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004/SANGRE Y FUEGO

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004/SANGRE Y FUEGO

CAPITULO CUATRO

Soy una princesa, siempre tengo razón

El trayecto hacia la torre norte había sido largo, con dificultades por parte del trío y con ayuda de un, ¿caballero mágico? Logramos llegar a la clase, justo a tiempo

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El trayecto hacia la torre norte había sido largo, con dificultades por parte del trío y con ayuda de un, ¿caballero mágico? Logramos llegar a la clase, justo a tiempo.

Entramos al aula con el aspecto más extraño que había visto en mi vida. No se
parecía en nada a un aula; era algo a medio camino entre un ático y un viejo
salón de té. Al menos veinte mesas circulares, redondas y pequeñas, se
apretujaban dentro del aula, todas rodeadas de sillones tapizados con tela decolores y de cojines pequeños y redondos. Todo estaba iluminado con una luz tenue y roja. Había cortinas en todas las ventanas y las numerosas lámparas
estaban tapadas con pañoletas rojas.

Hacía un calor agobiante, y el fuego que
ardía en la chimenea, bajo una repisa abarrotada de cosas, calentaba una
tetera grande de cobre y emanaba una especie de perfume denso. Las
estanterías de las paredes circulares estaban llenas de plumas polvorientas,
cabos de vela, muchas barajas viejas, infinitas bolas de cristal y una gran
cantidad de tazas de té.

—¿Dónde está la profesora? —preguntó Ron.

De repente salió de las sombras una voz suave:

—Bienvenidos —dijo—. Es un placer veros por fin en el mundo físico.

La profesora Trelawney se acercó a la chimenea y vieron que era
sumamente delgada. Sus grandes gafas aumentaban varias veces el tamaño
de sus ojos y llevaba puesto un chal de gasa con lentejuelas. De su cuello largo
y delgado colgaban innumerables collares de cuentas, y tenía las manos llenas de anillos y los brazos de pulseras.

"Y yo que creí que las septas eran raras."Fue lo primero que se me vino a la mente.

—Sentaos, niños míos, sentaos —dijo, y todos se encaramaron torpemente a los sillones o se hundieron en los cojines.

Fuego y Sangre|Harry PotterΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα