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Un disfraz para el infierno.

Dione Sallow.

Hace ya días que no aparece, no lo he visto y temo hacerlo también. Nunca imaginé lo que pudo llegar a hacer, son demasiados recuerdos y demasiadas torturas; aquella noche, Bill, el hermano de Tom fue quien me llevó a casa, incluso trató de calmarme y hacer que olvidara todo pero fue en vano, era imposible olvidar toda la atrocidad que vi..

Escuché como entraba en mi habitación, era fácil saber quién era y lo que venía a hacer.

—Días, Sallow. Días de no ir a tu preparatoria y solo estar aquí como una inútil.—Desde esa noche comenzó mi castigo; yo sabía que no estaba bien pero decidí ir a ese lugar con el sin decir nada más, yo cedí a hacerlo y merezco todo el dolor que un castigo implica.

Solo callaba y lo escuchaba, mamá ni siquiera prestaba atención a lo que sucedía en mi habitación. Las heridas abiertas no la alentan a intervenir, las quemaduras en mi piel no hacen que ella me defienda. Solo calla.
Estaba yo sentada sobre mi alfombra, en ropa interior y llena de heridas; el me estaba humillando al tenerme de esta manera completamente a su disposición para que iniciara a castigarme así como lo había estado haciendo desde hace días.

—No sabes cuanto asco me da saber que eres mi hija.. Solo eres una inútil, ni siquiera un chico tras de ti de lo obesa que estás, tu rostro hecho mierda y toda tu.. No puedo creer que esto es algo de mi.—Dolía, cada una de sus palabras dolía.

Me tomó del cabello con fuerza haciendo que levantara la cabeza y lo mirara con lágrimas en los ojos. Sujetaba de una manera en la cual podría hasta arrancar mi cabeza.

—Maldita débil.—Solo sollozo.—Si, tu rostro está de la mierda.—Soltó con burla y una risa seca; me suelta del cabello pero aún hace que lo mire, suelta el primer golpe contra mi mejilla y como si fuese una pluma tan liviana caigo por completo al  suelo.

—¿Eres una zorra ahora Dione? Te acuestas con ellos para que se fijen en ti porque ni siquiera la mujer más horrenda te gana en fealdad. Por lo menos eso es algo en el cual si eres la mejor. Eres una puta inútil, desagradecida con todas mis consideraciones y cada uno de mis privilegios.—En su rostro alumbra una sonrisa burlona, anhelo el momento en el que quebranten cada parte de él.

Camino hacia mi escritorio, abrió uno de los cajones y de ahí sacó una de mis navajas.. Se acerca a mi y me la muestra con orgullo.

—¿Te gusta? Parece ser que te fascina.. ¿Disfrutas sentirla en tu piel? Te encanta..—Camina hacia mi y se arrodilla. Me toma del cuello y siento como el filo de la navaja acaricia mi rostro.

Temblaba por el contacto, sentía miedo de todo lo que ese monstruo llegase a hacerme.. Desde mi infancia nunca le temí a la oscuridad, al armario o alguna otra cosa por los monstruos ficticios; yo le temía a esta bestia, bestia la cual en cualquier momento se adentraba a mi habitación pasado de copas y lastimandome con todo lo que estaba a su paso. Bestia la cual veía en mis pesadillas, lo veía en mis alucinaciones, le temía tanto que por las noches ya no dormía de lo asustada que me sentía..

Desde que nos mudamos a alemania cambió la reputación por completo. En Londres se sabía todo de mi padre, pero aquí, aquí solo está el ejemplo de la perfección y lo "buen hombre" que es, aprendí a guardar la compostura y evitar mi debilidad pero me era imposible, todo seguía igual aunque no lo parecía, era un disfraz para el infierno. Tras las puertas fuera de casa nadie sabe quién es, pero en esta propiedad es una bestia la cual nunca duerme y solo tortura.

Mis gritos comenzaron en cuanto sentí como el filo cortaba mi piel con lentitud, comencé a sollozar con más fuerzas de tanto ardor, mis lágrimas se intensifican y no paran de recorrer mis mejillas. La daga se detiene y dejo de sentir mi brazo en ese entonces, mi piel está destruida, pero de nuevo, bajando unos centímetros el dolor comienza otra vez en el mismo brazo, la misma lentitud y el mismo ardor. Luego de minutos, tres veces el mismo proceso, en ambos brazos y un gran sufrimiento.

—¿Por que lloras?—Su mano sujeta mi mandíbula la cual se encuentra apretando. No podía parar de llorar, dolía hacerlo de esta manera.

Mi alfombra estaba llena de sangre, mis brazos para mi ya eran pesados, mi piel ardía en su totalidad y ya no me sentía con la fuerza para respirar. El me suelta y caigo de nuevo sobre la alfombra, mis ojos pesados se comienzan a cerrar y luego ya no siento nada.

(...)

Aún sentía los ojos cansados, más ya los estaba abriendo. Mi madre estaba a mi lado terminando de vendar las heridas de mis brazos. Sobre mi mesa de noche se encuentra un tazón con agua completamente roja y trapos húmedos.

—En unos días sanarás. —Dice mientras quita otro trapo de mi frente y lo exprime para volver a colocarlo en mi cabeza.—Tienes algo de fiebre, has estado sudando mucho y con escalofríos. Tus heridas son algo más profundas que la vez anterior, pero sanará.

Yo ni siquiera sentía mi cuerpo, me sentia pesada y completamente destruida, estaba acabada sin duda alguna. Trate de moverme un poco pero mis brazos no funcionaban y mi cuerpo no me respondía, apenas y lograba moverme un poco.

—Estaré revisando tu fiebre más tarde, tarta de dormir un poco..—Fueron sus últimas palabras antes de salir de mi habitación y dejarme sola de nuevo. Comencé a llorar como si todo estuviera comenzando otra vez, pero ya no me quedaban fuerzas ni siquiera para limpiar mis lágrimas.

Estaba ya ahogada en un pozo sin fondo alguno, mi alma ya tenía un hueco que no se podría rellenar jamás... Estaba muerta en vida solamente.

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⏰ Last updated: Nov 15, 2023 ⏰

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𝐒𝐄𝐌𝐏𝐈𝐓𝐄𝐑𝐍𝐎; ᴛᴏᴍ ᴋᴀᴜʟɪᴛᴢWhere stories live. Discover now