Kyojuro lo miró ciertamente suplicante, con un pequeño brillo en sus ojos dejándose acariciar, mientras que Akaza le miraba sin expresión alguna: Neutral.

— Ja — rió, mostrando una sonrisa irónica, casi como de burla. — Este sótano es demasiado pequeño para ustedes dos, ven, sube conmigo. — apenas dijo eso, se levantó, dejando el bate en el suelo sabiendo que el rubio no se atrevería a hacerle nada.

Le dió la espalda, empezando a subir las escaleras y escuchó los pasos inseguros del ajeno seguirle.

— E-enserio tú… — susurro, subiendo tras el pelirrosa — ¿Realmente vas a… p-perdonarme?

— Si — le dijo, girándose desde el final de las escaleras mirándolo con una enorme sonrisa. — Pero…

Y lo empujó, justo desde la parte más alta de las escaleras. Kyojuro sintió como sus piernas sufrían de un dolor agudo mientras se azotaban contra la madera de las escaleras y rodaba contra ellas; lo único que escuchó antes de ser azotado por el pavimento fueron las palabras «Pero no con tus piernas como están»

[ . . . ]

El oficial Shiroyama giró con maestría el volante del auto, para así lograr estacionarlo en la avenida. Debía patrullar, lo sabía, pero la ansiedad de ver a su nuevo compañero totalmente callado desde hace al menos cuarenta minutos había empezado a preocuparle. Uzui era muy hablador, de hecho, nunca se callaba, pero ahora era tan frío y seco que parecía simplemente otra persona.

— ¿Qué pasa? — se digno a preguntarle, mirándole con inquietud — Has estado raro desde hace un rato.

Tengen pareció vacilar un poco, mirando fijamente la calle.

— Pues… Es que yo… No, no es nada.

— ¡Ah, vamos, solo dilo! ¡Te haré bajar del auto y caminaras tú solo a la estación!

— Bueno, bueno… — Gruñó, aún teniendo la atención en la calle — El hombre de hace rato…

— ¿Hombre? Ah, ¿Akaza?, ¿Qué hay con él?

«Déjame terminar», pensó.

— ¿Cómo es que lo conoces?

Keizo se quedó callado, mirando ahora también la calle. Mordió su labio, no le gustaba hablar de eso.

— Sus padres fueron asesinados cuando él estaba en la preparatoria.

— ¿Te refieres al incidente del doble homicidio de hace tres años?

Keizo asintió.

— Fui parte de la investigación, pero no pudimos encontrar nada. Ninguna buena evidencia. Nunca olvidaré su cara mientras lloraba, a pesar de mostrar una cara feliz ahora, estoy seguro que toda su vida ha sido difícil después de eso. — hizo una pausa, apretando el volante — Quisiera cuidar de él, — añadió — Si mi hija estuviera viva, ella tendría su edad. No se parecen en nada, pero a veces…. A veces me gusta imaginar que él podría llegar a ser mi hijo.

Tengen supo que debía cambiar de tema, era demasiado personal la plática.

— Tengo mis dudas acerca del caso. Fue como si un fantasma hubiera cometido los asesinatos. Pero, bueno… ¿Y si no fue trabajo de un desconocido?

Shiroyama lo fulminó con la mirada. Casi con odio.

— Tengen… — le habló, llamándole por su nombre en lugar de su apellido dando a entender que estaba hablando demasiado en serio. Sabía lo que quería decir, o más bien, lo que insinuaba.

— Yo, mire eso por mi cuenta. La evidencia sobre las cosas rotas y la entrada forzada era demasiado obvia, como si hubiera sido planeada. Lo que estoy diciendo es…

"KILLING ME SOFTLY." | ⚠ +18 |Where stories live. Discover now