No hubo ruido pensó que tal vez incomodo al niño:—Picante.

—Veré que puedo hacer, entonces— volteo para mirar una de sus libretas llenas de recetas, no recordaba tener alguna de comida picosa incluso con las tradicionales de Dinamarca el picante no era algo que le gustara, ya pensaría que mandar. Antes de que pudiera decir algo más se escucho un ruido lejano y una voz animada, Tsumiki grito aliviada.

—¡Nanami-san ya llegó!— se escucho más ruido—. ¿Podrías explicarle qué tengo que hacer? Mientras termino de acomodar las bolitas.

No pudo contestar nada porque la niña ya había entregado el celular al alfa qué preguntaba con quien estaba hablando de forma tan animada. Se escucho la voz de Tsumiki cantar su nombre, apago la estufa con rapidez y se preparo mentalmente sus dedos casi colgaban, podía mandar un mensaje pero las cosas fueron tan rápidas qué Gojo ya había empezado a hablar.

—¿Nanami?— su corazón palpito con fuerza, recargo su cadera en la encimera de la cocina, ¿cuántos años habían pasado desde que no escuchaba su voz? Los gritos, la voz furiosa llegaron a su mente, el último recuerdo que tenía de Gojo era de hecho una pelea.

—Buenos días Gojo-san— contestó orgulloso de sí mismo porque no sonaba mal.

—¿Cómo estás?, ¿por que Tsumiki tiene tu número?— las preguntas llegaron atropelladas.

—Nos encontramos hace unos días— se sentó porque sentía las piernas temblar—. Le estoy ayudando a cocinar.

—Oh— una risita—. Entonces...

—Gojo-san no puedes dejar a los niños solos— suspiro, no debía meterse pero le preocupaban los niños—. Le estaba diciendo a Tsumiki qué tiene que pre-calentar el horno a 180°, ayúdala a sacar las galletas después para que no se queme.

—Ha pasado tiempo desde que hemos hablado y lo primero que haces es ¿regañarme y darme ordenes?— aunque era una queja, sonaba divertido incluso encantado.

—Te lo buscaste— ¿por qué seguía siendo tan sencillo hablar con él? su corazón palpitaba muy rápido, pero de alguna forma se sentía cómodo como si no hubieran pasado los años.

Otra risita divertida:—No te preocupes yo ayudo a Tsumiki y aunque no lo creas pueden cuidarse sólitos los he criado bien— dijo con un tono orgulloso.

—Siguen siendo niños— dio un suspiro.

—Bien, intentaré no dejarlos solos— ¿cuánto tiempo más iban a estar hablando?—. Pero me tengo que justificar, Yaga me habló para algo importante.

—¿Por qué no los llevaste contigo?

—Porque Tsumiki me dijo que iba a cocinar, no puedo obligarlos a venir conmigo.

Hubo un silencio, tal vez era el mejor momento para cortar la platica:—Te... Te tengo que dejar, no olvides ayudar a Tsumiki— su omega le gruñó por la decisión, él tampoco quería dejar de hablar pero si la platica seguía temía que pasarán cosas desafortunadas.

—Oh si— un suspiro—. Cuídate.

Colgó el celular se tapó lo ojos con sus dedos frustrado, unos cuarenta minutos después una nueva foto fue enviada en ella se veían los tres sonriendo a la cámara con una mesa llena de harina y utensilios de cocina, las galletas en medio. Un nuevo tirón en su corazón dolió cuando vio la sonrisa de Gojo.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
This is me trying. GoNanaWhere stories live. Discover now