11 - Doncella en Peligro

108 10 3
                                    

Una vez más se sentía inútil, un caballito acorralado por aquel quien siempre tendrá más poder. Tal vez no estaba destinado a ser valiente siempre pero...¿Como puede alguien ver a esa persona más importante para ti de tal manera?

Cu corazón latía, y latía...tratando de decidir si debería correr hacia aquello que imitaba su amado o...correr de aquella mirada escalofriante.

Demonios, ¿como puede ser tan cruel este destino?

'Corre, no te deténgas'

El no a hecho más que proteger lo que debia, ¿no?

'Corre-'

Dudas, preguntas, que no tenían sentido en este momento para pensar en ellas, envolvían su mente mientras corría por este pasillo infinito de oscuridad.

"¿Que acaso ya no me amas?" preguntaba, 'Aioros'. Esa voz siniestra que no parecía pertenecer a ese rostro hermoso que una vez le traía calidez con sus miradas.

"¡Aléjate!" suplicaba Seiya, sintiendo como si ya no podría correr más. Sus pulmones ardiendo de tanto trabajo al correr, se sentía más lento al segundo.

No había salida obvia al momento, pero, nuevamente llegó a aquella puerta de donde había salido. Tal vez estar ahí encerrado sería mejor que vivir esta pesadilla. Con tanto miedo que sentía, se convenció que todo esto era un sueño.

Que aun estaba en brazos de Aioros, sintiendo los latidos de su corazón, sabiendo, sintiendo, que aún estaba vivo, y en sus brazos.

Una vez llegó a esa puerta pensó que podría escapar...huh..., el destino es más cruel de lo que pensó.

Una y otra vez golpeó, empujando lo más que podía, pero la maldita puerta no abrirá, y más se sentía esa aura fría atrás de el.

"¡Maldita- abre- abre!" Gritos que no deberían pertenecer a un guerrero, gritos que parecen de una doncella en problemas, ahora eran lo único que podían suplicar los labios de Seiya.

Patético, algo bajo, y lo podía admitir el mismo.

Solo pudo dar vuelta, y enfrentarlo, bueno, más bien, no tenia opción. Bien y podría atacarlo, pero...pero...no, no, podía. Lo veía, y en esa mirada temible, solo podía imaginarse esos ojos azules en donde se perdía, como los mares cerca del santuario.

Que hermosamente peligroso es el amor.

"Déjame ir- por favor- por favor-" se quería unir en esa puerta, que lo tragarra la tierra, algo, algo, que venga su príncipe azul a salvarlo, pero maldicion, que algo lo salve.

Sus suplicas eran inútiles, y al final, no pudo evitar que aquel hombre se aferrara a el. Simplemente lo dejo, con todo el dolor en su alma, acepto ese beso sin sentido para el, tratando de imaginarse a quien debería ser los dueños de sus labios.

Aquellas historias de hadas, ¿serán verdaderas? Hm...esperaba que si. Esperaría a su príncipe azul, el lo rescatará.

¿Verdad?

Su mundo se nublo, dejando no sólo dolor en su mente y corazón, si no, dejando su alma en pedazos que esperaba poder reparar pronto.

°•○•☆•○•°

Aquellos llantos de dolor puro, lentamente se perdían en una neblina de ira. La respiración de Aioros se hacia raspa e incomprensible al segundo. Sentía sus pulmones ardiendo con rabia, algo que no pensaba llegar a sentir nuevamente después de tanto tiempo.

Sangre goteaba en el suelo bajo el, gracias a sus uñas clavando la piel que no era protegida por su armadura. Una sensación extrañamente familiar contra alguien se apoderó de su mente y corazón.

Repentinamente, sintió algo frío tocar su rostro- una espada, cual logro levantar su mirada.  Tras lo poco que podía ver entre sus propias lágrimas, logró descifrar el rostro de un hombre cubierto por una armadura negra, arrodillandose enfrente de el.

Ojos color carmesí, lo veían con lástima, burlándose de el en su maldita cara.

Aquel hombre se acercó a su oído, susurrando de forma burlóna; "Eres igual de patético,  no has cambiado nada~"

Los ojos de Aioros ardieron por un momento, su respiración se detuvo.

Y nuevamente sentía como imágenes, plagaron su mente.

Un hombre con esa misma armadura, sosteniendo a lo que más amaba en este universo, como un premio. Esa sonrisa sin remordimiento alguno se burlaba de el.

Esos ojos carmesí le traían pesadillas, una...

"Ahora es mio"

y otra...

"solo"

vez.

"mio."

Nuevamente escucho esa carcajada, más claramente que nunca. La misma que había escuchado cuando tuvo aquella pesadilla la noche anterior cuando fue el cumpleaños de Seiya.

Esa noche, vio su cuerpo sangriento, sin vida alguna. Sus ojos aún abiertos, como si esperaban que lo fueran a salvar. Una mirada llena de traición, directamente viéndolo a el.

Justo lo que llego a pensar ese día;

'Como si fuera una señal que algo así pasaría pronto.'

Aquel hombre se levantó, satisfecho en el estado que estaba Aioros. Levantando su espada, con toda intención, dijo, "espero nos veamos de nuevo, Sagitario-"

Con un movimiento brusco, intento matarlo justo ahí, pero algo lo detuvo. Unas cadenas envueltas en un cosmos poderoso  se apoderaron de su brazo, sosteniendolo con fuerza, "que-"

Al ver en frente de el, un caballero con armadura oro-rosa lo veía con intensidad. Esa misma intensidad de hace tanto-

Unas rosas vinieron de tras de Andromeda, y fueron lanzadas directamente contra el, pero no logrando hacer contacto, ya que su cuerpo se desvaneció entre humo, y escapo tras la puerta atrás el, igual que un espectro.

"Maldición-" decía una voz familiar, Afrodita junto a Shun, rápidamente fueron a ayudar a Aioros.

"Oye, ¿estas bien?, Aioros-"

"-..-¡oye!-.." palabras que no podía distinguir fueron lo único que Aioros podía escuchar.

○•○•○
𖤓
°•°•°
.


Feliz día de gracias! (fue ayer pero que se puede hacer 😂🫶)

Amor Prohibido // Saint SeiyaOnde as histórias ganham vida. Descobre agora