Cᴜɪᴅᴀᴅᴏ | Oɴᴇ sʜᴏᴛ

♠️yandere! Izana kurokawa x reader

— quiero oírla

Agregó como último admirando directo a tu rostro. Naturalmente se molestaría, pero contigo se divertía haciéndote burlas o humillarte.

— yo...

Mientras pensabas que decirle sintiendo su aura intimidante con que era capaz de molerte a golpes, abrió la boca el otro chico de tu misma edad.

— Hace unos días te vi atendiendo gente en una tienda de bebidas

Llevaste tu mano a tu mejilla tratando de ocultar un poco tu rubor ante la vergüenza. Deseabas ocultar un poco más de tiempo que trabajabas para mantenerte sola.

— trabajo ahi... es vergonzoso

Kakucho aligeró su rostro pareciendo divertirse al ver tu expresión, incluyendo recordar a la perfección tu traje de trabajo que era algo peculiar.
Peculiar acercado a ropa extraña, pero graciosa.

— que era esa ropa? Un payaso

— no te burles por favor!, estoy encargada de lidiar con los niños pequeños, la vestimenta es para el agrado de ellos

Dijiste sintiéndote cada vez más humillada, queriendo únicamente ocultar tu rostro bajo la tierra y no salir de ella.

— ya veo

Contesto el jefe de Tenjiku despertándote de tu breve conversación con su amigo.

— prioriza asistir a las reuniones, es una orden

Se levantó para estar frente a frente a ti siendo ambos casi de la misma altura siendo una diferencia de menos de 3 cm.

Este comentario sorprendió hasta Kakucho que lo miro levemente en sorpresa por su comentario. Entendía que le molestaba que no asistieras hace más de un mes, pero ordenarte a que dé por si abandonases tu horario de trabajo por reuniones que algunas no llegan a ser importante era para sorprenderse.

— Izana no creo que deberías ordenar eso, es mejor..

— silencio Kakucho

Pareciendo que el chico de cabello cortado notándose pocos cabellos por el corte parecido al militar, iba hablar en tu defensa hasta que fue silenciado por su maestro.

— Desde que te permití entrar a Tenjiku, es tu deber servirme

Acercó un poco su rostro deslizando su dedo a tu cabello mostrando una expresión seria metido en sus pensamientos.

— Te permito estar cerca, además de unirte a pesar que alguien delicada como tú puede salir herida fácilmente

Una vez más el contrario que parecía el mal tercio de la conversación iba a abrir la boca para decir su opinión, pero nuevamente fue silenciado.

— El Sirviente debe obedecer a su rey. Es todo por hoy. Ve a descansar

Sonrió a su dirección pareciendo dar una mirada de advertencia que lo dejara hablar a solas contigo.
De mala gana trago sus palabras retirándose del lugar dejándote a ti y a Izana a solas.

— Estas diciéndome que deje mi trabajo?, eres el único que sabe que tomo varios trabajos para mantenerme a mi sola. Siendo que de por si ya es complicado conseguirlos siendo menor de edad.

Hablaste firmemente demostrando entre tus palabras que el único que sabía más de ti que ningún otro era este mismo chico que hablaba como si quisiera que únicamente estuvieras disponible para el.

Algo que ocultaban ambos por su parte es que en algún momento de su infancia se conocieron, más porque este encuentro fue cuando eras maltratada por tu padre y este lo observo siendo una escena en un parque. Donde al desobedecerlo él te castigo con dolor físico incluyendo la vergüenza en público.