Parte Cuatro » Comida chatarra, epifanía y cobardía.

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Debí haberlo besado.

Sigo pensando en eso.

Y este es el momento en el que lloro, bueno, internamente al menos.

Han pasado doce horas desde que desperté al lado de Zayn. Dije que no huiría más, pero mentí, porque no sé lo que siento.

Mi cabeza explotará pronto, quiero dejar de pensar.

Quiero que me extirpen el cerebro, borren toda memoria de él y que me lo implanten de nuevo.

Mis padres y hermanos seguían durmiendo cuando llegué esta mañana. Le dije a Alan que le llevara a Zayn su ropa, yo no podía encontrármelo después de nuestro pequeño episodio de drama barato.

Me quedé en casa durmiendo la borrachera y luego pidiendo comida a domicilio-hamburguesas, shawarmas y helado-, que es el motivo por el cual mi habitación luce como un basurero, pero, ¿a quién le importa? Ciertamente, no a mí, que posiblemente me veo como desperdicios tóxicos, con este jersey horrendo de mi colegio y viejos shorts lavanda, con calcetines a rayas al estilo del sombrero del Gato Garabato, además, mi cabello huele a humo de cigarrillo y marihuana.

Soy un desastre.

Un golpeteo en mi puerta hace que dé un respingo y me distrae de mi segundo shawarma y mi lectura de «El Cuervo» de Edgar Allan Poe, que se encuentra en una recopilación que me regalé a mí misma hace dos semanas, cuando fui a visitar la librería en la que Lyla trabaja a tiempo parcial.

-Adelante-digo con la boca llena-.

-Kassidy, cariño... ¡Jesús! ¿Qué es esto y por qué apesta a ajo aquí dentro?-exclama mi madre, Aria, que es rubia igual que todos nosotros, solo que más morena al ser de ascendencia italiana-.

-Debe ser el ajo-contesto, antes de tragar, ella chasquea la lengua desde mi puerta-. ¿Vas a entrar?

-Oh, no, nena, temo agarrar algo. Solo venía a ver cómo estabas, no te veía desde ayer-yo me encojo de hombros y ella suspira, detectando, con ese sexto sentido que tienen las mamás, que algo no anda bien-. ¿Quieres hablarlo?

-Neh. Tengo comida y a Edgar-sacudo mi libro-. Todo está bien-le digo-.

Amo a mi mamá, porque aún sabiendo que miento, no me presiona, sino que simplemente asiente, y se marcha, cerrando la puerta suavemente tras sí, dejándome sola para continuar con mi tétrica y desesperante lectura.

Hasta que comienzo a escuchar repiqueteos en mi ventana.

Tic. Tic.

Se detienen y escucho la voz de mi papá afuera de mi casa.

-¿Qué sucede aquí? ¿No sabes que tenemos puertas, muchacho?

-Oh, hola, tío Martin-contesta una voz-.

Gimo, y de mal humor, dejo mi libro, levantándome con mi shawarma en mano, para acercarme a la ventana y así cerciorarme de que la voz es Zayn, que en efecto lo es.

Maldito él y todo lo que hace, desearía tener un yunque para arrojárselo desde aquí.

-Pasa, Zayn. ¿Vienes a hablar con Kassie?-escucho que mi papá dice, mas la respuesta de Zayn ya no-.

Pero suponiendo que sea afirmativa...

Con un suspiro dejo mi comida sobre mi escritorio, me limpio la boca con el dorso de la mano y abro la puerta de mi habitación para bajar a recibirlo, pero él ya está subiendo las escaleras, y no sé qué me asusta más, su presencia en sí o la expresión determinada en su rostro.

All That Matters · Zayn MalikOù les histoires vivent. Découvrez maintenant