estar en la cafetería.

Voy andando a toda velocidad, estoy sudada y llena de nervios, esa libreta es esencial, si la pierdo a ella también pierdo una parte de mi, he redactado tantas cosas ahí, me gusta releerlas y recordar los sentimientos que sentía por aquel entonces. Cada año suelo empezar una libreta, es como una tradición, y esta es la primera vez que pierdo una. Aporreo la puerta de la cafetería, aún no ha abierto pero a esta hora debería de haber un trabajador. Y para mi suerte Marta es la que abre.

-¿Todo bien Brisa?-Supongo que estoy sensible desde ayer, porque en cuanto pregunta me echo a llorar mientras que entro.

-Marta por favor puedes mirar si tienes una libreta que alguien se haya dejado, la cubierta es rosa y tiene escrito dos mil veintitrés.-Digo entre sollozos, Marta ni si quiera se lo piensa y antes de ir a buscarla me da un fuerte abrazo, no soy ni capaz de corresponderla, en cuanto me suelta va a buscarla.Y por desgracia sale con las manos vacías.

-¿Brisa necesitas hablar?-Afirmo y nos sentamos, aún tenemos tiempo antes de que tenga que abrir.-¿Qué es lo que te ocurre? Despues de tantos años creo que es la primera vez que te veo llorar.-Mientras hablaba me permití observarla, tiene unas facciones muy bonitas.-De verdad Brisa, creo que nos conocemos desde los diez años, ni si quiera cuando te caías llorabas, ¿te acuerdas? en cambio yo lloraba cada vez que teníamos que correr.-Consigue que pare de llorar y sonría.

-Marta si te soy sincera tengo muchas cosas en la cabeza, ¿sabías que Dael y Alex se van a mudar?

-Dael lo comentó hace una semana creo.-No sabéis lo que me duele que Dael tenga más confianza con ella que conmigo, después de todos estos años de supuesta amistad.-Pero dime Brisa, ¿te duele que se vaya Dael o Alex?

-No lo había pensado, supongo que me da miedo de quedarme sola, pero si puede ser que me duela más Dael que Alex.-Marta sonríe y yo me sonrojo, lo he dicho sin pensar.

-Lo sabía, sé como lo miras, y tengo que admitir que me encantáis como pareja.-Por su declaración me sonrojo aún más, ¿Dael y yo como pareja?, imposible. Marta mira su reloj que tiene en su muñeca.-Me encantaría hablar más contigo Brisa, pero debo de abrir, vete a casa, diré que has enfermado.

-Gracias de verdad por escucharme, lo necesitaba.

Vuelvo a casa con una gran tristeza, ni si quiera me apetece comer algo, subo a mi habitación y me tumbo en mi cama, de fondo he puesto a Taylor Swift, observo las paredes de mi habitación, esta llena de fotografías, algunas con Alex, otras con Celeste y muchas donde salimos los cuatro, debería de cambiarlas. Comienzo a llorar de nuevo, y no sé cómo calmar mi corazón, cierro los ojos e intento concentrarme en mi respiración.

Cuando despierto es casi de noche, llevaba años sin que me ocurriera esto, mis tripas no paran de sonar.Bajo a la cocina para cenar algo, y cuando estoy apunto de acabar suena mi teléfono, espero que no sea mi madre, cuando miro la pantalla veo el nombre de Alex. Dudo pero acabo cogiéndolo.

-Hola.-Digo intentando ocultar mi tristeza.

-¿Estas bien? Dael me ha dicho que no has ido hoy a cantar, él dice que es porque estas mala pero yo eso no me lo creo, la Brisa que conozco ha cantado hasta con cuarenta de fiebre.-Sonrío por sus palabras.-Además quiero disculparme por lo de ayer, no estuvo bien.

-No te preocupes Alex, yo tampoco debí de reaccionar así, y bueno no es que este mala pero tampoco estoy bien.

-Entonces es hora de que cambie tu animo, Dael y yo estamos de camino a tu casa, vete duchando que vamos a salir.-Sonrío porque de verdad me apetece salir de esta casa y agradezco al universo de que Alex quiera seguir siendo mi amigo, además es una oportunidad para pasar tiempo con Dael.

-Gracias Alex por contar conmigo.

-La idea ha sido mía.-La voz de Dael suena, genial esta en manos libres y menos mal que no pueden ver mi cara de vergüenza.

-Muchas gracias a los dos, ahora nos vemos.-Cuelgo y con una sonrisa voy corriendo a la ducha.

Una vez vestida y maquillada decido mirarme en el espejo, por suerte no se nota que llevo un poco más de media hora despierta. Mi cabellera rubia esta suelta, me he dejado crecer el pelo pero me favorece. Por último me perfumo, agarro mi bolso y salgo de casa, si no me equivoco llevarán un rato esperando, supongo que lo mejor se hace de esperar. Los veo a los dos apoyados en el coche de Alex, Dael con un cigarro en la mano y creo que están hablando de algo pero no logro escucharlos porque paran al notar mi presencia.

-¡Pero que guapa!.-Exclama Alex antes de acogerme en sus brazos, una leve risa se escapa de mis labios, nos separamos y mi mirada se posa en la de Dael y por sorpresa, la suya también esta sobre mi.

-El uniforme de la cafetería te queda mejor, ¿lo sabías?.-Digo rompiendo el hielo.

-Gracias, no es la primera vez que me lo dicen.-Vacila con una sonrisa en su cara, Alex se ríe y ambos se meten en el coche, yo los imito y me pongo detrás, en el medio.

-¿A donde vamos?-Pregunto mientras me pongo el cinturón.

-A With the Stars, Dael debe de cumplir con su apuesta.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Nov 22, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Nuestro Último Verano Where stories live. Discover now