❀E͟l͟ C͟h͟i͟c͟o͟ d͟e͟ l͟a͟ F͟l͟o͟r͟e͟r͟i͟a͟❀

❀Cᴀᴘ 01.5❀

Chile:

Estaba recostado en mi cama de forma tan placentera...hubiera seguido siendo así a menos de que uno de mis molestos hermanos no hubiera llegado a mi cuarto.

—Chile, ¡Ya levántese que ya es de día!

— ¡Ya voy mierda!

—Muy bien princeso, levántese que hoy le toca a usted hacer el desayuno.

—Ay Colom, ¿No puedes cocinar hoy tú?

—Mire nada más que bonito, obvio que no porque yo cocine ayer aparte de que ya preparé el café para los que quieran así que te tocara levantarte.

Así eran una parte de mis mañanas, pero no me quejo, son divertidas.
Tengo muchos hermanos para ser sincero, demasiados la verdad, pero eso lo hace mucho más divertido

—Muy bien, ¿que prefieren?, ¿Unos huevos revueltos o huevos revueltos?

—De verdad solo tenemos esa opción?

—Si Panamá, y si no te gusta mi niña pues cocínate tu —protesto algo molesto—

—Bueno, bueno.

—Gracias.

Y así empezó mi mañana, cocinando para toda la casa, lo admito, soy un poco torpe cocinando, pero hago mi esfuerzo y mis hermanos lo saben solo que ahora deberé comprarle un nuevo sartén a papá, me lo gaste en los huevos, pero vamos, somos muchos en esta casa, que no se queje, el también que andaba de calenturiento.

—Bien, me voy a trabajar, coman sin mí, llegare tarde —dijo agarrando su mochila—

—Chile, ¿me puedes traer un jarabe para la tos? Aquí te lo pago.

—Claro Ecu, yo te lo traigo, nos vemos luego —sale de su casa—

Al salir de casa solo me puse mis audífonos y seleccioné Una canción de ABBA, no soy fan y no tengo un inglés tan fluido, pero vamos, es ABBA, tal vez me estén maldiciendo y con el poco inglés que tengo sé que igual lo tomaría como una obra maestra.

Me fui a pie hacia mi trabajo, trabajo en una florería, amo a toda la vida silvestre y la que la rodea, me encanta estar conectado con la naturaleza.
En fin, el día trascurrió como siempre, atendí a gente, entregue pedidos, y recibí más pedidos, lo admito, me sentía ya algo cansado así que me senté en el mostrador y me puse a ver mi celular a esperar que un cliente llegara.

Ya me estaba quedando dormido hasta que el llego, un chico alto, rubio de ojo azul, pero note algo curioso, tenía unas marcas de estrellas, me llamó la atención porque yo también tengo una marca de una estrella en mi rostro. Noté que no ha lava y solo de me quedaba viendo, tal vez era penoso así que decidí hablar yo.

—Hola, ¿buscabas algo en especial?

—E-eh, si, buscaba unos tulipanes de color rosa —dijo algo nervioso—

—Claro, ¿Contamos con muchos tulipanes, quiere un ramo?

—Si, gracias.

—Muy bien, deje voy por tulipanes, ¿quiere un ramo chico, mediano o grande?

—Chico, por favor.

Le sonreí y fui por las flores, pero no podía sacarme a la marca de su rostro de mi mente, trate de concentrarme y hacer mi trabajo, pero simplemente no podía, aparte se notaba que era alguien muy alegre y relajado, me daba una vibra de seguridad inmensa pero no lo negare, si estaba guapo la verdad.

—Aquí están, ¿algún color de preferencia para el papel con el que envolverá las flores?

—No lo sé —dijo recargándose en la mesa donde lo están atendiendo— ¿tú que color crees que le queda mejor?

—¿Le pides una opinión de color a un florista?

—Puede ser, tu deberías saber de combinaciones, ¿o me equivoco?

—Jaja, está bien, tienes razón —regresa a ver las flores— son tulipanes rosas, tal vez algún blanco o dorado, ¿usted que dice?

—No me llame de usted, no soy tan viejo.

—Tu tampoco lo hagas conmigo —dijo envolviendo las flores— aún estoy muy joven para esos estratos, ¿sabes?

—Mi error, discúlpame por ser un caballero.

—Discúlpame por ser una persona joven.

—Jaja, ¿Cómo te llamas? —pregunto curioso—

—Chile, ¿y tú?

—Australia, veo que eres alguien muy relajado Chile.

—Lo sé, yo veo que eres alguien con muchos deberes.

—Ni que lo digas.

—Lo digo —le entrega el ramo—

—Gracias —toma el ramo y lo paga— y dime Chile, ¿Qué días trabajas aquí?

—De lunes a viernes, sábado y domingo descanso, lunes trabajo todo el día, martes solo en la mañana y me voy en la tarde, miércoles trabajo en la tarde, miércoles en la mañana y otra vez salgo en la tarde, jueves estoy en la tarde y viernes, o sea hoy trabajo todo el día.

—Noto que te debe resultar agotador.

—Un poquito —dice entre algunas risas— pero amo mi trabajo, eso me mantiene en pie.

—Lo noto —toma su celular para ver la hora— Debo irme Chile, pero pásare a verte seguido, me agradaste.

—Claro, te esperaré.

Lo vi irse, vi sus cabellos rubios alejarse cada vez más, me quedé pensando hasta que me di cuenta que ni su número le pedí, de verdad no puedo ser más idiota.

Lo que restaba de mi día todo siguió normal, al final del día cerré el local y me fui a mi casa peor sin poder sacarme a ese rubio de mi cabeza.