−Si tú lo dices –odio cuando actúa en su faceta sabelotodo.

Me dirijo a la oficina de mi bombón, siento que un ejército de urracas hacen una revolución en mi estomago, no sé porque estoy tan nerviosa. No es como si fuera la primera chica de 18 años que siente una atracción explosiva por su caliente profesor, ya se me pasara estoy segura.

Llego a mi destino y observo como una tonta la puerta frente a mí, más específicamente la placa en la que se lee:

                                                                             

                                                                              Prof. Johan N. Jensen.

                                                                            Lic. Literatura Universal.

Hasta su nombre es hermoso, quien diría que solo observar un nombre me haría suspirar, definitivamente soy un caso perdido. Doy un suave golpe con mis nudillos y al instante escucho la voz más melodiosa del mundo.

−Adelante –entro en su oficina y automáticamente el olor a su colonia invade mis fosas nasales, oh mi Dios, ¿porque pusiste tanta perfección en un solo hombre? Debería ser ilegal −Ah, señorita Pride, pase, tome asiento por favor.

−Si no le molesta llámeme Allison.

−Muy bien Allison, tienes un nombre muy bonito.

−Gracias, el suyo también lo es –no solo su nombre por supuesto.

−Vaya gracias, bueno señorita Pride, digo Allison, déjeme felicitarla de nuevo por su excelente participación en la conferencia, sinceramente observo mucho potencial en usted.

Y me sonríe. Madre santa, ¿cómo se supone que mi cerebro funcione normalmente cuando me sonríe de esa manera? No es justo.

−Gracias profesor, la verdad no fue nada, personalmente me gusto mucho el libro así que fue sencillo elaborar la síntesis.

−Me alegra escuchar eso, bueno te cite aquí porque como sabrás, antes de que me solicitaran este año como profesor de literatura, trabajaba en una editorial, bueno aun lo hago, desde casa, claro está. Hace una semana me enviaron unos archivos para que los analizara y así saber si podrían ser buenos futuros proyectos, pero con la organización de las conferencias no he tenido tiempo para leer ninguno. Así que tengo una propuesta para usted Allison.

¡Oh mis santos cacahuates! Creo saber cuál es su propuesta y no me imagino nada mejor para alguien que apenas tiene un mes de asistir a la universidad.

−Continúe, por favor, soy toda oídos.

−Mi propuesta Allison, es que seas algo así como mi asistente. Mi idea es que pueda proporcionarte uno de los documentos cada semana y los sábados reunirnos para discutir la síntesis que elabores y así poder informar a la editorial la calidad del escrito. Si estás de acuerdo y siempre que no afecte ninguna de tus otras materias. Y bien, ¿qué me dices?

No sé si llorar, reír o gritar. Esto es como un sueño, y es mi bombón quien me lo está ofreciendo, ¿qué más le puedo pedir a la vida?

− ¿Es una broma?

−No, Allison hablo muy en serio, pero si no quieres no hay ningún problema.

− ¡No! Digo, claro que quiero. Tendría que estar loca para no querer. Solo que, ¿porque yo? Apenas estoy en mi primer año debe haber mejores que yo.

−No le restes valor a tus capacidades, te lo pido a ti porque como ya te he dicho veo un gran potencial y lo has demostrado perfectamente en la síntesis que expusiste hoy − ¿cómo no sonrojarse cuando te dicen algo así? Es inevitable.

−Gracias, sería un honor trabajar con usted profesor Jensen. Totalmente acepto.

−Gracias a ti Allison, de verdad, estoy seguro que juntos haremos un buen equipo.

Oh bombón de mis bombones yo también lo creo.

−Bueno eso es todo, por ahora –saca algo de uno de los cajones de su escritorio y me lo ofrece −aquí está mi dirección y mi numero de móvil, por cualquier duda y te espero este sábado en mi casa para darte el primer escrito.

Debo de estar soñando porque en menos de veinte minutos me convertí en una estudiante de primer año, asistente del bombón que es mi profesor de literatura. Si es un sueño, por lo que más quieran ¡no me despierten!

−Claro profesor, allí estaré sin falta. Y gracias por esta oportunidad. No defraudare su confianza.

−Estoy seguro de ello. Hasta el sábado colega −me tiende la mano y la observo. Es enorme pero a la vez delicada y juro que es la mano más hermosa que he visto. No exagero. Deslizo mi mano tímidamente en la suya y al instante del contacto siento como si un lazo invisible envuelve nuestras manos unidas, como diciendo que ese es el lugar al que pertenecen. Alzo la mirada y me encuentro con sus ojos. Por su intensidad puedo decir que el también sintió lo mismo, me pierdo en su mirada y siento como nuestra conexión va en aumento.

Ninguno dice nada pero no es necesario, las palabras sobran en momentos como este.

Nuestro hechizo se rompe por unos molestos golpes en la puerta. Sacude la cabeza confundido y al instante abandona mi triste mano dejándola vacía.

−Emm, hasta el sábado señorita Pride, pase buen día –estúpida puerta, pero más estúpida la persona al otro lado de ella.

−Sí, hasta el sábado profesor Jensen. Buen día.

¿Qué demonios fue eso? Aun tengo la sensación de su mano en la mía. Me estoy volviendo loca de verdad.

Me dispongo a salir de su oficina y al abrir la puerta contemplo a la cruel mata momentos especiales. Es una rubia oxigenada con complejo de modelo, a la que probablemente asaltaron llevándose toda la tela de su ropa porque apenas esta vestida. Inmediatamente siento la necesidad de decirle que ni se le ocurra acercarse a mi bombón porque... ¿Qué diablos estoy diciendo? Estás loca Allison Kristal Pride? Seguramente la tonta de Melanie puso algo en mi cereal esta mañana porque no estoy actuando como yo, en absoluto.

Mi Corazón en PalabrasWhere stories live. Discover now