𝐈

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𝘊𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 𝘶𝘯𝘰

Pasos acelerados se escuchaban del otro lado de su puerta junto a pequeños sollozos

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Pasos acelerados se escuchaban del otro lado de su puerta junto a pequeños sollozos.

El sonido de una puerta abriéndose y cerrando de golpe lo hizo suspirar.

Su vecino si que era un ruidoso, no lo dejaba concentrase en sus partidas de Lol. Era la tercera vez en esa semana que llegaba haciendo gran escándalo.              

—Voy a matar a la jodida persona que esté haciendo eso.

Murmuro poniendo los ojos en blanco, pues del departamento de alado se escuchaban gritos de frustración (es lo que quiere pensar) junto a unos golpes en la pared. De ahí, el sonido de la puerta del balcón conjunto siendo abierta bruscamente para luego oír algo lejano el sonido de cristales rotos.

—¿Qué mierda le pasa?

Curioso y fastidiado se coloco sus pantuflas de kuromi y camino hacía su propio balcón, con cuidado deslizó la puerta de cristal y salió.

El viento frío de aquella noche de invierno le hizo apretar los dientes, joder había salido solo en calzoncillos y una gran camisa.

Los sollozos son más audibles ahí afuera, quizás por qué su vecino aún sigue en el balcón. Piensa regresar a su cómodo sofá y envolverse en sus colchas, pero la curiosidad sigue picando en sus pies, así que con cuidado se dirige al barandal del balcón y asoma su rostro para ver qué había sido lanzado desde el departamento ajeno.

Si su vista no le fallaba (aún que presentará unos grados de miopía) podía ver un cuadro de una pareja feliz, ahora echo añicos en el pavimento de la acera.

—No me jodas.

Sin querer volteo su vista al balcón ajeno y pudo ver a su vecino (el cual para ser sincero jamás había visto) recargado en el barandal de igual forma que él viendo aquel cuadro que fue lanzado.

—Te odio, te odio.

Podía oírlo murmurar entre sollozos, al igual que innumerables disculpas por haber lanzado el cuadro.

Un gran bipolar. Pensó el de cabellos blancos.

—Debí de creerle a Mina cuando ella me dijo que tú estabas con él.

Y nuevamente el chiquillo a su lado vuelve a soltar sollozos y más lamentos.

Lo estaba fastidiando, necesitaba callarlo o algo, la vocecita en su cabeza le decía que le ayudará.

—Agh, jodida mierda de frío.

Hablo sin querer bastante alto, llamando la atención de su vecino.

Grandes ojos verdes brillosos le cortaron la respiración.

Un rostro bañado de lágrimas pero con algunas pecas salpicando sus mejillas y aquel cabello verde oscuro le hicieron sentir un nudo en la garganta.

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