Este es el origen de todos mis males,
al haberte amada mía conocido,
y son los siete pecados capitales,
que me han dejado del todo arrepentido.La soberbia:
Por tí fué mi primer y gran pecado,
me sentía un rey con tan bello tesoro,
cuando estabas conmigo aquí a mi lado,
y me amabas con un excelso decoro.La avaricia.
Era muy afortunado con mi tesoro,
con la gran riqueza que hay dentro de tu alma,
es por eso que te atesoro y valoro,
y es por eso que mi corazón te aclama.La lujuria:
Con lujuria se entregarón nuestros cuerpos,
fuerón nuestros cuerpos deseo y pasión,
que no advertimos la noción del tiempo,
al hacernos cada quien su posesión.La gula:
No me bastaba de tu cuerpo saciarme,
más de tí cada día un poco quería,
más ahora sé que vas a abandonarme,
y que un gran vacío en mí tú dejarías.La ira:
De rabia estoy henchido el haberte perdido,
porque una gran congoja a mi alma la asedia,
y por eso es que me siento confundido,
pues nuestro amor terminó en tragedia.La pereza:
Me invade en mi corazón una gran pena,
he perdido motivación y encanto,
irte de mi vida es como una condena,
porque ya a nadie volveré a amar tanto.La envidia:
Y se ha apoderado de mí ya la envidia,
al saberte entre sus abrazos de otro hombre,
y es que al saberte en sus brazos me fastidia,
pues solo llevo en mi recuerdo tu nombre.13/11/2023.
Ismael González Domínguez.