Veinte minutos después, llegó la chica esperada.

—¡Haerin-ah! ¡Minji Unnie! ¡Hanni Unnie! —se escuchó en la puerta de la veterinaria fuertemente.

—Están en el A1, señorita.

Danielle corrió, abriendo la puerta de golpe, encontrándose con sus tres compañeras, y el perrito en la fría barra de metal.

Danielle llegó con ropa holgada, gafas de sol y una gorra puesta. Llevaba su celular en mano y un rostro angustiado, que rompió el corazón de cada una poco a poco.

—J-Jerry... —dijo, acercándose a perezosos pasos—. P-Perdoname mi pequeño... perdóname —se aferró al ligero cuerpo del cachorro, llorando en él.

Las tres no aguantaron las ganas de llorar y soltaron el llanto, viendo la pérdida de Danielle, de las cuatro.

—¿Q-Qué mierda pasó? —exclamó Danielle, mirando a las chicas con enormes lágrimas en sus ojos.

—N-Nada, él simplemente murió... por naturaleza —dijo Haerin, limpiando sus córneas, mientras se acercaba a lentos pasos hacia Marsh.

—N-No... él e-estaba bien... ¡en serio estaba bien! —gritó, rompiendo en llanto de nuevo.

Haerin se acercó rápidamente y la abrazó, apretándola fuertemente.

—Ya tenía ocho años, Danielle —Haerin se alejó y besó la frente de la sentimental, abrazándola de nuevo.

Danielle no dijo nada, y siguió llorando.

—Él está mejor ahora, Dani —dijo Minji, acercándose, posando su frente en el hombro de Danielle, llorando.

Hanni seguía ahí sentada, llorando y secando sus lágrimas de vez en cuando.

...

En el camino a casa, Danielle se encontraba llorando en cada esquina y calle. Haerin sostuvo su mano en todo el rato, consolándola de vez en cuando con palabras dulces. Hanni y Minji solo veían el camino por la ventana, sintiéndose cansadas.

Al llegar, Danielle abrió la puerta de golpe, lanzó sus maletas y se dirigió a su habitación.

—Dani Unnie--

—No. Solo... no me hablen un rato, ¿sí? Lo siento —se encerró, justo como la vez de Hyein.

—Carajo... ¡Danielle! —llamó Minji, mientras que Marsh la ignoraba completamente.

—¿De nuevo...? —preguntó Kang, sentándose en el sofá.

—Ojalá y no —dijo Hanni, tallando su cara con ambas manos.

—Me iré a dormir —avisó la mayor entre las cuatro, dejando sus pertenencias en la bandeja de la entrada que tenían.

—¿Ni siquiera intentarás acercarte a Dani? ¿Ayudarla, quizás?

—No tiene remedio. No es la única con problemas —solo dijo, metiéndose a su cuarto

—¿Es en serio, Kim Minji? —esa fue Hanni, frunciendo el ceño.

—Sí, es en serio —exclamó del otro lado de la puerta.

Haerin volteó a ver a Hanni, y ésta sólo volteó los ojos, irritada por el desinterés de Minji.

—Ella es la que no tiene remedio —fue lo ultimo que dijo, metiéndose al cuarto de Minji.

—Hanni Unnie-- —y cerró la puerta—. Carajo...

Desde la sala se escuchaban los gritos de Hanni, reclamándole a Kim por su actitud.

"—¿¡Que acaso no ves cómo está? ¿¡No tienes una sola pizca de empatía por tu amiga de malditos seis años!?

—¡No es la única con malditos problemas! ¡Toda la atención se va para ella!

—¿¡Le tienes envidia o qué!?

—¡No es la única que sufrió por Hyein! ¡Todas sufrimos por ella! ¡Todas la amamos, Han! ¡Todas la extrañamos!

—Lo sé... —bajó su tono de voz, tallando sus ojos—. Pero ella está mal... se siente mal. Necesito que te preocupes más por ella.

Estoy preocupada por ella. Sí la veo, veo cómo está. Veo lo triste que ha estado. Su sonrisa ya no está. O al menos, ya no es la misma —tomó aire—. Vete, sólo... tenemos que pensar las cosas. Si ayudarla o no".

La puerta azotó y Hanni salió de allí, bufando.

—¿Todo bien? —preguntó Kang, parándose repentinamente.

—Sí... deberías dormir, Haerinie —dijo Hanni, acercándose a ella y abrazándola.

—Tú igual, mañana tienes cosas que hacer —aceptó el abrazo, acariciando la espalda de la mayor.

Hanni se separó y le sonrió.

—Buenas noches, Haerin.

—¿Qué pasará con Dani, Unnie? —preguntó, con sus cejas curveadas.

—Mañana veremos eso, tú sólo descansa —acarició la cabeza de la de ojos gatunos y se dirigió a su habitación.

—Buenas noches... Hanni Unnie.

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