❥ ; 23 - Yo elijo mi destino

Magsimula sa umpisa
                                    

—Ahora está en la academia en la que está Yarim, pero ella no está en la residencia de estudiantes, sale cuando acaban las clases— aclaró. —Sí, quiero que tengamos un futuro y que ambas podamos ser quienes queramos antes de atarnos. En parte agradezco que no sea mi destinada, los sentimientos fuertes complican las cosas...

Cyno suspiró bajo, sabía que la pequeña tenía razón. En su caso, si Tighnari y él no hubieran sido destinados probablemente no habrían acabado juntos y Aletheia no existiría, pero Tighnari y Alhaitham seguramente serían felices. No quiso pensarlo demasiado y se separó un poco para mirar a su hija.

—Has madurado mucho y estoy orgulloso de la mujer en la que te estás convirtiendo— dijo y acarició con suavidad la cabeza de su pequeña. —Tienes razón, los sentimientos fuertes complican las cosas. No fue nada fácil para mamá y para mí y tampoco está siendo fácil para tu hermano. La mayoría ni siquiera llegan a conocer a sus destinados nunca y no veo que Kiara y tú necesitéis un lazo tan fuerte para ser felices llegado el momento.

—Yo tampoco lo creo— respondió la chica y vio a lo lejos a su novia llegar. Su cola comenzó a moverse y se separó de su padre. —Voy a contárselo a Kiara. Gracias papá, te quiero mucho.

—Y yo a ti, hija— respondió Cyno con una sonrisa y vio a la chica marcharse al encuentro de la joven alfa. Suspiró, sabía que Aletheia sería feliz y era todo lo que un padre podría desear.

Kamran soltó un pesado suspiro cuando se tumbó en aquella cama mirando al techo. Acababa de ducharse después de otro duro entrenamiento, después le tocaba una clase intensiva sobre estrategia con Kaveh y más tarde le explicarían más cosas sobre economía y finanzas. Estaba siendo intenso, realmente le estaban preparando para ser un líder en ausencia de sus hermanos. Su padre y Kaveh iban a necesitar mucha ayuda cuando el bebé naciera y la cosa estaba bastante tensa con el tema de Dante, así que no podían bajar la guardia. Probablemente fuera la vez que más tiempo había pasado con su padre, le gustaba en realidad y optar a liderar era lo que siempre había soñado, sin embargo se sentía vacío.

Miró al otro lado de la habitación, la cama perfectamente colocada pero vacía de Yarim. Si el menor no se hubiera ido ahora estarían compartiendo ese cuarto, lo cual sería incómodo después de lo que pasó. Kamran sintió una punzada en su pecho al recordar la expresión del pequeño alfa cuando le dijo que todo aquello había sido un juego. Suspiró pesadamente y pasó las manos por su rostro, le había dicho eso para olvidarse de él pero ahora no hacía otra cosa que sentirse culpable.

Además de eso, llevaba días sin ver ni hablar con su hermano Dante. Echaba de menos a su gemelo más de lo que admitía en voz alta, era la primera vez que se separaban en dieciocho años y dolía, dolía mucho. También echaba de menos ver a Aletheia aunque no estaban muy lejos, y sobre todo se sentía mal por su madre. La partida de Dante le dejó destrozado, todos sentían que Kristov se había llevado una parte de ellos consigo, pero era su vida y ninguno podía tomar partido en ello por mucho que doliera.

Se levantó de la cama y fue a buscar algo de ropa al armario que habían acondicionado para él. Ya con unos pantalones puestos y una camiseta sencilla, caminó en dirección a su cama de nuevo, pero se detuvo antes de llegar. Echó un vistazo alrededor, cuando se mudó ni siquiera llegó a fijarse en las cosas que había, no quería tocar nada por respeto a Yarim pero la curiosidad le podía.

Se acercó al escritorio. Todo estaba perfectamente ordenado y clasificado de una forma casi enfermiza. No recordaba haber tenido su habitación tan ordenada nunca, ni siquiera Aletheia era tan meticulosa. Pudo ver en un lateral una pequeña cajita sin tapadera, en su interior había varios juguetes de colores y diferentes formas. Agarró uno de ellos y empezó a toquetear las burbujas, recordaba lo irritante que le resultaba ese juguete cuando eran pequeños y escuchaba a Yarim siempre con él en la mano explotando las burbujas. Eran juguetes de estimulación sensorial, su padre le explicó una vez que servían para distraer a Yarim y ayudarle con su ansiedad causada por el autismo.

Destinos entrelazados (omegaverse) [FINALIZADA]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon