Lo que ha de ser

YO

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Oscuridad eso era todo lo que le rodeaba, sin formas, estilos o figuras...era simplemente nada. No sabía donde estaba o como había llegado ahí, sólo contemplaba el vacío en el cual yacía atrapado.

-Pero no es la primera vez que estas aquí y lo sabes- Escucho su propia voz en un susurro casi imperceptible que parecía más el lamento de un ser en pena que la afirmación de un hecho.

-¿Un recuerdo?- Se pregunto tratando de separar la ficción de la realidad, de la vida; porque estaba vivo, sentía, entendía, comprendía. Todo se resumía a un solo punto en el que nada se podía negar o afirmar; el medio, la oscuridad... Nuevamente el vacío. Furioso extendió los brazos con desesperación topándose con una barrera invisible, misma que evito su escape. El erizo del color de la noche golpeo una y otra vez el cristal que le aprisionaba tratando de huir de esa pesadilla, con suaves rasguños adorno la superficie cristalina haciendo evidente su frustración.

Estaba atrapado y sólo.

-No tengo miedo- Exclamo con convicción, aunque sus palabras se desvanecieron con el terror que invadió su ser, no deseaba ser olvidado, no quería desaparecer.

-¡No!- Grito con frustración, renovando la agresión para encontrarse con el mismo resultado.

-¡NO!- Repitió sin respuesta alguna, pues la soledad sería su acompañante hasta que algo o alguien se acordará de su existencia. El dolor invadió su alma, creando confusión, sus manos acariciaron el cristal dañado sin más, mientras las lagrimas enmarcaban su pelaje revelando la cruda verdad.

-Tú no existes y lo sabes- Se escucho nuevamente, - Nadie se interesa por ti, un mero número en la larga fila de creaciones sin un verdadero fin. La figura de Metalla resalto entre aquellas ideas, el bot de cromas azules que le incito a no darse por vencido, el que desafío toda regla para seguir adelante demostrando su individualidad.

-El que te dejo aquí- Murmuro.

-Fue tu elección- Escucho su respuesta recuperando un poco de cordura, - Fue tu elección- Finalizo rindiéndose a la oscuridad una vez más.

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El valor de un sentimiento se mide por la cantidad de sacrificio que estás preparado a hacer por él.

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Metala Observaba el cielo nocturno, semanas habían transcurrido desde su llegada a ese sitio sin tener mayor cambio, excepto por el estudio que el mismo realizaba en la vieja base. El laboratorio secreto seguía oculto a la vista del público, con los desechos de los otros guardias en algún almacén y la maleza artificial nuevamente en posición. El robot de cromas azulados había aprendido el arte del camuflaje en todo tipo de variedades desde su escape; actividad que se convirtió en su medio de supervivencia, nadie lo encontraba a menos que el lo quisiese o fuese su creador.

-Pero eso a ti no te importa, ¿Cierto?, no somos más que meras herramientas, juguetes para tu pequeño experimento al que llamas conquista del mundo- Exclamo consiente de que el Dr. Estaría observando.

-Sin embargo no es bueno sobre confiarse, no debes olvidar lo que sucedió la última vez- Continuo adoptando un toque malicioso y al mismo tiempo lleno de orgullo. Tal vez Sonic lo derroto, junto con todo ese grupo de animalillos a los que su enemigo llamaba amigos, pero al menos ese evento le dejo ver que era capaz de mucho más.

Su mano se cerro con fuera dejando a la vista el pelaje recién creado, un elemento más en su paso hacia aquella perfección conocida como vida. Pero la vida no puede imitarse, no puede robarse o inventarse. Sólo los estándares de una sociedad que no comprendía como seres como él podían simplemente existir y estar vivos.