—Quiero morir.

—Te dolerá si te toco.

—Solo quiero quiero que tú seas la primera en tocarme como quieras en esto.

—¿Estás seguro?

—Me he hecho la idea de que me tocaras, no tienes porque preocuparte... Si no me la hubiera hecho, no te dejaría tocarme.

—¿Si?

—Si.

Suelto una risa. No puedo encenderme con tan solo una caricia por mis pezones y besos profundos. ¡Dios santo! La tensión se me arremolina en el cuerpo.

El vuelve a colocarse encima de mi. El roce de sus dedos me arden por dentro y el nudo en mi garganta se hace más grande. Siento su aliento por mi cuello, dejándome huellas de sus besos por ahí. Sube lentamente y su nariz contra la mía, parece seguro de que lo intentaramos en la misma noche lo de que le tocara en nuestra primera vez y cogió lo más rápido un condon cuando se dio cuenta que quería tocarlo.

—Tócame por donde quieras Jude

Ni siquiera lo logre pensar dos veces, ni una. Ni un segundo. Mi mano pasa lentamente por sus espalda. Para agarrarme con mas fuerza el, hace unos minutos lo intente y el no se dejó. Ahora, parece que lo disfruta un poco.

La coordinación de su respiración cambia. El movimiento de su cuerpo encima de mi es un placer. Suspira cada vez con más fuerza pero parece molestarle. Sus expresiones son distintas, solo arruga algo su nariz pero conforme con aguantarlo. Bajó lentamente mi mano por su espalda con caricias. Solo quería tocarle la espalda hasta que el me dijo:

—Sigue haciendo lo que quieras puedo soportarlo.

Paso mi mano por sus espalda, por su abdomen hasta que me detengo en su pelvis, sus ojos se encuentran con los míos.

Solo abdomen, no bajes más Jude...

Y si...

No.

—Ponte arriba otra vez —Me dijo

—¿Seguro?

—Si, hazlo como antes pero esta vez tócame..

—¿Porque..?

—Estoy más confiado, tócame por donde quieras y como deseas. Soy tuyo hasta que hoy decidas romperme la piel.

—No voy a romperte la piel —sonreí divertida

—Haz lo que quieras conmigo Jude.

Mi nombre en su boca esta vez, solo podía dar el si a tocarle.

Se tumbó debajo y me volví a colocarme por segunda vez en un mismo día encima de él. Siento un escalofrío pasar por todo mi cuerpo. Era agradable sentir el aire recorrer mi cuerpo. Ahora, puedo controlar más de mi parte esta situación. Antes, habíamos terminado rápido pero está. Esta podría durar una eternidad. Entonces, me pongo nerviosa. Es la segunda vez que hago el intento en una misma noche. ¿A quien se le ocurre hacerlo dos veces en una misma noche por tactos?

A ti y te gusta, Jude...

No.

No mientas

Calla.

¿A quien no le gusta sentir placer dos veces en una misma noche pero de diferentes maneras?

Me contengo la respiración. Vuelve a sentirme y Marcos vuelve a jadear. Me dejo llevar por unos movimientos con mi cintura y el mantiene firme sus manos en mi cadera mientras me muevo. Coloque mis dos manos encima de su pecho sin pensar que era la parte más dolorosa y temerosa que había en todo su cuerpo. Mierda, mierda.

Acordes menores Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum