Genin

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Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Kishimoto.

Summary: Sasuke y Hinata entrenan juntos.

Pairing: SasuHina

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Genin

El sol se había puesto en la aldea de Konoha, pero el ambiente aún vibraba con la energía residual de los finalizados exámenes chunin. Los aldeanos aún festejaban. Mientras que los ninjas se dispersaban por la aldea, algunos, aunque pocos, celebraban sus victorias y otros reflexionaban sobre sus derrotas.

Sasuke Uchiha, uno de los perdedores, con sus pensamientos aún plagados de los eventos ocurridos en los exámenes chunin y en cuan débil se sentía, decidió dar un paseo por los campos de entrenamiento, creyendo que un poco de entrenamiento nocturno lo ayudaría a despejar su mente.

Mientras caminaba, sus ojos se fijaron en la brillante luna llena que iluminaba el lugar.

El sonido de respiraciones agitadas y de golpes rítmicos contra la madera captaron su atención. Se acercó sigilosamente y vio a una chica del clan Hyūga, con el cabello oscuro alborotado y el flequillo pegado a su frente, golpear sin piedad a uno de los muñecos de entrenamiento. Ella parecía estar inmersa en una rigurosa e intensa sesión de golpes. Cada uno de sus movimientos estaba cuidadosamente calculado, pero sus ojos claros reflejaban una feroz determinación.

Sasuke se quedó observándola en silencio durante unos minutos, estaba ligeramente impresionado por la tenacidad que mostraba esa chica. Sin embargo, algo en la forma en que ella llevaba a cabo sus movimientos le hizo darse cuenta de que algo no estaba bien. Sus agudos ojos captaron las muecas de dolor y las pequeñas salpicaduras de sangre en cada golpe de ella.

—¿Hyūga? —dijo secamente mientras se acercaba.

Hinata se giró rápidamente, sorprendida por la presencia del último Uchiha. Su rostro se iluminó con un tenue rubor mientras trataba de ocultar su extrañeza.

—U-Uchiha-san, ho-hola.

—¿Qué estás haciendo aquí tan tarde? —preguntó Sasuke, notando la tensión en sus movimientos.

—¡Oh-uh! Hmm... Y-yo... Bueno... Yo solo estaba realizando un entrenamiento ligero —respondió Hinata, desviando la mirada.

Sasuke aqueo una ceja, se acercó al muñeco de entrenamiento y lo examinó.

—Hmp... No tienes que mentir. Puedo ver que estás entrenando hasta lastimarte —comentó con indiferencia—. ¿Qué estás tratando de lograr con este entrenamiento? ¿Quieres inutilizarte las manos para no ser más una kunoichi?

Hinata se mordió el labio inferior, titubeante.

—N-no, por supuesto que n-no —respondió Hinata, apretando sus magullados puños.

—Entonces... ¿Eres tan idiota que no sabes que sobre exigirte de esa forma solo hará las cosas peores para ti? —él preguntó con bravuconería.

Apesadumbrada, la Hyūga bajo la mirada.

—¡No! —exclamó—. E-es solo que yo... Me l-lastimaron de gravedad d-durante los exámenes chunin... Así que necesito ser más fuerte, m-mejorar para cumplir mi objetivo —explicó determinada—. Y t-también quiero e-estar a la altura de las expectativas de mi clan.

Sasuke asintió, comprendiendo la presión que la joven Hyūga sentía. Él también buscaba superarse para cumplir con su objetivo de venganza. Sin decir una palabra, se colocó en posición de combate.

—Hmp, la fortaleza de un shinobi no proviene solo de la fuerza física, sino también de su habilidad y estrategia —hizo una pequeña pausa—. No deberías entrenar hasta lastimarte, eso solo demuestra la terrible kunoichi que eres.

Hinata bajó la mirada, procesando las palabras de Sasuke.

—P-pero, necesito ser m-más fuerte. No puedo...

—Bien, entrenemos juntos —propuso, sin mostrar emoción.

Hinata levantó la mirada sorprendida, sus ojos perla se encontraron con los oscuros de Sasuke. Asintió tímidamente, agradecida por la oferta. Juntos, buscaron un área despejada y comenzaron a entrenar su taijutsu.

Los movimientos de ambos eran rápidos, casi borrosos y el sonido de los golpes resonaba en la quietud de la noche. Sasuke estaba impresionado de la técnica de combate de Hinata, ella solo debía mejorar su velocidad de ataque y precisión.

El tiempo pasó volando, ambos estaban empapados en sudor cuando finalmente detuvieron su entrenamiento. Respiraban agitadamente, pero una chispa de satisfacción brillaba en sus ojos.

Después de un rato, se sentaron juntos en el suelo, respirando agitadamente, pero con sonrisas en sus rostros.

—G-gracias, Uchiha-san —dijo Hinata, se sentía genuinamente agradecida.

Sasuke le sonrió de vuelta.

—Tsk, no hay de qué.

A lo lejos, la luna comenzaba a descender tras las montañas y las estrellas eran cada vez menos visibles. Lentamente, volvió a su actitud reservada.

—Fue un buen entrenamiento, Hyūga. Pero ya debo irme.

Hinata asintió, tenía la mirada perdida en el horizonte.

—Gracias p-por entrenar c-conmigo, U-Uchiha-san. Fue u-un honor.

Hinata le sonrió con gratitud, ya sentía que se había vuelto más fuerte gracias a la ayuda del último de los Uchiha.

—Neee, Uchiha-san, ¿c-cree que podríamos e-entrenar juntos d-de nuevo?

Sasuke se inclinó hacia atrás, contemplando la petición de Hinata.

—Hmp... Ya veremos.

Se pusieron de pie, listos para regresar a sus respectivos hogares. Antes de separarse, Sasuke miró a Hinata con seriedad.

—Dime solo Sasuke —soltó—. Me haces sentir como un maldito anciano siendo tan formal.

—¡Oh! Err... —exclamó sorprendida—. Lo s-siento —se disculpó—. G-gracias por todo, S-Sasuke-san.

Hinata hizo una profunda reverencia. El Uchiha se alejó del lugar con paso seguro, definitivamente, aquel encuentro no sería el último. Mientras caminaba hacia la aldea, reflexionó sobre el estilo de pelea de los Hyūga y su dōjutsu, preguntándose si podría aprender algo de aquella torpe y tímida muchacha.

Y así, en ese tranquilo rincón de Konoha, una inesperada amistad floreció entre dos individuos que encontraron en el otro la ayuda para mejorar sus habilidades.

A partir de esa noche, los encuentros nocturnos entre Sasuke y Hinata se volvieron más frecuentes. Se entrenaban juntos y compartían consejos, se apoyaban mutuamente en su búsqueda de fortaleza y crecimiento. Sasuke, a pesar de su actitud indiferente, empezó a ser más amable con Hinata. Con el tiempo, no solo se convirtieron en compañeros de entrenamiento, sino que también en amigos que compartían una conexión que forjaron a base de peleas y superación personal. La aldea de Konoha nunca notó la conexión entre el prodigio Uchiha y la tímida Hyūga.

Entre ellos todo fue perfecto hasta que... Sasuke inesperadamente abandono la aldea en busca de poder.

FIN

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Notas: Esta es una época tan poco utilizada en el SasuHina.

Naoko Ichigo

SasuHina Week 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora