- Quizá deberíamos invitarlo a nuestro trío con Akari, ¿no crees? Entre más personas mejor me dijo una vez un sabio. - Agregó el ojiverde, mirando con una sonrisa maliciosa a su hermano.

- No! El ya tendrá su tiempo con ella. - Se nego haciendo un puchero.

- Bueno, yo solo decía. - Comento Karaku.

Después de unos minutos, el ojirojo volvió, se veía menos enojado algo que preocupo a los dos.

- Ya mañana podemos volver a la escuela. - Informo, sus dos hermanos rapidamente se levantaron del sofá.

- ¿¡QUE?! - Gritaron al unísono.

-Como escucharon, pero, tendré que ir a la preparatoria, ustedes se quedarán aquí y por favor no hagan escándalo. - Pidió mientras agarraba un saco y se lo ponía.

- Esta bien, nosotros no haremos nada, solo fumar, no te preocupes. - Hablo el ojiamarillo levantando su dedo y dando otra bocanada mientras soltaba el humo.

El ojirojo solo los miro y entrecerro sus ojos antes de ahora si salir de ahí y cerrar la puerta.

[••••]

En esa habitación solo se podían escuchar llantos y leves gritos de dolor.

Akari quería vengarse de sus hermanos, pero, le había dado un ataque de ansiedad y un miedo inexplicable, de ese miedo, que no sabes el porqué pero no te podías mover ni hablar y solo llorar? Eso le había pasado cuando quería protegerse.

Había salido corriendo a su habitación y se encerró para después tirarse a la cama y empezar a llorar como nunca.

- Eres una inútil Akari! Ni siquiera puedes defenderte, dejas que te pisoteen y se burlen de ti por lo débil que eres... - Comento entre lloriqueos.

Y si, desde pequeña dejaba que todos se burlaran de ella, tenía la idea de que si se defendía ella sería la mala de la historia y no tendría amigos, eso era lo que más le importaba, que alguien la quisiera....

Esta, con los ojos llenos de lagrimas provocando que su vista se nuble, volteo al lado suyo, encontrandose con la navaja con la que semanas antes Karaku la había amenazado en forma de burla.

Dejo de llorar por unos segundos, solo para secarse las lágrimas y agarrar el objeto y verlo a detalle.

Aquella navaja le recordaba a cuando se cortaba en el orfanato...
Una sensación de vacío y punzada dolorosa apareció en su pecho, esta hizo una mueca de dolor, y, empezó a llorar de nuevo.

- Perdón Dios...se que te prometí que no lo volvería a hacer, pero...tu no entiendes lo que yo siento...soy una inútil, estúpida, no merezco vivir.... soy repugnante y me doy asco a mi misma... - Esta dijo, mientras abría aquel cartucho dejando a la vista la navaja filosa.

Con aun más lagrimas en sus ojos, esta acercó el filo del objeto a su brazo, agarro valor para después hacer un corte en este...

[••••]

¿Crees que esto funcione? — Pregunto Urogi, en sus manos tenía unos cuantos juguetes sexuales..

Oyeee, tampoco la queremos matar. — Karaku lo miro con el ceño fruncido.

¿Matar a quien? — Escucharon una voz que resonó en aquella habitación en la que estaban. — Ahora que planean imbéciles?

Condenada en vida | Clones de Hantengu yanderesTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon