Capitulo 5

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La insistencia de mi víctima rubia era cada vez mayor conforme avanzábamos a donde había estacionado el coche, podría decir que se encontraba "muy" ansioso por meterse conmigo. Quizá el joven se habría tomado una sustancia que elevara su apetito sexual pero eso me importaba poco. No es como que antes no hubiera pasado por lo mismo con algún crío calenturiento.
Pero yo me encontraba molesto. Si tan solo hubiera demorado unos segundos más, otra historia sería. Pero no estaba tan seguro de qué habría ocurrido con mi amado porque realmente era un 50/50, podría haber conversado con él y quizá con una mínima posibilidad de estar solos, o simplemente me habría dedicado a verle en la lejanía solo admirando su belleza como suelo hacer casi todos los días. Por dios, qué patético sería eso pero no tenía prisa alguna verdaderamente pues un logro como éste sabría más dulce después de un largo camino y esfuerzo.
Con mucho pesar me adentré en el coche luego de fingir ser el caballero y abrirle la puerta de copiloto a mi lindo acompañante quien me agradeció con una coqueta sonrisa. Y ahora mismo me cuestionaba si él podría ser capaz de satisfacerme solo por el día de hoy. Era distinto a los anteriores, pues solía buscarme jovencitos deprimidos con problemas de autoestima y necesitados de una pizca de cariño. Él era algo nuevo para mí y por más enojado que estuviese con el destino, no podía evitar sentirme curioso por enrollármelo.
El viaje fue corto. Dentro de poco estuvimos llegando a mi piso y él no perdió ni un segundo tan pronto adivinó cuál sería la puerta a mi hogar. Tomó con urgencia mi rostro y mordisqueaba sin parar mi labio inferior en un intento de calentarme. Abrí la puerta enseguida y sujeté firmemente su cintura con mis brazos apenas estuvimos dentro, sin olvidar poner el seguro. Nos deshicimos de zapatos, cinturones, toda prenda iba volando en el camino hacia mi habitación mientras nos comíamos a besos. En un instante me vi entre sus piernas mientras éstas apresaban mi cintura y obviamente deslicé mis manos hasta sus muslos para masajearlos en lo que nos dirigíamos a la cama. Su físico no era la gran cosa pues era demasiado delgado, con piel bonita y tersa, pero debía admitir que sabía mover bien el culo y sus gemidos me contagiaban.
Su melena rubia se agitaba con cada salto, su rostro daba entender cuan encantado estaba por tenerme dentro abriendo su interior cada vez más mientras mi pene pedía a gritos correrme. Pero él insistía en que no era divertido, sacando mi miembro y torturándome así cada vez que intentaba tomar el control. El rubio tampoco se permitía correrse entre nuestros abdómenes cuando estaba a punto de llegar a su orgasmo inmediatamente oprimiendo con su pulgar su propio glande y contenía la respiración hasta calmarse. Admiraba cuánta resistencia tenía y me preguntaba por cuánto más pretendía estar así, me estaba volviendo loco cada vez más.
No estaba seguro de cuánto tiempo llevábamos ya, así que en otro débil intento de retomar el control demandé obtener un beso al tomarle del mentón. Él sonriente y con gusto aceptó, y con ello busqué a tientas el cuchillo que siempre ocultaba debajo de mi almohada para ejecutar mis planes, era ahora o nunca.
No lo creo, cariño” Con gran rapidez se apoderó de mi cuchillo sin importarle que su palma estuviera empujando del lado afilado cortando así su piel y manchando enseguida las sábanas con su sangre. Aunque mi fuerza podía ser diez veces mayor que la de él, aquello me había tomado desprevenido y el forcejeo concluyó. Fue rápido e inteligente, y yo comenzaba a frustrarme nuevamente por no obtener ninguno de mis cometidos.
No es divertido si quieres acabar conmigo en la primera noche, créeme” Y por tenerlo tan ocupado hablando, no fue capaz de frustrar mi orgasmo en esta ocasión, llenando así su interior con mi cálido semen. Fue entonces que él me secundó salpicando mi abdomen, soltó una risita traviesa y yo sonreí junto con él.
De acuerdo, eso había sido completamente interesante. Acaricié suavemente la mejilla del ajeno y sus ojos brillaron pues aunque no cruzamos más palabras sobre lo que acababa de suceder con mi cuchillo, encontramos complicidad en nuestras miradas.
Somos muy parecidos, creo que nos llevaremos muy bien” Rompió el silencio mientras tomaba nuevamente el cuchillo con su mano herida.
¿Parecidos? Me cuestioné en mi mente y nuevamente el sentimiento de curiosidad me invadió. Quizá sí sería buena idea dejarle vivir y divertirnos un poco más.

Pd: Yo creo que más de 20 veces me bloqueé el día de hoy escribiendo esto, chale.

Insane. [GuapoDuo] SUSPENDIDAWhere stories live. Discover now