#omegaverse
Las cosas no siempre le salían como quería, habían tantos arrepentimientos, tantos rostros familiares que aunque apreciaba no quería volver a verlos. Por algo se alejo del mundo jujutsu, para ya no recordar ciertos dolores de cabeza que...
Miro de nuevo el libro en sus piernas abriéndolo con el corazón tembloroso, leyó las palabras con nostalgia "Para mi lindo ratón de biblioteca, Nanami no puedes leerlo a solas, estaré en tu habitación después de las 10 para que me lo leas ;).
De, tu guapo y apuesto alfa Gojo Satoru <3."
Recuerda haberle leído unos cuantos capítulos, por lo general sus amigos siempre se burlaban diciendo que eran excusas baratas, incluso Haibara una vez le menciono que eso de leer era una estrategia bastante buena, la verdad era demasiado simple ya que Gojo simplemente se recostaba en su cama con la cabeza sobre su pecho mientras leía en voz alta, pocas veces tuvieron sexo cuando la idea era relajarse mientras leían.
A pesar de que Gojo fue un idiota en su adolescencia y que Utahime muchas veces lo acuso de ser un pervertido que solo lo utilizaba en realidad el alfa era muy pegajoso, claro las hormonas adolescentes los hicieron follar como conejos aunque muchas veces esa intimidad no era solo sexual.
Jamás dijeron que eran una pareja, aunque se tratarán como una y ese fue su primer error. Se levantó tomando el libro y llevándolo a su estante para su sorpresa cuando lo puso vertical un papel de color azul pastel salió del libro cayendo al suelo.
Curioso lo recogió, leyendo era otra nota de Gojo. Recordó que a veces usaba esos pedazos de papel que el alfa le dejaba en su comida, en sus libretas, dentro de su cartera y en su celular como separadores de los libros que leía.
Y esta en particular decía algo tan cursi y estúpido que solo Gojo podría escribirlo "Kento eres el omega más sexy que conozco, pero hoy te luciste, no puedo esperar para ponerte las manos encima ;). Espera a tu apuesto alfa <3. Siempre tuyo Gojo Satoru"
Rodo los ojos, intento recordar en que momento le debió poner algo así, pero no lograba pensar en ninguna situación. Suspiro pensando que en ese tiempo el omega de Nanami se regodeaba encantado y feliz de que Gojo lo "cortejara" así. A pesar de que tuvo que madurar a muy temprana edad seguía siendo un adolescente tonto, enamorado e ingenuo que a veces escogía creerle al alfa. Ahora se preguntaba si todas esas veces que Gojo lo llamo suyo eran ciertas o si en verdad deseaba pertenecerle como en varias notas le hacía saber.
Metió de nuevo la nota en el libro pensando que aunque hubiera escapado del mundo de la hechicería, nunca hubiera podido escapar de Gojo. Dejo una marca tan fuerte que aún lo veía y sentía en cosas tan pequeñas.
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Esa misma noche había aceptado salir con Utahime e Ieiri a un bar cercano para beber un poco. Después de haber recordado muchas cosas de Gojo definitivamente necesitaba beber y sacar todo pensamiento del alfa.
Utahime se veía igual de elegante con un vestido negro liso y su cabello sostenido en una coleta mientras Ieiri usaba esos pantalones de color café a juego con su abrigo largo.
—¡Nanami!— gritó Utahime sobre la música que se escuchaba en el lugar—. ¿Cómo estás?
—Bien— se sentó con una mueca amable—. Supongo que estás ocupada y emocionada.
