¿Estás preparado para enfrentarte a la muerte? ¿A seguir siendo quien realmente eres? ¿Estás dispuesto a perderlo todo?
La oscuridad se apodera de nosotros y la lucha en contra de nuestros peores instintos ha comenzado. Lealtad. Amistad. Muerte. Enl...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
—¡¡¡Sirius!!! —gritaba Harry—. ¡¡¡Sirius!!!
—No puede volver, Harry —insistió Remus resoplando del esfuerzo que debía hacer para mantener a Harry sujeto—. No puede volver porque está m...
—¡¡¡No está muerto!!! —chillaba Harry—. ¡¡¡Sirius!!!
Enllunada aún seguía de pie en medio de la nada. La desolación le pesaba en los hombros mientras seguía con la imagen de Sirius traspasando el velo clavada en las retinas. Parecía que el corazón que hasta entonces amenazaba con salirle desbocado por la boca, había desaparecido de repente. Un silencio ensordecedor la rodeó, alejándola de ese lugar a la vez que el aire le oprimía los pulmones. No llegaba a comprender por qué seguían las detonaciones y los maleficios si ya el tiempo se había parado, si ya nada tenía importancia; si Sirius ya nunca más volvería a reír.
Vio que su apa arrastraba a Harry hasta su lado y deshacía el maleficio de las piernas de Neville. Desde un velo de tristeza grisácea y opaca, observó cómo Remus estaba desecho y aun así intentaba sobreponerse a la situación para llevárselos a todos de allí. Por un momento la miró directamente a los ojos, y la pena de Remus aún le dolió más que la suya propia.
La respiración le resonaba en los oídos, relegando a un eco lejano su alrededor. Parecía que todo pasaba a cámara lenta; Dumbledore atando al resto de mortífagos, Ojoloco arrastrándose hacia donde yacía Tonks tratando de reanimarla, y esa voz... Volvió a oír la misma voz que tanto llegaría a odiar:
Bellatrix Lestrange seguía libre peleando contra Kingsley.
El corazón le volvió al pecho como si alguien lo hubiera lanzado dentro de ella. Latía descontroladamente, como si el fuego de la ira que la estaba envolviendo estuviera a punto de hacerlo estallar en llamas. El pulso le retumbaba en la sien. Una mueca de odio apareció en su rostro. Apretó su mano izquierda alrededor de la empuñadura de la varita, clavándose las uñas en la palma de la mano.
Un chasquido muy fuerte le llegó como la fuerza de la marea. Vio que Kingsley caía al suelo gritando de dolor y que Bellatrix Lestrange daba media vuelta para huir de Dumbledore. El anciano mago le lanzó un sortilegio, pero ella lo desvió y continuó subiendo la gradería.