La marca del destino

CAPÍTULO CINCO

Puede que Darek haya hablado totalmente desde la ignorancia cuando insistió tanto en que Dylan se hiciera la cirugía y sí, era vergonzoso admitirlo, pero además del hecho de que era consciente que luego de la cirugía Dylan no iba a poder emparejarse nunca más, no sabía en lo absoluto el riesgo de mortalidad que llevaba consigo una cirugía para romper el lazo de emparejamiento. Después de todo, una cirugía así es un tabú social y hay tan poca difusión o información al respecto que pasa desapercibido.

Siendo honestos, Darek pensaba que era totalmente ridículo que se tratara de una cirugía tan costosa si había un mayor porcentaje de no sobrevivir a ella. De hecho, luego de la última discusión con Dylan, Darek se sumergió en una investigación casera desde su computadora sobre los posibles riesgos que sufrían los omegas con una cirugía como tal y era desalentador el número de sobrevivientes de estas sobre todo cuando era una cirugía a la cual muy pocos tenían acceso por lo costosa que era. Si Dylan había indagado sobre ello, ahora Darek comprendía por qué estaba tan reacio a hacerlo y probablemente él realmente haya sonado como un imbécil egoísta por querer presionarlo a hacerlo así sin más.

Daba miedo, siendo honestos. Si algo salía mal, Darek tendría que cargar con la culpa de la muerte de un omega y aunque él antes le hubiera insinuado que su existencia era insignificante, seguía siendo un ser humano como todos. Darek no era tan cruel como se había hecho sonar en el último tiempo. Sólo estaba tomando medidas drásticas porque estaba desesperado.

Así que con eso en mente, cuando encontró el tiempo, también se tomó la molestia de investigar sobre el asunto para encontrar alguna otra solución más viable y menos riesgosa y lamentablemente no había encontrado nada sobre romper lazos de emparejamiento, pero no era desalentador todavía, primero porque tenía mucha urgencia por cortar el vínculo y segundo porque no era muy bueno buscando en Internet, así que probablemente algo se le estaba escapando. No obstante, cuando su búsqueda de hora y media no dio ni un resultado favorable para él, se recargó en el respaldo de su silla y levantó el rostro para cerrar sus ojos y masajearlos con una mano.

Estaba sentado en el pequeño comedor en la terraza de su sala de estar en el segundo piso de su casa. Había optado por ese lugar porque daba hacia la parte relajante del vecindario del exterior y porque algo de viento fresco del atardecer no le caería mal. Aunque los últimos días ha estado fuera filmando su serie en curso, se sentía sofocado entre sus horarios extenuados y el asunto de Dylan, por lo que no había tenido el tiempo de tomarse un respiro. En ese momento tampoco lo estaba haciendo mientras buscaba la solución a su más grande problema de ahora, pero era más soportable que la agenda de sus últimos días. No había vuelto a ver o siquiera hablar con Dylan desde la última vez en el Luz de medianoche, después de todo habían acordado buscar una solución por su cuenta y reunirse cuando tuvieran la más mínima oportunidad mientra Darek seguía derramando su dinero en ese club exclusivo para hacerle el favor a Dylan.

Antes de esa discusión, él había estado de un humor insoportable y demasiado consumido por la mortal preocupación, pero luego de saber que Dylan estaba tan ansioso como él por romper el vínculo, se había calmado un poco. Llamenlo paranoico, dramático o exagerado, pero estar en el mundo de la fama justifica totalmente el punto en dónde pensó que Dylan había planeado esta situación para aprovecharse de él. Cuando eres famoso, una estrella de la industria del entretenimiento del nivel de Darek, desconfías de todos. Honestamente, todos pueden ser falsos a su alrededor ya que buscan su favor, su atención o algo que sacar de él para aprovecharse. Darek ha mantenido una imagen tan limpia como ha podido para evitar el último punto. No necesitaba a nadie amenazandolo con cualquier mínima basura que pudiera llegar a cometer porque no solía tener la paciencia para tratarlo de buena forma. Ya tenía la suficiente atención indeseable por ser un heredero empresarial como para manchar una imagen que ahora pudiese perjudicar a su familia y con su familia se refiere específicamente a sus hijos. Lamentablemente ese era el maldito precio de la fama.